«En esta pieza me interesó generar una reflexión sobre la violencia extrema que aín perdura en el ambiente familiar a partir de una acción que confrontara directamente para intentar sensibilizar y hacer evidente una problemática actual.
Como parte del proceso para desarrollar esta acción leí los expedientes de 8 mujeres que vivieron esa experiencia. La frustración, el miedo y las vivencias individuales alimentan la violencia en donde sufre tanto el hombre como la mujer en la pareja; el hombre golpeador vive también un gran dolor producto de un ambiente desfavorable para el amor. La mujer, con su propia historia de abuso, encuentra en el compañero el perpetuar esa violencia de manera inconsciente.
Este proyecto lo marqué en dos etapas. En la primera me involucré con su dolor y problemática al amarrar a diferentes partes de mi cuerpo 5 bastidores de madera que tenían impresos unos rostros femeninos de maniquíes junto con pequeños textos extraídos de los expedientes.
En la segunda etapa me relacioné con el contexto al amarrar estas imágenes al mobiliario urbano del área.
María, en su expediente, nos narra: ‘…como en un cuento de hadas, soñé tener una casa propia en donde yo mandara, yo con mi marido y lo conseguí’.» Lorena Orozco.