El Arte es, a veces, la sublimación de la anécdota.
Una tarde, Pilar, una amiga pianista estaba a punto de celebrar un concierto breve de piano con obras barrocas. De broma, dijo que aquello era como recorrer la historia del barroco en 10 minutos.
Los títulos son también sublimes en la construcción de las prácticas artísticas. Tomé ese título como perfectamente válido, más en mi práctica habitual de hacer muchas cosas en un determinado y ajustado espacio de tiempo.
Días después me fuí al Museo de Bellas Artes de Sevilla, elegí un Murillo e hice esta acción. Una grabación recorría, apresuradamente, la historia del Barroco.