La performance consistía en realizar una encuesta a los asistentes del festival invirtiendo una hora cada día en entregar y recoger el cuestionario y posteriormente anotar los resultados. Para ello, construyó una oficina con una mesa de despacho, una silla, una pizarra, tablón de anuncios y máquina de escribir. La encuesta incluía una única pregunta: «Is art to question the art?» a lo que se podía responder «sí», «no» o «no sabe, no contesta». Durante los días que duró el festival, se encuestaron un total de 209 personas a las que se entregó una pegatina con la pregunta en cuestión. Los resultados fueron anotados en la pizarra y posteriormente fueron enviados desde Madrid por correo postal a todos los participantes Por primera vez, la artista realiza una acción en la que el proceso de trabajo produce un resultado final una estadística, al igual que ocurre en 7776 Tiradas de un mismo dado, realizada una semana más tarde. Este nuevo planteamiento hace que Correa se proponga ponerlo de manifiesto ante el espectador que actúa de participante más que de mero observador y para difundirlo, desarrolla un alter ego en forma de empresa: Public-Art, a partir del cual, envió todos los resultados de las encuestas con el siguiente texto:
Dear friend, enlose you’ll find copy of the Summary Report about the question «IS ART TO QUESTION THE ART?» that we asked to 209 people during the last Audio Visual Experimental Festival (AVE 90) in Arnhem, Holland. Yours faithfully, Public-Art