“Project” es una pieza que muestra que una pieza es más que solo una pieza. Iniciada por Xavier Le Roy en 1999, comenzó como una investigación en las relaciones entre producción y proceso, y producto y danza y teatro. ¿De qué modo producimos lo que producimos? ¿Podemos separar la representación del cuerpo del modo en que esta representación llega a ser? ¿Nuestras estructuras de trabajo económicas, políticas y sociales tienen un impacto en nuestro entendimiento del cuerpo? ¿De qué modo toman forma, limitan y condicionan el contenido de nuestro trabajo? ¿Pueden los nuevos modos de producción liderar diferentes tipos de movimiento y representaciones del cuerpo? Entre 1999 y 2002, «E.X.T.E.N.S.I.O.N.S.» tuvo lugar como una serie continua de workshops en diferentes lugares con gente distinta, como un experimento colaborativo con el proceso del proceso. «E.X.T.E.N.S.I.O.N.S.» proporcionó y produjo situaciones de trabajo, cuestionando, remodelando, dando la vuelta a todos los parámetros que determinan la producción, volviendo el proceso de trabajo completo a producto en sí mismo, haciendo y reflexionando, tratando y mostrando. No había separación entre el objeto y su contexto, entre acción, investigación, ensayo, producción y presentación pública. La ambición era trabajar en todos estos parámetros al mismo tiempo.
La noción de juego se ha convertido en tema, método, y herramienta central. Como las prácticas preformativas, los juegos ofrecen nuevas perspectivas sobre lo teatral al igual que las prácticas sociales. Con la capacidad de afectar como ningún otro ámbito de lo social, los juegos son construcciones ficticias que al mismo tiempo producen una realidad cultural y social. Estas “construcciones dentro de las construcciones” figuran como una herramienta para trabajar sobre los afectos y el efecto del cuerpo –constituyen una base para trabajar sobre como los cuerpos se ven afectados por situaciones y a cambio tienen un efecto en su propio estado– y al mismo tiempo constituyen un principio coreográfico: los juegos organizan el movimiento de acuerdo a unas reglas. Las reglas pueden usarse como medio para comunicar. Estas de- y re-organizan la constelación de gente en una situación que no es ni pre-dada ni pre-fijada (por el coreógrafo), ni es una escena improvisada como la suma de las decisiones individuales. La coreografía se desarrolla como una situación que, como una composición, depende de las normas, tanto como en el uso individual de ellas, en las tácticas y estrategias y por tanto, en las elecciones y decisiones adoptadas por los jugadores individuales. Aunque compuesto, permanece siempre abierto y flexible. Donde el juego es coreografía y la coreografía se vuelve juego, emerge otra de- y re-territorialización; los performers son simultáneamente actores, jugadores e intérpretes mientras que la coreografía se convierte en un modo de hacer, ver y entender, y, en el espacio entre medias, algo como la subjetividad podría llegar a nacer.