El Partido del Pueblo Migrante (PPM) es un partido de ideas que irrumpió en el proceso electoral del 2012 en México, con una plataforma orientada a la presencia política de los ciudadanos expulsados de sus lugares de origen y de sus derechos. A partir del fenómeno de la migración, el partido tiene como eje político dirigir sus pasos hacia la desaparición de las fronteras, donde la dignidad no tiene nacionalidad.

El partido proponía la creación de estructuras en la sociedad civil que incluyeran a los migrantes en igualdad de condiciones, denunciaran la esclavitud moderna trans-fronteriza, mejoraran las condiciones de vida para hacer de la migración una elección y no una imposición, reivindiquen la dignidad en el tratamiento al migrante y exijan el espacio público como propiedad común de todos los que lo cohabitan.

El partido se asumió como un espacio desde el cual todo migrante pudiera ejercer una presencia política, a través de proyectos de educación, del uso activo y consciente de los medios de comunicación, y de la realización de acciones creativas enfocadas hacia las problemáticas que afectan a los distintos tipos de migrantes. El PPM presentado por la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS), realizó una serie de foros de conversación ciudadana, abiertos al público general, centrados en la compleja problemática de la migración en México. Durante los meses anteriores a las elecciones, el PPM se vinculó con otros grupos que trabajan el tema de la migración, con artistas y ciudadanos en general. Los medios de comunicación fueron utilizados por el PPM para comunicarse con la esfera pública y política del país. El partido se desplazó en el mes de abril hacia una sede física en el centro de la ciudad que fue neutral, segura y más accesible para aquellos que decidieron sumarse al partido.

El PPM en la ciudad de México (en colaboración con la SAPS) es un proyecto que parte del Movimiento Inmigrante Internacional (Im International) radicado en la ciudad de Nueva York, fundado por la artista Tania Bruguera, presentado por el Museo de Arte de Queens y Creative Time, Nueva York. Su misión es redefinir la situación del ciudadano-inmigrante y poner a prueba el concepto de «arte útil,» noción que promueve la integración del arte en la búsqueda de soluciones, sostenibles a largo plazo, a las urgencias sociales y políticas.