Trabajar desde lo contemporáneo significaba para nosotros inscribir en el interior de ese mundo un nuevo acontecimiento, una singularidad, para que irrumpa y se integre a los temas que más nos han seducido (de los muchos y cruzados) en Gli Amori: los sueños, la frágil separación entre realidad y fantasía, artificio-naturaleza, las pasiones atravesando los cuerpos y el paso del tiempo.

Por eso a partir de la formulación de Gli Amori en líneas paralelas entrelazadas, hemos cruzado una línea de actores “viejos”, por cuyos cuerpos y corazones han quedado huellas. Sus cuerpos mismos son el registro vital de las metamorfosis que los sueños, las pasiones y el tiempo operan en el hombre, “ese ser tan frágil”.

En esos cuerpos transformados, (la memoria en (del) tiempo), y en la palabra, (sus relatos), nos parece que se hacen visibles de manera poética, las ideas filosóficas sobre la condición del hombre y el tiempo, (la eternidad del hombre), expresadas en Gli amori a través de delicadas y elocuentes imágenes.

Cada acto que realizan los hombres puede ser el último, no hay rostro que no esté por desdibujarse como el rostro de un sueño. Todo tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso entre los mortales. “Cuando se acerca el fin, ya no quedan imágenes del recuerdo, sólo quedan palabras”, dice Jorge Luis Borges. Palabra y recuerdo en el cuerpo. Tal vez lo inmortal sea la historia de los ecos, de una metáfora revivida. Trabajar un texto de Busenello hoy es volver a escuchar el eco de sus palabras metamorfoseadas a través del tiempo.

Tal vez la escritura sea la eternidad.

(Del programa de mano)