Segundo espectáculo de la llamada «Série brasileira».
El tema tratado era la proliferación de las sectas religiosas que invadían en aquel momento las calles y las plazas de las metrópolis brasileñas, captando a los sectores más desfavorecidos de la población.
El trabajo se desarrolló a partir de visitas a los lugares de «predicación» y el texto iba reescribiéndose cada día. En los ensayos, siguiendo los postulados de Eugenio Barba, el grupo empezó a intensificar los entrenamientos de acrobacia, cuerpo y música.
Entre los presonajes de la obra se encontraban un pastor, un grupo de creyentes, un travesti, una ex-cocainómana, una ex-prostituta y un ex-pederasta que daban lugar a reacciones de lo más diverso entre el público.