La Loa y el Auto Sacramental El Divino Narciso, escritos por Sor Juana Inés de la Cruz, son representados por La Rendija como un Juego Áureo, una profanación que revela el encuentro de las ideas de mujeres mexicanas del siglo XXI con una mujer excepcional del siglo XVII en la Nueva España.

Al inicio se presenta  la Loa como una revisión crítica de la conquista. América y Occidente bailan y cantan al Dios de las Semillas, el señor Huitzilopochtli, aquel que recibe la sangre más fina. La Religión y el Celo les declaran la guerra por su paganía. Para evangelizarlos, la Religión pide representar el Auto de El Divino Narciso.

En el Auto, la Naturaleza Humana, quien representa al ser humano,en una “selva, que es mundo”, busca la redención en la persona de Narciso, pero Eco, ángel réprobo, los tienta y seduce. ¿Es acaso Eco el pensamiento de Sor Juana, con el Amor Propio y la Soberbia al hombro?

La inteligencia y el ingenio de Sor Juana se revelan en el arte de la métrica, ritmo y palabra, simetría de espejos en el que las ideas atienden una complejidad poética de la que emerge, resplandeciente, la vigencia de sus textos. La catástrofe se cierne sobre nuestro país empapado de sangre ¿qué mayor diluvio, Babel e impiedad podremos seguir resistiendo?