A veces es como una escultura griega, llena de narcisismo y con toda su ansia de eternidad en la piel. Blanco, de mármol y con los pelos sintéticos de una peluca ajada.
Después de algún tiempo indefinido no se pueden recordar las frases que se dicen en los escenarios. Algunos hombres y mujeres sí lo hacen, pero no es el caso de aquellos espectadores. Supervert vestía de verde y quiso contar algo de los desinfectantes de cuartos de baño, sin dejar atrás las posibilidades que ofrecen los geles de manzana.
¿Cuál sería la marca de aquellas zapatillas deportivas para bailar? Hacían juego con la capa brillante de tela de forro que estaba mal recortada.
Iluso el que se transforma en escena en un artista. Porque acabará descubriendo que él es el único que ingenuamente creyó en la representación. Una voz en off, con música de cine barato avisa de la llegada o la salida de los virus y bacterias por el desagüe del fregadero. Es preciso contar con la presencia en todo momento de un líquido desinfectante que pueda prevenir la aparición de las enfermedades.
Pasillos y paseantes se dirigen hacia el espectáculo del humo, mientras un niño también vestido de verde duerme en un lugar vacío.
Azulejos diseñados por una escuela famosa del pasado se proyectan sobre otra tela de forro ahora blanco. Y son trapos de la cocina de Ion o del primo de Sandra. Nadie conoce a Sandra por eso no tienen vergüenza y pueden bailar delante de ti. Ya, pero sí tienen miedo.
He visto en una televisión que los dibujos se mueven. Son blancos y cuando él los toca se mueven. Se supone que tiene algo que ver con la magia, porque él está todo el tiempo moviéndose y moviéndose. A veces, no siempre, tiene que acabar y parece cansado. Tiene que ser muy difícil coincidir con la representación de tu propio cuerpo y ocupar el mismo espacio. Entonces el dibujo cambia y tiene que empezar de nuevo, nunca se termina, espero que tenga una casa donde poder descansar, porque el dibujo nunca está quieto y es blanco.