El juego evoca una actividad sin apremios, pero también sin consecuencias para la vida real. Se opone al trabajo como el tiempo perdido al bien empleado. En efecto, el juego no produce nada: ni bienes ni obras.
Así comienza Roger Caillois su libro Les Jeux et les Hommes. Le masque et le vertige (Los Juegos y los Hombres. La máscara y el vértigo, 1967). Algo parecido ocurre durante el proceso de aprendizaje, en el que no se cesa de intentar construir la ficción de un intercambio entre el que aprende y el que enseña, llegando a incorporar incluso la ficción bancaria: saber hacer equivale a crédito, de modo paralelo a como, en la tradición del pensamiento sobre los juegos, éstos son miniaturizaciones o ficciones de la realidad, como si no formaran parte de esa realidad por ellos mismos y constituyeran, simplemente, un entrenamiento para la realidad de la que estarían excluidos.
En el curso 2010-2011 el Grupo Taller de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alcalá propuso trabajar en el contexto de La Tabacalera, un edificio-falansterio en desuso cedido por su propietario legal, el Ministerio de Cultura, a toda una serie de iniciativas con un potencial enorme en lo que se refiere a la generación de nuevas subjetividades asociadas a nuestro actual paradigma socio-económico: la nueva clase media de prosumers, precarios, emprendedores o falsos autónomos, etc.
Durante la primera parte realizamos propuestas radicalmente acotadas teóricamente por un enunciado general a partir del texto de Caillois. Por lo tanto, se trataba de proponer juegos de todo tipo, perfil de jugadores, tiempos de desarrollo y espacios o campos de juego. La segunda parte propuso la corrupción inevitable del modelo, es decir su aplicación a un contexto más disciplinar de la arquitectura como generadora de programas, espacio y subjetividad, en una serie de propuestas concretas para un antiguo edificio industrial en desuso.
Edificio
Este edificio se localiza en el borde de la ciudad histórica, limitando el barrio de Lavapiés, de orígenes proletarios y actualmente el distrito más multicultural de Madrid, y caracterizado por una tipología de vivienda colectiva precaria mínima que, por sus reducidas dimensiones y tipo de habitabilidad básica, ha propiciado históricamente un fuerte sentimiento de pertenencia y unos usos del espacio abierto público muy extensivo. Recientemente, por su proximidad al eje monumental cultural de la ciudad, se ha convertido en el distrito con mayor densidad de equipamientos culturales, que sin embargo están destinados a la generación de una ciudad-marca que emplea su identidad urbana y social, así como su patrimonio histórico, como mercancía global de tipo turístico.
Trabajando
Los alumnos se organizaron en equipos formados a partir de los distintos grupos de actividad que componen el centro y que son responsables directos de el espacio que tienen asignado. Los grupos se formaron orgánicamente en foros de discusión a partir del cruce de dos vectores. En la primera parte del curso los alumnos propusieron temas de intervención a partir del contexto lúdico propuesto y de sus visitas al espacio. Algunos de estos intereses coincidieron con los del centro, y otros se reformularon en las sesiones conjuntas de trabajo. En cada uno de estos grupos había dos “madrinas” del CSA Centro Social Autogestionado, que actuaban como interlocutores y facilitadotes de los estudiantes, en grupos de entre 4 y 8 personas cada uno, con un total de 13 grupos de trabajo. Durante las 12 semanas de trabajo en el centro, todas las sesiones de crítica se hicieron allí y no en la universidad, con lo que los estudiantes no solo trabajaron directamente en su relación con los usuarios en diálogo casi permanente, sino que además fueron responsables directos de sus proyectos, y de la realización.
Presupuestos
Para financiar los proyectos los estudiantes hicieron turno de trabajo en los servicios de autofinanciación del centro: organización de eventos, bar y restaurate, fiestas, etc, hasta conseguir el dinero presupuestado en sus proyectos. La mayor parte de los materiales constructivos fueron localizados en el propio edificio mediante los llamados “safaris”, que consistían en sesiones de búsqueda de materiales de construcción reciclables en las instalaciones del edifico, ya que al ser clausurado en 2000 la totalidad de los equipamientos, mobiliario y servicios, permanecieron intactos.
Página web de los estudiantes:
http://talleruahenlatabacalera.blogspot.com/
Página web de la Universidad de Alcalá: