La persona es un personaje forjado en el pasado que ha aprendido a multiplicarse en otros tantos personajes que interactúan con la situación presente. Vivimos con el cuerpo, no con las palabras, y el cuerpo está forzado a intentar lo que no puede: balbucea, tropieza, repite … El cuerpo se deforma como en el sueño buscando articulaciones diferentes, para recorrer la risa. Hacer algo no te cambia, pero es un signo. Hacer algo apenas modifica nada pero forma parte de la construcción del presente. Todo lo que ocurre importa aunque no nos importe. Frente al clima la voluntad es insignificante. No se puede cambiar la dirección del viento. Sin embargo, la intuición y la experiencia ayuda a saber si hay que ponerse botas de agua o gafas de sol. Detrás del personaje está la persona con la misma cara que el personaje. ¿Quien crea el personaje? El espectro creado vive en una realidad paralela. Por cierto, ¿tú donde vives?

 

Vídeo (presentación de la pieza):