El proyecto consistió en reformar un albergue para refugiados en Smålandsstenar con la ayuda de los habitantes y la comunidad de vecinos. Juntos crearon un nuevo hogar rehabilitando un viejo hotel abandonado.En otoño de 2015 Suecia fue uno de los principales países de destino para los refugiados acogidos en la Unión Europea. A pesar de que el estado sueco tiene un sistema de acogida bien desarrollado la urgencia de la situación hizo que las instalaciones de alojamiento fuesen escasas. Fue necesario buscar nuevas posibilidades de vivienda e iniciar procesos de rehabilitación en pocas semanas de acuerdo con las exigencias de la situación.
El Hotel Smålandsstenar se convirtió en un albergue para los refugiados, pero el personal implicado no tenía tiempo ni recursos para rediseñar adecuadamente el interior. Especialmente las salas comunes pequeñas, oscuras y deprimentes ofrecían poco a sus usuarios traumatizados así que WochenKlausur decidió renovar el interior del albergue.En una primera fase se hizo una lista de las adaptaciones necesarias y de otras sugerencias de mejora discutidas con los residentes y el equipo directivo. En una segunda fase todos los muros se pintaron de blanco y esta fue una buena motivación para que los refugiados también participaran. Se formaron equipos para todas las demás tareas como lijado, pulido y acabado de puertas y armarios, la renovación de la capa de suelo resquebrajada, tapicerías de los asientos y la decoración de la pared con mapas y retratos de los residentes.
Con el apoyo de Kunsthalle Gislaved, WochenKlausur se organizó para conseguir los materiales y herramientas necesarias de las empresas e instituciones locales. Cada apoyo recibido podía considerarse como una contribución consciente para aceptar el albergue de refugiados y como apreciación de todos los «nuevos suecos» como una posibilidad de que las regiones disminuyan la densidad de población.La antigua plaza de aparcamiento del hotel, que ya no estaba en uso, se convirtió en un nuevo jardín equipado con muebles de exterior hechos por ellos mismos para permitir un intercambio e integración entre visitantes y vecinos. Un grupo de refugiados y voluntarios locales acordó mantener el terreno y sus instalaciones.
Por último, WochenKlausur inició una cooperación a largo plazo con la escuela de secundaria Smålandsstenar. La dirección y el dueño del albergue de refugiados acordaron seguir apoyando y manteniendo todos los compromisos. Se estableció una red y una base de datos para garantizar mejoras adicionales y mantener todo en continuidad y reparación.El proyecto debería funcionar como modelo de buenas prácticas y contribución constructiva al debate en curso sobre asuntos de refugiados. El nuevo aspecto del hotel antiguo debería proporcionar una sensación de hogar e inclusividad. Al final de la residencia de WochenKlausur se levantaron dos banderas frente a la de refugiados de Smålandsstenar, cosidas por los propios residentes, una de las cuales muestra la paloma de la paz.