Wolof es la lengua materna en la que hablan los actores-músicos- bailarines que participan en esta propuesta escénica.  Es su idioma. Además ellos hablan español, francés y algo de inglés…Ellos hablan…Como todo el mundo tienen cosas que decir. Aunque es necesario señalar que se manejan bien con el silencio y la escucha. Hay una gran calidad en su escucha, en su manera de escuchar. Y para percibir eso y muchas otras cosas hay que prestarles una atención particular. La escena y el teatro son muy valiosos, un espacio increíblemente valioso para producir todo eso: escucha, conversación, pensamiento, reflexión, diversión, relación. Todos los “on” que intentamos movilizar con esta propuesta. Wolof.

¿Se trata de otra acción teatral? ¿De otra propuesta alternativa? ¿De una performance? ¿De una improvisación coreografiada?

Se trata de una circunstancia

Ellos están aquí.

Pasan por nuestro lado.

Trabajan en nuestra ciudad.

Intentan divertirse. Disfrutar. Aprender.

Pero no han llegado hasta aquí totalmente desposeídos. Sin nada.

No es cierto que lo hayan perdido todo. Que no tengan nada. Tiene memoria, tienen cultura, tienen costumbres, tienen pensamiento, tiene inteligencia, tienen cosas que hacer y que decir.

Tenemos cosas que hacer juntos.

Mónica Francés, la pequeña actriz que “se enfrenta” a ellos, a veces con la cara pintarrajeada de negro, a veces con palabras blancas, otras negras, sabe hacerse escuchar. Ella también tiene una particular relación con la palabra y la mirada que también pone en juego. Con la diferencia. Con la otredad. Como actriz profesional, actuará como nuestra invitada especial en una fiesta de idiomas y actitudes que no refrendan a ninguno pero celebran a todos los que participan en ella.

Hemos decidido que queremos reírnos. También decidimos que queríamos pasarlo bien, pero eso nunca está garantizado y además las cosas, el estado de las cosas está mal, es trágico en demasiadas ocasiones, como para permitirnos ser sencillamente alegres. Ellos vienen de Senegal y ella se educó en Londres. O sea que hablamos en muchos idiomas y cantamos y bailamos y recitamos cosas de memoria y otras cosas las inventamos, ahí mismo, sobre la marcha. Le ponemos al tiempo el paréntesis de tiempo calculado, medido que es el teatro, en el que poder existir juntos.