…nació en México de una reflexión sobre el sueño de los actores; en la escritura de una descripción de acciones, sin parlamento, se inició el trabajo. La elaboración del material onírico, considerada su fuente: “La Realidad”, sufrió varias destilaciones, confrontándose en el simbolismo, el surrealismo, lo abstracto. A través de un riguroso entrenamiento del actor y una experimentación libre sobre principios de actuación oriental, el grupo pretende con esta pieza una escritura precisa en el espacio, una caligrafía de signos, donde el lenguaje, prelógico, fluye desde la fuente de todos los ríos. Las historias son rituales de fuerzas, el sueño eterno, mira desde distintos lugares, chocando, encontrándose.

La estructura fragmentada es hilada por libres asociaciones que corren como ríos subterráneos. El grupo practica un teatro que ocurre únicamente en la escena, apareciendo para desaparecer, efímero.

«Juan Monsalve y María Teresa Hincapié parecen experimentar en su propio cuerpo el equilibrio taoísta de lo lleno y lo vacío; desde allí van destilando los símbolos de una poética que ha logrado clausurar las referencias al contexto para jugar a una simbólica inspirada en el cuerpo y en las claves expresivas del teatro oriental.» (Adolfo Chaparro)