Este relato visual, un canto a la diversidad genética de nuestro maíz, es ejecutado en el escenario por una sola actriz, que viaja de la superficie de la tierra al inframundo reinterpretando el antiguo mito del origen de los hombres del maíz y finaliza con el regreso a la superficie, en donde priva la amenaza y la muerte.
Un osado rito escénico contemporáneo sobre el mito del grano sagrado: el maíz. Las Patronas ponen en escena un espectáculo de estética mesoamericana y, a través de siete canciones interpretadas al piano por Liliana Felipe y actuadas por Jesusa Rodríguez. Un canto de protesta y de defensa de la diversidad cultural mexicana. Un recorrido por la historia de su país, no exento de humor, para analizar la realidad actual entre norte y sur, las consecuencias nefastas de la globalización y el destino de los productos
genéticamente manipulados para los países más desfavorecidos.

«Cuando el maíz
estaba hecho de
maíz
lo cosechábamos,
comíamos y
sembrábamos,
lo desgranábamos
en un triz,
y lo molíamos en un
desliz,
se le notaba en la raíz
y lo exportábamos
hasta París.»