Asalto al agua transparente, parte de una pregunta…. ¿Cómo exponer, a través del teatro, nuestra inquietud sobre un problema real?
Este espectáculo es la búsqueda de documentar la realidad dentro de la ficción, no de interpretarla… Solamente presentarla para a partir de ahí preguntarnos una y otra vez ¿qué pasó con el agua del valle de México?
Para nosotros la desecación de los lagos es uno de esos eventos en los que la suma de todas sus partes no es igual al total…
En septiembre del 2005 empezamos la investigación enfocándonos en la ciudad de México, poco a poco nos dimos cuenta de que la relación con el agua era sumamente estrecha y nos centramos en contar esa historia: la del agua en la ciudad de México. Tardamos cinco meses entre investigar, reorganizar y sintetizar la información para por fin terminar el montaje.
Los elementos escénicos utilizados en general fueron apareciendo de diversos recorridos que hicimos por mercados, tianguis, basureros y espacios públicos citadinos.
La ciudad de México es el centro político, social, cultural y económico de un país con gran heterogeneidad entre sus habitantes, un país con raíces de una religión profundamente impuesta y con severos problemas ecológicos ligados principalmente a la pobreza y la ignorancia. En el siglo XVI llegan a México los conquistadores españoles que, venciendo al imperio azteca, imponen formas arquitectónicas, urbanísticas, ambientales, sociales… etc. Que no tienen relación alguna con la geografía ni con los sistemas prehispánicos en general. Es algo que nos preocupa y que intentamos expresar en este montaje. ¿Por qué estamos aquí, quiénes somos?
Asalto al agua transparente no deja de ser una búsqueda formal, en la que tratamos de eliminar la representación. Las cosas que suceden sí suceden, no hay truco, hay un afán por volver real y concreto todo lo que sucede en el escenario, para que a partir de esta sensación, el espectador recuerde que la historia que le estamos contando sí pasó. Es una obra en la que rehuimos a la fábula; en la que nuestro tema es nuestra fábula, y de ahí partimos para comunicarnos con el espectador en el sobreentendido que el tema es común, que todos vivimos o conocemos la ciudad de México y que ninguno ha visto dentro de ella un lago.