¿El trabajo escénico que realizan actualmente surgió de manera individual o colectiva?

De manera colectiva.

¿De dónde parte la formación de los integrantes?

Parte por un lado de diversos laboratorios relacionados con las prácticas escénicas contemporáneas, pero también de procesos de intercambio colectivo relacionados con la generación de estrategias propias del activismo político y las acciones de guerrilla urbana. Parte también de programas de intercambio con colectivos de México y del mundo relacionados con la aplicación de programas de intervención y ocupación de espacios en condiciones de abandono, como mecanismos de resistencias autónomas.

¿Qué tipo de evolución o transformación detectan que se ha dado desde el inicio del grupo hasta la actualidad?

Si hablamos de evolución esta se encuentra en la generación de dispositivos de trabajo en conjunto. Desde que fue creado el programa en el año 2012 hasta la fecha se han ido complicando y madurando en un tipo de conciencia cada vez mayor en lo que se refiere a alcances, diseños, estructuras, pero también riesgos y limitaciones. Por otro lado, si intentáramos hacer una lectura de procesos asimilados en la transformación, esta solo sería posible mediante el ejercicio del teatro en la realidad política que circunda el programa, es decir, en las posibles contingencias, casi perceptibles como atentados, de la transformación social.

¿Cómo se sitúa frente al contexto artístico en el que trabaja?

Nos relacionamos con el contexto artístico a partir de la renuncia. Nos situamos como los (Afortunadamente no únicos) responsables de la construcción de otro contexto dentro del contexto artístico en el que debiéramos catalogarnos. Es una identidad contenida en la renuncia y anulación de ese contexto, que a su vez nos hace partícipes. Es nuestro campo minado de interrogantes y formulación de realidades alteradas desde la percepción de lo social hacia la apertura de otros contextos que ya no solo puedan llamarse artísticos, teatrales o políticos.

¿Cómo se sitúa específicamente frente al contexto teatral en el que trabaja?

Creo que no nos situamos. No nos hemos comprendido en el interior de un contexto específico. Menos aún en el ámbito de lo teatral, siempre atravesado por diversas modas y tendencias. Es evidente que trabajamos como tantos otros colectivos y organizaciones en la construcción de teatralidades que hoy se vuelven materia y objeto de estudio para la generación de otros rumbos vulnerables de ser identificados, valorados o expuestos como variantes genéricas de otros géneros ya impuestos, sin embargo, no queremos pertenecer a ella. Nuestra intención ha sido corresponder únicamente a una mínima instancia de sobrevivencia. Un pequeño contexto de autonomía que provoca discursos plenos de interrogantes desde la intervención escénica a espacios signados por la violencia en uno de los sitios más olvidados del norte del país que es Tamaulipas. Una localización perdida dentro de la geografía del contexto teatral. Una posición negada quizá, a entenderse como teatral.

¿Se considera representante o forma parte de alguna corriente que podamos considerar emergente dentro del panorama teatral actual?

Nos consideramos parte de un manifiesto por la defensa y pertinencia del teatro en zonas contextualizadas por la violencia y el extermino. Esto, producto de una emergencia nacional, ha sacudido nuestros imaginarios para la articulación de procesos que permitan crear resistencias nacionales a partir del estado marginal cercado por la clandestinidad y el anonimato. Resistencias que alteren la percepción de los modelos de lucha prestablecidos y nos arrojen hacia un circuito de cooperación comprendido en la identidad contextual de nuestras geografías operantes, desheredado de fórmulas ideológicas, tácticas de guerra inventariadas desde los años 60s, panfletos reaccionarios y contestatarios. Una corriente o movimiento que hoy no pueda considerarse de ninguna forma posible.

¿Menciona algunas referencias teóricas o artísticas que les sirvan como interlocutores de su trabajo?

La banda Baader-Meinhof.

¿Quiénes son algunos de los creadores o pensadores que hayan influido en su manera de entender la creación o que acompañen sus procesos?

Heiner Müller, Samuel Beckett y eventualmente Brecht.

¿En qué tipo de espacios suelen presentarse?

Somos un programa que se piensa como plataforma de prácticas escénicas para la presentación de proyectos pertenecientes a colectivos y solistas dentro de espacios condicionados por el abandono en contextos de violencia dentro de México y Latinoamérica.

¿De dónde viene la necesidad de moverse a esos otros espacios no teatrales?

No hemos tenido la necesidad de movernos a lo que llamas “otros espacios no teatrales”. El proyecto nace en el contexto de estos no-espacios que al contrario de los otros consideramos altamente susceptibles a una pertinencia teatral inaplazable. El riesgo que hemos considerado como potencial, más que ser fácilmente anulados por grupos de delincuencia, es el de desplazarnos a esos otros espacios convencionalmente institucionales que en poco compiten con lo teatral. Esos espacios para nuestro programa, son los “otros espacios no teatrales” Habría que considerar la inversión de los conceptos para la formulación de la pregunta, o en todo caso reconsiderar en ambos conceptos la capacidad de una teatralidad incluyente.

¿Cuáles son los factores o componentes que deben tener esos espacios, contextos, para situar su trabajo?

Los factores se ven compuestos principalmente por contextos de violencia y abandono. Generalmente la primera ha traído como consecuencia la segunda, pero la segunda trae consigo lo que me parece que es uno de los componentes y detonantes fundamentales para que este trabajo encuentre pertinencia: el olvido. Situados en el contexto del olvido, es que percibimos la necesidad de generar una memoria significativa a partir del teatro en estos contextos de la no pertenencia, en estos no-lugares. Podemos decir entonces, que se trata de espacios cancelados por el tiempo, impactados por la violencia, que han quedado consecuentemente en abandono y que, con todo esto, han provocado un olvido donde las teatralidades encuentran una pertinencia de la memoria, para señalar que existe otra alternativa potencial para la creación de foros emergentes diseñados desde la naturaleza misma de su contexto y no de una pretendida vanguardia escénica. Creo, en suma, que la violencia, el abandono y las derivaciones del olvido, han dado sitio a la existencia y propósito de este trabajo.

¿Cuál es su forma de producción?

Generalmente autogestionada.

¿A cuánto ha ascendido el coste de sus últimas obras?

No producimos obras. Generamos un festival anual, programas de residencia y proyectos de investigación en diversos contextos de violencia en el mundo.

¿En México son muy pocos los creadores escénicos que viven de su actividad artística, cómo financian su supervivencia como artistas?

Nuestra manera de financiarnos viene principalmente de un circuito de cooperación que hemos integrado con Argentina, Chile y Uruguay. Países donde el programa tiene presencia. También de donaciones, apoyos por parte de la iniciativa privada y fondos concursables.

¿Qué público recibe habitualmente sus trabajos?

Público especializado y perteneciente a las zonas de conflicto donde se encuentran los espacios intervenidos y ocupados por diversas agrupaciones convocadas por el programa.

La escena puede entenderse como un espacio de creación, un modo de producir conocimiento o una forma de activismo social o político. ¿Con cuál de estas aproximaciones se sienten más identificados, por qué?

Con las tres. Me parece que no habría necesidad de elegir un solo concepto. Deberían considerar las tres para conformar una teatralidad más plena o comprometida con enfoques que asociados con la creación puedan desafiar nuevas formas de producir conocimiento dentro de un contexto inaplazable de implicaciones políticas que nos devuelven la imagen del teatro como una forma incuestionable de implicación política, asociado al activismo de otras nuevas realidades autónomas para la escena de nuestros días.