«Pienso en el teatro de Víctor Varela como experiencias de desplazamiento. Una especie de viaje, de éxodo permanente en la urgencia de negar los centros y los anquilosados territorios de comprometedora seguridad. Su creación y su estar se han ubicado siempre en la perspectiva de los bordes, en una vocación kamikazi por los límites.

Evoco las estaciones de esta trashumancia consciente y estéticamente construida: Teatro del Obstáculo, Texto Imposible, Arte Conceptual, Realidad Suspendida, Estética de la Dificultad. Este itinerario que transita de la poética del obstáculo a la estética del vacío, implica la vida como acto y como creación. Un pensamiento que intenta adelgazar la materialidad construye una suspensión del concepto. Domesticar lo imposible, haciendo un aliado del obstáculo donde no se avizoraba ninguna salida, fue un modo de subvertir la realidad. De esta materia ética se sustenta la creación de Varela y se configura una poética de la dificultad que se sigue alimentando de un estar en las márgenes o en las fronteras de la territorialidad: allí donde lo ajeno se aproxima a lo propio y lo extraño a la hibridez.

Sus textos existen en la espesura escénica, proponiendo una dramaturgia del acontecimiento donde la experiencia se teje en una extraña textualidad performativa: más próximos a una partitura ellos se revelan como escrituras escénicas de marcada vocación intertextual. Las estrategias deconstructoras agudizan el filoso ángulo de su mirada, rabiosamente paródica. Insistir en las márgenes, investigar en los límites se percibe aquí concordante con la ineludible condición de precariedad. Sus tejidos escénicos invitan al cuestionamiento más radical, casi en una especie de festividad de los bordes, de lúdica complicidad con los estados marginales.

Estos procesos de investigación han abordado extremas situaciones de crisis en circunstancias diversas: la agónica sobrevivencia de las relaciones afectivas(Los Gatos); la experiencia extrema en las relaciones humanas (La Cuarta Pared I); la experiencia extrema del ser (Cuarta Pared II); la imposible representación de un espacio mental (Opera Ciega); la simbolización del interior humano en una estética del vacío (Segismundo ExMarqués); la violencia fundadora sobre los límites de un desastre: el hombre inventándose a sí mismo (El Arca); la irrealizable consumación del deseo en las márgenes de la moral (Biblis)…

La teatralidad de Víctor Varela y su Teatro del Obstáculo la leo simultáneamente paródica y agónica, como una escritura de ciertos tatuajes. Sus trazos a veces esperpénticos, a veces medularmente agónicos, configuran los textos de una diáspora espiritual, de un éxodo que se inició en húmedos límites insulares y se extendió en la transgresión de los territorios, hacia el único lugar donde lo imposible tiene hoy apariencia de posibilidad: un no-lugar donde las utopías se transformaron en aporías».

Ileana Diéguez, «El Teatro del Obstáculo y la poética de la dificultad», (presentación a) Bilis, de Víctor Varela. Chaco (Resistencia), 2001.

Otras obras
En La Habana:
>Los Gatos, 1986. (Teatro íntimo)
>La Cuarta Pared, 1988. (Teatro extraverbal)
>Godot ,1989. (Danza de la inmovilidad)
>Tecnike Tecnike, 1989. (Danza Teatro)
>Artaud, 1991. (Duo para un bailarín y una marioneta)
>Monodrama Cuarta Pared II, 1992. (Teatro puro)
>El Arca, 1995. (Teatro de la tradición y lo moderno)

En Buenos Aires:
>Biblis, 2000. (Teatro informático)
>Aplaude con una mano, 2001. (Teatro oriental)

En Miami:
>Nonato en útero, 2003. (Teatro Plástico del Verbo)
>Metáfosis, 2004. (Teatro Audiovisual)
>Cuba Material, 2004. (Teatro Postpular Cubano)