Se trata de un film vivo y efímero fruto de la reflexión y el trabajo de tres artistas, Silvia Zayas, Nilo Gallego y Chus Domínguez, En el lugar del apuntador es una “película-acción” rodada cada vez que se exhibe, con cámara y micrófono, a partir de la particular realidad de cada sala.

En el lugar del apuntador (2015) es una obra muy interesante tanto por su/s tema/s o su/s contenido/s como por la forma en que fue producida, ya que es fruto de una investigación y un proyecto llevados a cabo en el Laboratorio 987 por los artistas Silvia Zayas, Nilo Gallego y Chus Domínguez entre junio de 2013 y enero de 2014 en el MUSAC. El proyecto funcionó como un laboratorio móvil para investigar una heterogénea práctica artística denominada artes en vivo, para analizar la confluencia de dichas artes con las artes visuales y para poner en cuestión y/o colisión las dinámicas del “cubo blanco” museístico y de la “caja negra” escénica. Este proyecto formó parte del ciclo expositivo La forma y el querer- decir, comisariado por Leire Vergara, y en todo momento se mostró no tanto como una exposición estática cuanto como un verdadero proyecto colaborativo (en él intervinieron además de los tres artistas leoneses un buen número de profesionales muy variados), de investigación (con un punto de partida, pero sin objetivos prefijados) y evolutivo (tuvo varias fases a lo largo de los meses del proyecto y continuó más tarde con el objetivo de dar forma y hacer comunicables mediante una obra los contenidos y las aportaciones). A la hora de continuar el proyecto y generar una obra, la primera opción fue producir una película con el ingente material registrado. Pero una película cerrada de principio a fin resultaba incongruente dado el carácter abierto, evolutivo e interrogativo del propio proyecto. De ahí la pertinente pregunta que determinó un giro en la producción. ¿Cómo crear una película que siga viva y no quede eternamente cerrada en sí misma? Así, los artistas decidieron hacer una “película-acción” que escapa de la cinta estática, un film efímero y azaroso que cambia cada vez que se expone. El resultado es una instalación o “películaacción” en la que los dispositivos de registro (cámara y micrófono) no almacenan documento alguno, sino que recogen la azarosa realidad de la sala. En ellos se han insertado elementos fijos como el propio guión de la película (un libreto en papel y un guión en la película, confeccionado con partes o aportaciones registradas en el desarrollo del proyecto y que constituyen una especie de archivo o memoria) y elementos de ficción, tales como el sonido del apuntador y su cabina. Ese apuntador apunta al guión-libreto, cuestionando tanto el orden temporal como la frontera entre realidad y ficción. La voz que “sopla” parece ser anterior al archivo, y las voces grabadas se convierten en actores que interpretan el texto “apuntado”. La colisión de la voz del apuntador y del texto “apuntado” con la propia realidad de lo que ocurre en la sala hace que se pongan en cuestión el proyecto, la investigación, los participantes, los visitantes, la exposición y el propio museo, abriendo así una brecha en las convenciones del “cubo blanco” y del sistema del arte. En el lugar del apuntador, por Chus Domínguez, Nilo Gallego, Silvia Zayas, 2015, instalación, medidas variables, Colección MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León).

Texto escrito por Manuel Olveira, Director del MUSAC.