The Wants es una instalación de arte participativo que explora el siempre cambiante pulso de los deseos de la gente a través de la lente de las redes sociales. Proyectada sobre una gran pared la obra actúa como una corriente de frases escritas con la tipografía Lucida Console en letras blancas sobre un fondo negro. Cada frase es independiente pero todas comienzan con la palabra mayúscula “QUIERO”. Así forman un partón visual llamativo que cruza la pantalla de arriba a abajo. Cada segundo cuando una línea aparece en la parte baja de la pantalla el texto se desplaza hacia arriba. A veces este flujo se para aleatoriamente durante un segundo o dos antes de volver a su ritmo monótono.

El proyecto se alimenta de las aportaciones a través de Twitter. Las frases que contienen “Quiero” son arrastradas desde Twitter, cortadas, alineadas y proyectadas. Cada frase es única tanto en su forma como en el contenido –desde los chats simples a los comentarios largos; desde observaciones generals a pensamientos personales; desde chistes graciosos a sentimientos profundos. En alguna ocasion aparece un emoticono que aporta una nota de humanidad a la fría pantalla en blanco y negro. La pieza en movimiento transmite una sensación de comunidad a través de lo que el mundo quiere en el mismo instante. El sentimiento de la pieza sera diferente un viernes por la tarde que un domingo por la mañana, muy diferente en un día de junio o de diciembre y diferente también el día de una tragedia o un día de vacaciones.

No hay nombre ni foto de perfil ni conexión por parte de Twitter de los comentarios con sus autores. The Wants se convierte en una exposición pública y anónima de nuestro ser interior. Se trata de una experiencia colaborativa y participative pero donde ninguno de sus colaboradores físicos es consciente de su contribución a la obra. Es de todo el mundo pero al mismo tiempo de nadie. La pieza juega con el contraste y la paradoja que reta a la dialéctica entre la conexión virtual y la interacción física. Es una representación de nuestra humanidad proyectada en un dispositivo informático; el trato es equitativo para todos los comentarios independientemente de su contenido; traduce la singularidad de nuestros deseos, pensamientos, emociones a una forma plana, racional y homogénea.

Además, al eliminar cualquier información personal subjetiva de cada comentario particular, The Wants revela el núcleo mismo de la insaciabilidad humana. La obra es un mar de deseos sin fin. La cadencia invariable de los nuevos deseos que van apareciendo a través de la pantalla es un reflejo de nuestro ser más íntimo, el hambre de nuestros deseos y el nuevo vacío que se abre cuando estos son satisfechos. Tanto si son grandes o pequeños, prácticos o intrincados, la necesidad de desear siempre estará ahí.