El Grupo Etcétera se forma a finales de 1997 con artistas provenientes de disciplinas como el teatro, las artes visuales, la poesía y la música, entre los que se encontroban la artista plástica y performer chilena Loreto Garín Guzmán y el artista argentino Federico Zukerfeld, que serán los principales promotores del colectivo. Su objetivo inicial es crear estrategias para interactuar con la vida política y social, llevando el arte a las calles. Nace como respuesta a un momento político crítico, por la necesidad de forjar una identidad generacional y como reacción ante la cultura política de los años 90 en la Argentina.
Utilizando de manera original el humor negro, el absurdo, la confusión y la sorpresa, participan en los escraches de HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) y llevan a cabo múltiples intervenciones urbanas relacionadas con la injusticia y la marginalidad social. El grupo tuvo su espacio físico en la antigua imprenta tipográfica donde había vivido el artista surrealista Juan Andralis (1924-1994), lugar donde instalaron una sala de teatro, un taller de poesía y una sala de creación colectiva plástica.
A través de acciones como A comer! (1998), El mierdazo (2002), El ganso al poder (2003), o los escraches a Leopoldo Fortunato Galtieri y Raúl Sánchez Ruiz (1998), el colectivo buscó incitar a la expansión de la creatividad como un virus, infectando la sensibilidad social e inundando de intensidad la vida cotidiana.
Sus primeras acciones se producen junto a la agrupación HIJOS, señalando espacios vinculados a actores de la dictadura militar. Su actividad se incrementa en los años inmediatamente posteriores a la crisis de diciembre de 2001 y se propaga hacia otros contextos internacionales con la misma actitud crítica.
En el marco de una protesta por la presencia de George W. Bush en la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata en el año 2005, fundan La Internacional Errorista, un movimiento que reivindica el error como base de todas sus prácticas. Se presentan con el manifiesto “Todos somos erroristas” y con la parodia de una película en la que el “ejército errorista”, portando armas de juguete, desembarca en las costas del balneario bonaerense. La acción desencadena un importante despliegue policial. En mayo de 2010, presentan 200 años de error, una campaña que señala los errores de la “in-dependencia”, organizada por las células de La Internacional Errorista de Buenos Aires durante los actos de celebración del Bicentenario Argentino.