ESCENA 1
MADRASTRA – GUERRA
SOLDADO.- Cuando la niña cumplió doce años hacía dos
que había empezado la guerra.
Estábamos en ese tiempo en que cualquier acontecimiento
cotidiano era precedido por la muerte. Estábamos en ese
tiempo en que las victorias se obtenían según la cantidad
de niños asesinados.
La guerra entre ejércitos había perdido importancia. Las
bajas civiles comenzaron a ser el principal objetivo, y muy
pronto los niños se convirtieron en las víctimas favoritas.
Las bombas explotaban en los colegios, en las guarderías,
en los orfanatos… Las escondían dentro de las muñecas, o
las cubrían con un puñado de caramelos. Apenas había
bolsas ni tierra para sepultar a todos los niños asesinados.
«¿Y si los niños crecen, y se les ocurre ser bellos, y
vengarse? ¡Hay que matar a los hijos de todos aquellos
hombres que hemos asesinado!» Eso decían.
Se había llegado a la conclusión de que la matanza de
inocentes era el mejor sistema para debilitar la moral del
adversario. Pero en el fondo lo que se había descubierto era
la forma de legitimar el inmenso placer que a los hombres
les proporciona el ejercicio de la crueldad. Hasta la fecha
ninguna hecatombe había impedido nuevas y más
sangrientas hecatombes.
Las guerras son como las madrastras perversas. Todas
quieren ser las más bellas. Todas se miran en el espejo de
otra guerra. Y si reconocen a una víctima más bella que la
propia guerra se encargan de perseguirla hasta aniquilarla.
BLANCANIEVES.- ¡Me pregunto si la vida de una niña
merece la pena!
Estaba sola en el inmenso bosque
Tenía tanto miedo que me he quedado mirando las hojas de
los árboles sin saber qué hacer.
Luego he echado a andar,
caminando sobre las piedras afiladas y las espinas,
y las fieras pasaban a mi lado sin hacerme nada,
miraban la sangre de mis pies
y pasaban a mi lado sin hacerme nada,
en vez de comerme
las fieras del bosque agachaban la cabeza,
suspiraban,
y pasaban a mi lado sin hacerme nada.
He caminado mientras mis rodillas me han sostenido,
hasta que ha empezado a oscurecer.
Entonces han pasado cosas horribles, horribles.
Las mujeres han empezado a ahorcarse de los árboles con
sus medias,
pero antes se han comido un trozo de sus abrigos
para tener un poco de fuerza y susurrar el nombre de sus
hijos.
Se ayudaban unas a otras, unas a otras, unas a otras.
Primero sujetaban las piernas de la ahorcada
y luego las soltaban.
Sujetaban las piernas y las soltaban,
sujetaban las piernas y las soltaban,
sujetaban las piernas y las soltaban.
Al final eran diez mujeres ahorcadas,
parecían galgos de lo secas que estaban.
¿Lo escuchas?
Escucha el llanto de las fieras del bosque.
ESCENA 2
LAS SIETE PREGUNTAS
SOLDADO.- A Blancanieves su abuelo le había enseñado
siete preguntas. Le había dicho que cuando las cosas se
pusieran mal se las hiciera a cualquiera que se cruzara en
su camino. Eran preguntas muy cortas. Eran preguntas
antiguas. Eran preguntas de antes de Cristo. Pero el mundo
yacía mísero, cada vez más, y los caballos de Aquiles
seguían llorando por el sufrimiento de los hombres. El
mundo yacía mísero, dominado por la guerra, como si la
civilización estuviera condenada a la peste por desconocer
la respuesta a las siete preguntas. Así que Blancanieves le
preguntó a un soldado.
BLANCANIEVES.-
¿Qué es el Hombre?
¿Qué es el Estado?
¿Se puede convertir a un hombre en un hombre mejor?
¿Qué es peor, recibir injusticia o cometer injusticia?
¿Existe la verdad?
¿Se puede enseñar la verdad?
Donde está lo bello, ¿el mal desaparece?
SOLDADO.-
El Estado es el insomnio,
usted no ha venido aquí a dormir,
esto no es un hotel,
los oficiales también estuvieron sin dormir,
lo bueno que haya hecho usted
no viene a cuento,
y además sigue siendo usted un hombre,
no hay motivo para quejas,
porque sigue siendo usted un hombre,
todos sus excrementos son humanos,
usted está sentado
sobre sus propios excrementos humanos.
Y estas flores, estas jodidas flores
son las flores más bellas, más bellas, más bellas
que he visto en mi vida.
SOLDADO.- El mundo yacía mísero, cada vez más, como si
la civilización estuviera condenada al hambre por
desconocer la respuesta a las siete preguntas. Condenada
al hambre. Condenada al hambre…
ESCENA 3
EL HAMBRE- MANZANA
BLANCANIEVES.-
He visto morder a un hombre el brazo de su hermana…
He visto roer los huesos de los caballos muertos…
No quedan más animales que devorar.
Algún perro consumido por enfermedades de perro.
Alguna rata consumida por enfermedades de rata.
He visto masticar el estiércol…
He visto sorber los orines de las bestias para calmar la
sed…
Y sorber los propios orines…
He visto arrancar las costras de las heridas de los
enfermos…
Y morderlas poco a poco.
He visto cambiar a un niño por una bolsa de basura.
Los soldados venden bolsas de basura a los hambrientos.
He visto a madres odiar la boca de sus hijos
y después las he visto estrangularlos.
No había esperanza que las detuviera.
Los gusanos comen más que los hombres.
Mi padre me contaba cuentos de hadas
para enseñarme lo que era el mal
Pero ahora tengo que hacer un esfuerzo tan grande
para no comerme mis propios dedos,
para no pensar en el dolor que empieza en la lengua
y termina en los tobillos.
Mi padre me contaba cuentos de hadas
para enseñarme lo que era el mal.
Y al final siempre me casaba con el Príncipe.
Y tú, tú, ¿me cuentas tú un cuento de hadas?
ESCENA 4
RESURRECCIÓN – VIOLACIÓN
SOLDADO.- Y como no se pudrió, un grupo de soldados la
encontró tirada en el bosque, los soldados eran jóvenes y
fuertes, y tenían el corazón tan velludo como sus brazos, y
la violaron doce veces, una vez por cada año de vida de la
niña, y Blancanieves por fin abrió los ojos, después de
muerta, como si cada soldado hubiera sido un Príncipe,
como si cada violación hubiera sido un beso, como si cada
vez que la habían llamado puta la hubieran resucitado.
BLANCANIEVES.- ¿Cómo puedo seguir siendo la misma con
este dolor?
¿Cómo puedo seguir siendo la misma con este dolor?
¿Cómo puedo seguir siendo la misma con este dolor?
¿Cómo puedo seguir siendo la misma con este dolor?
¿Cómo puedo seguir siendo la misma con este dolor?
¿Cómo puedo seguir siendo la misma con este dolor?
¿Cómo puedo seguir siendo la misma con este dolor?
SOLDADO.-
Hizo la pregunta siete veces.
Se olvidó de las otras preguntas.
Era la última persona que sabía las siete preguntas.
El mundo estaba perdido.
Somos hombres que matamos a otros hombres.
Y nada más.
Y nada más.
ESCENA 5
BODA – ESPOSA DE GUERRA – NIÑA SOLDADO
SOLDADO.- Blancanieves era tan bella que los soldados se
la llevaron al comandante como regalo. Había un ejército
entero de niñas. Puesto que iban a morir de todos modos,
por qué no aprovecharlas. La mayoría habían visto morir a
sus padres. Algunas eran secuestradas a punta de pistola,
pero casi todas estaban tan hambrientas que un plato de
comida había bastado para dejarse arrebatar la infancia,
llenas de odio. Y allí estaba el futuro marido de
Blancanieves, el oficial mejor alimentado, criando en su
barriga la capa más gruesa de tocino, compitiendo con los
cerdos. Y de repente Blancanieves se convirtió en la esposa
de guerra más bella, más bella.
ESCENA 6
EL EJERCICIO DE LA CRUELDAD
SOLDADO.-
No va ser difícil.
Las niñas lo aprendéis todo en los cuentos.
¿Tu padre te ha contado cuentos?
En los cuentos pasan tantas cosas.
Cosas nauseabundas.
Cosas malas.
En los cuentos siempre hay malos.
Los buenos y los malos.
Los buenos y los malos.
Los buenos y los malos.
Así que no va a ser difícil matar a nuestros enemigos.
Matar a los malos.
Sólo hay que matar a los malos.
Son niños como tú.
Pequeños.
No tienen mucha carne.
Ni mucha fuerza.
Tendrás que aprender a hacerlo con perros.
¿Te gustan los perros?
Primero les cortas los tendones de los pies
para que no puedan correr.
Después les cortas las manos
para que no puedan protegerse.
Y después les golpeas la cabeza
hasta que escupan la vida por la boca.
Eso hay que hacer con nuestros enemigos.
Del enemigo solo debe quedar una cabeza
separada de los hombros.
El resto del cuerpo
es para alimentar a nuestros cerdos blancos.
A veces estamos quince horas seguidas
matando y robando
maltratando los cuchillos
Quince horas seguidas.
Y después alimentamos a nuestros cerdos blancos.
¿Entiendes?
Nuestros cerdos blancos.
SOLDADO.- Por las noches drogaban a Blancanieves, la
subían a una mesa y la dejaban delirar y delirar, frente al
televisor, porque aquello les hacía reír y podían olvidarse
del horror durante un tiempo, hasta quedarse dormidos. En
cambio para Blancanieves era como si después de la
matanza siguiera luchando.
BLANCANIEVES.-
Córtame las orejas
con el ventilador antiguo.
¡Aquí hay mucho humo,
no se ve nada!
Si no voy pronto a mear empaparé las vendas.
Hay gas por todas partes.
¡ Sí! Utilizo el dinero dedicado a la infancia
para cagarme en el mundo.
La infancia no existe.
Así que coge el arco iris y te lo metes por el culo.
¡Mira! Puedo bailar con vísceras en los pies
sobre un mantel de picnic.
Tiene que ser una puta broma.
¡Vamos, disparad, hijos de puta!
El mundo corre un grave peligro.
La madre pinta una cuna.
Voy en pijama por el desierto.
Soy la salvaje.
Dicen que hay una mujer que abraza a la gente.
Pero yo sólo sé que las manos de ese tío son como
cangrejos.
¡Gracias a las niñas por crecer!
¡Gracias a las niñas por crecer!
¡Gracias a las niñas por crecer!
Las niñas ya no pueden crecer,
imbécil hijo de puta.
¡Vomita en otro sitio, cerdo!
¡Me has manchado el puto vestido!
Siempre quise follar como los soldados,
con los pantalones puestos,
y orinarme dentro de mujeres sin pasado
¡Auuu….!
¿Pero qué hago ésta mañana
afeitándome la garganta como si fuera un lobo?
Quiero sentirme como algo no humano
y me afeito la garganta como si fuera un lobo.
Algo no humano.
Necesito algo no humano.
Ayer me harté de romper huesos y carne
con una fuerza más antigua que el diluvio.
Heridas y más heridas como una manada de bueyes.
Y aunque estaban muertos hacían ruido con los dientes.
Y después de apuñalarles no dejé reposar las manos.
Me ensucié las uñas dentro de las heridas.
Y los cuchillos parecían juguetes.
Aquello estaba lleno de putos juguetes afilados.
He calentado mi cuchillo con la sangre de otros niños.
Y me ha gustado, ¡cabrones!
¡Me ha gustado!
¿Qué habéis hecho con mi bondad?
¿Qué habéis hecho con mi bondad?
¿Qué habéis hecho con mi bondad?
ESCENA 7
LA TORTURA – BLANCANIEVES DEFORMA SU ROSTRO
BLANCANIEVES.-
Empecé a odiar mi rostro,
cada vez más hermoso,
los oficiales no querían a otra niña.
Así que me rajé la piel con piedras afiladas,
la llené de cicatrices,
me reventé los labios y me aplasté la nariz.
Los oficiales amaban lo bello pero detestaban la fealdad.
Entonces mi esposo me entregó a los soldados,
mucho más brutales que los oficiales,
mucho más hambrientos,
mucho más cansados,
más aterrorizados,
más indefensos,
la mayoría también niños.
Me golpearon durante quince días consecutivos.
Pude contar hasta 33 tipos de tormento.
Me obligaron a caminar sobre excrementos humanos.
Me dieron cucharadas de sal sin permitirme beber agua.
Utilizaron hierros calientes en mi vagina…
Me abrasaron la planta de los pies.
Usaban la electricidad que les robaban a los pobres.
He estado días enteros sin dormir, de rodillas, desnuda.
Tengo tantas ganas de dormir, ¡Dios mío!
Tengo tantas ganas de dormir.
Y aquel niño que me vigilaba,
que me torturaba sin parar de reír,
aquel niño,
era realmente guapo.
Y después me dieron otra vez el sable para obligarme a
matar.
Según los oficiales yo era buena matando.
Y ahora mataría mucho mejor.
Ahora era tan fuerte que me podían usar como yunque.
Y me ofrecieron pan,
pero ya no sabía comerlo.
SOLDADO.- Pienso tanto en ti, pienso tanto en ti…
ESCENA 8
A DORMIR
VOZ EN OFF.-
A las armas
Todos los niños a la armas
Los niños que no cojan las armas serán fusilados
Los niños que duerman serán fusilados
Dormir debilita el poder
Los que debiliten el poder serán fusilados
Los niños que no cojan las armas serán fusilados
Los niños que duerman serán fusilados.
El SOLDADO y BLANCANIEVES se visten con pijamas y se
echan a dormir.