El proceso del espectáculo A Batalha da Maria Antonia [La batalla de María Antonia], primera parte del proyecto Arqueologias do presente [Arqueologías del presente], se inicia con una invitación. Un año antes de la I Bienal Internacional de Teatro da USP en São Paulo, el colectivo OPOVOEMPÉ fue invitado por la organización del festival para desarrollar un trabajo escénico acorde con el tema planteado por la bienal: “Realidades incendiarias”. Teniendo en cuenta algunas intersecciones entre el arte y la vida, así como la revitalización de la discusión política en el contexto artístico, la invitación surge de manera muy abierta: el colectivo podría abordar libremente el tema propuesto.

Inspirada en un libro editado por Vladimir Safatle y Edson Telles, a partir del tema “¿Lo que queda de la dictadura?”, la directora cuenta que esa era la pregunta que motivaba al colectivo en aquellas circunstancias. Además, hubo un interés por investigar la dictadura en el contexto geográfico-espacial donde iba a ocurrir la Bienal: el TUSP (Teatro de la Universidad de São Paulo) y su entorno, ubicado en la calle Maria Antonia, donde ocurrió el histórico episodio de la Batalla de María Antonia . Por ese motivo, el colectivo eligió ese hecho histórico como tema de su creación.

Desde el comienzo, ya existía la idea de estrenar el trabajo en la misma fecha histórica en que se llevó a cabo la conocida Batalla de Maria Antônia, el 2 y especialmente el 3 de octubre de 1968. Así, la presentación recordó los 45 años del trágico y conflictivo acontecimiento ocurrido durante la dictadura militar en Brasil.

El trabajo empieza con una investigación exhaustiva sobre las cuestiones socio-históricas de la batalla y de la dictadura militar brasileña, a partir de una investigación acerca de las dictaduras de los países vecinos en Latinoamérica. Se consultaron periódicos, revistas y libros de la época, en un intento de reordenar las configuraciones geopolíticas relativas al período. Se realizaron entrevistas con personas que vivieron el trágico episodio y sus testimonios fueron grabados; ese material resultó ser uno de los elementos fundamentales del trabajo final.

Como siempre ocurre en las creaciones del grupo, parte de la preparación de la obra se realizó a partir del trabajo con composiciones, algo ya previsto en el ensayo desarrollado con los Viewpoints . Sin embargo, más que hablar sobre los episodios de la histórica batalla, había un deseo de exponerla, revelar sus impactos y resquicios reales, como si hablar solamente no fuera suficiente: era necesario que el acontecimiento fuera inminente a lo largo de la obra. Así, había un intento de referirse a la obra de ayer, para intentar comprender como sigue impulsando la destruición del hoy, impidiendo una parte considerable de la imaginación política del mañana.

El formato elegido para dialogar con el episodio histórico junto al público es una gran exposición. Durante los primeros minutos de trabajo, los asistentes circulan libremente por el espacio y observan la gran instalación, además de recordar todos los detalles de los acontecimientos que marcaron el año 1968. Algunas fotos se mezclaban con las portadas de los periódicos, transformadas en vídeos y grabaciones de audio, que surgían ilustrados en los propios libros de la época, los famosos materiales de Educación Moral y Cívica. Junto a eso, se eligió el dispositivo de juego como modo de dialogar con los espectadores y generar relaciones entre ellos.

Según la directora, los juegos son fundamentales el experimento: al proponer a la gente que reflexione colectivamente acerca de sus conocimientos y visiones respecto a la historia de su país, el juego permite buscar un modo posible de estimular una discusión que despierte nuevos conocimientos y percepciones. Así, la obra planteaba preguntas como: “¿Sabes quién es la persona de la foto?”, “¿Cuántos presidentes concluyeron sus respectivos mandatos en Brasil?”, “¿Eres capaz de dar un significado a la palabra democracia?”, “¿Ya has participado de alguna protesta?”, “¿Prefieres compartir una memoria con los otros, guardarla para sí u olvidarla?” y “¿Cuál es tu memoria de la dictadura?”.

Sobre todo después de los acontecimientos de junio de 2013 (justo a la mitad del proceso de creación) resultó fundamental presentar la obra: definitivamente la memoria de la dictadura civil y militar brasileña sigue con la necesidad, en muchos aspectos, de ser construida y aclarada.

Análisis

La profesora y socióloga Irene Cardoso sostuvo en sus estudios acerca de los episodios que tomaron la escena mundial en el año 1968, momento en el que se amplió la propia noción de tiempo, que tales acontecimientos habían establecido una contramemoria histórica, basada en la producción activa de olvido: olvidarse había convertido en un método.

Por lo tanto, el debate debería establecerse alrededor de una memoria sin ninguna experiencia histórica. Sin embargo, hace mucho que el psicoanálisis sostiene que lo que no podemos elaborar tiende a repetirse constantemente. Buscando una pausa en el circuito de la repetición eterna, el trabajo del grupo OPOVOEMPÉ intenta crear algo tomado como imposible: un intento de historizar la actualidad.

Es sabido que entre recordar y olvidar hay una relación bastante compleja. La memoria de los acontecimientos excedentes no debe implicar o dar lugar a la exclusión de su contenido potencialmente traumático. La historicidad de determinada actividad debe seguir en la búsqueda de una elaboración de los puntos que quedaron abiertos. A su vez, esa elaboración no implica un gran gasto de energía meramente subjetivo, pero sí la reconfiguración de una historia conjunta y objetiva, por lo tanto, política.

En la obra A Batalha de Maria Antônia, un dispositivo se muestra fundamental: los juegos de mesa. En lugar de narrar la versión oficial de la historia a los participantes, la obra abre un espacio para que diversos testimonios y memorias puedan constituir una versión posible de los acontecimientos; así, se inventan nuevos modelos y relaciones. Al fin y al cabo, como proponía Walter Benjamin, ¿no existen en las voces que escuchamos hoy huecos de aquellas ya desaparecidas?

En cierta medida, se podría argumentar que el trabajo debería ser solamente el de concienciar sobre las matrices que constituyen los hechos históricos, es decir, buscar, en el presente, sus artefactos arqueológicos. Pero, al final, no se puede estar en desacuerdo con la idea de que la conciencia histórica no tiende a ser un hecho, sino que siempre es una tarea de los contemporáneos.

En medio de la gran exposición construida por la obra, una historia empieza a ser relatada en uno de los juegos propuestos por el colectivo. En estos juegos, un dato parece fundamental: hay una atmosfera silenciosa cuando se recuerda la Caída del muro de Berlín. Según parece, a pesar de todo el avance de la agenda neo-liberal y conservadora, empieza un momento en que una nueva historia necesita ser vivenciada, escrita y contada. Ya no es posible recorrer nuevos caminos mientras las viejas estructuras sigan persistiendo.

Así, una de las principales preguntas que surgen en la obra, escrita en las paredes del propio edificio teatral es: “Ser libre en 1968 significaba participar. ¿Y ahora?”. Como defendió el profesor y filósofo Vladimir Safatle , nuestra tarea parece ser grande: se trata de crear una historia que, hasta ahora, no ha existido.

Aunque no se pueda decir de antemano lo que va a ser el camino futuro, hay que mantener la atención centrada en las probables señales. Detrás de cada relato, siempre sobra algo que el lenguaje no es capaz de decir, y a eso se da el nombre de abyecto, Pulsión de muerte o real, simplemente. Adorno solía decir que, ante la barbarie, al arte solo le queda la revisión de su relación con el lenguaje. Quizás por eso, A Batalha da Maria Antônia se concluye con una canción de 1973, cuyo estribillo remite a un deseo complejo: “Eu quero é botar meu bloco na rua” [“Me gustaría poner mi bloque en la calle”]. Así, se amplía el teatro y todo su campo de acción y política: el teatro se afirma como un foro de discusión para planificar una sociedad futura, cuya potencia es aún desconocida a pesar de sus visibles impulsos.

En palabras de una de las actrices del espectáculo, “el futuro será lo que creemos”, hasta que finalmente podamos construir una nueva historia, en relación con lo que señaló, alguna vez, una joven poeta portuguesa al imaginar un instante en el cual hasta las ruinas van a ser susceptibles del amor en esa ciudad. Una vida dedicada al amor, ya que el amor y la resistencia han de confundirse. Pero sólo un día, no ahora….

(Texto de Matheus Cosmo)
(Traducción del portugués: Julia Guimarães)