«El teatro es un arte efímero, se nutre del instante; muy espontáneo, vive del entusiasmo y se metamorfosea, siempre nuevo. Cuando el espacio de tiempo entre una idea y su realización se alarga, el interés cae. Nada es más temible para la vida de un teatro que el instante no explotado.»
Mathias Langhoff, Le rapport Langhoff
Para los griegos, el buen timing estaba asociado a la noción de kaïros, que traduce el tiempo adecuado para hacer las cosas, el tiempo “oportuno”. Estar en kaïros significa estar bien sincronizado con la totalidad. Designa la cualidad del tiempo, esto es, reconocer el momento propicio para actuar.
Kaïros es un concepto que, unido a aion y a cronos, permite definir el tiempo. Kaïros es el tiempo de la ocasión oportuna. Califica un momento.
Kaïros, una dimensión del tiempo que no tiene nada que ver con la noción lineal de cronos, podría estar considerada como otra dimensión que crea la profundidad en el instante. Podemos imaginar que es el momento en el que nuestro consciente y nuestro consciente se conectan. Mira la vida e intenta verla en kaïros.
Somos zombis inconscientes, volvámonos zombis conscientes, agujereemos la realidad: detrás del agujero está TODO. En kaïros es lo que ves, ves TODO.
Oskar Gómez Mata