PRIMERA PARTE

HIPÓLITO.- Os voy a contar un cuento de Navidad. Mi madre se llama

Thora, la famélica enfermera, mi padre se llama Senderovich, el

pálido dentista. A los treinta y dos años Thora todavía era virgen y

vivía con su madre. A los treinta y siete Senderovich había perdido a

su mujer y a su hija, desaparecieron en el mar. De esto hacía ya seis

años. No habían encontrado los cadáveres. Así que Senderovich era

viudo. Thora y Senderovich se conocieron gracias a un intenso dolor

de muelas. Y Cuando Thora y Senderovich se unieron causaron

mucho, mucho, muchísimo dolor. Fueron terroríficamente felices.

Hasta que llegó el día de Navidad. Terroríficamente felices. Y

vosotros, decidme, ¿sois vosotros felices? ¡¡¡¡Dramatis personae

con Thora y Senderovich en fiero tormento!!!!

PRODROMOS DE LA MASTURBACIÓN

HIPÓLITO.- ¿Queréis saber?

¿Queréis saber qué hacen Thora y Senderovich

justo un día antes de conocerse?

Por ejemplo

Thora

mi madre

el máximo dolor sin guerra

hablándole bajito a los perros

casi con la oreja del perro metida en la boca

susurrando

contándole su vida al perro

una vida de mujer para un perro

un perro blanco

todas las mañanas

y el perro esta quieto

como si casi le importara lo que mi madre cuenta

como si casi le importara mi madre

como si estuviera a punto de comprenderla

como si el perro tuviese la palabra en la punta de la lengua

mi madre en la oreja peluda del perro

cerca de las garrapatas

también blancas

hinchadas

la sangre va por dentro

antes de conocer a mi padre

antes de estar cerca de mi padre

antes de la Navidad

y Senderovich

mi padre

qué hace Senderovich

antes de conocer a mi madre

solo

en su jardín

hablando de la higiene de las flores

amante de las flores

¿a quién le habla si está solo?

hablándole a la tierra

le habla de una manera

que la tierra parece blanca

Senderovich le habla a la tierra de su jardín

como si la tierra de su jardín fuera una tumba

como si mi padre fuera un jardinero de hombres

como si la tierra fuera el fracaso de la humanidad

la tierra blanca de espanto

la petunia es más higiénica que la rosa

la higiene de las pasiones

¿a quién se lo dice?

horada la tierra con su lengua sarrosa

blanca

¿a quién se lo dice?

No lo sé

yo soy un puto deficiente

por eso los perros y los niños me quieren tanto

Thora y Senderovich antes conocerse

justo un día antes de conocerse

se masturban

THORA.- ¿El tigre y el payaso?, perdona mamá, ahora limpio el tigre

mamá y el payaso mamá, el polvo del tigre y el polvo del payaso

mamá, la suciedad del tigre y la suciedad del payaso mamá, la

suciedad que han acumulado en un día, en un día más sin saber lo

que se siente, ¿qué se siente?, ¿qué se siente?

SENDEROVICH.- No lo comprendéis, no lo comprendéis, las plantas

favorecen la higiene de las pasiones, el jardín es necesario, las flores

sencillas son necesarias, hay que combatir la pasión, la higiene

modifica al hombre, quiero ser modificado, quiero solucionarme, aquí

en la tierra, os lo prometo, es la última vez.

THORA.- Ahora mismo limpio el tigre y el payaso mamá, pero el

samurai está limpio mamá, la vaca está limpia mamá, el cesto de

flores está limpio mamá, la bailarina está limpia mamá, el gato chino

está limpio mamá, la tacita rota está limpia mamá, todo está limpio,

¿el tigre y el payaso?

SENDEROVICH.- Os digo que ya no vuelvo hacerlo, sólo cuidaré del

jardín, las plantas nos favorecen, porque no tienen corazón, no

comprendéis la higiene, hay seres incapaces de comprender la

higiene, observan una margarita y siguen sin comprender la higiene,

pero yo la he comprendido, y esta es la última vez, la última vez.

THORA.- Lo siento, mamá, ahora lo limpio, lo limpio todo otra vez, yo

limpio el tigre y el payaso mamá, el tigre y el payaso mamá, mañana

quiero sentir, ¿qué se siente? ¿qué se siente? ¿qué se siente?

SENDEROVICH.- Ya no voy a sentir, nunca, nunca, ha sido la última

vez, la última vez, a partir de hoy la higiene de la tierra, la higiene y

nada más.

TIGRE Y PAYASO FORNICANDO BAJO TIERRA: FECUNDACIÓN:

1-LA CONSULTA DEL DENTISTA Y 2-EL HOSPITAL

HIPÓLITO. – Si rastreáis en mi esqueleto hallaréis la genealogía del

dolor

los huesos rotos por 32 partes

32 señales procedentes de antiguas fracturas

he gritado 32 veces en mi vida

el resto del tiempo lo he pasado mudo

he gritado treinta y dos veces en mi vida

Y una más

Y una más

como si el tigre y el payaso hubieran fornicado brutalmente

bajo tierra

bajo el jardín higiénico de mi padre

he gritado treinta y dos veces en mi vida

Y una más

Igual que algunos son gestados en un muslo

mi gestación depende del tigre y el payaso

bajo tierra infectada

mis colmillos rechinan

¿Por qué tuvieron que encontrarse dos seres tan normales?

¿Por qué tuvieron que procrear?

Mis colmillos rechinan

los seres agonizantes son los más tiránicos

el tigre y el payaso ríen hasta hacerme llorar

la tierra salta hasta la desolladura

Thora, ridícula Thora

cuéntanos cómo te duelen las muelas

THORA.- Me duelen. Me duelen por tu culpa mamá. Estoy llorando

por tu culpa mamá. ¿Me escuchas? Estoy llorando. No voy a llevarte

el desayuno a la cama. No voy a comerme las sobras. ¡Nunca más!

Las muelas. Me duelen por tu culpa. Me duelen mucho. Y no me

acompañes al dentista. No te quiero mamá. ¡No te quiero!

1-LA CONSULTA DEL DENTISTA

HIPÓLITO.- Empiezo con enfermera en consulta de dentista

enfermera con dolor

dolor mudo como diente o como sábana

mudo como la necesidad individual de afecto

el blanco también mudo

parecido a la amnesia

ahora vestida de rosa virgen

esa mujer que no soporta mancharse

esa mujer que no soporta que se caigan las cosas

esa virgen aburridísima

virgen 32 años y enfermera

silenciosa como el dolor

silenciosa como los dientes

como las sábanas

como la necesidad individual de afecto

como el blanco

pero ahora la enfermera vestida de rosa virgen

vestida según su madre

más impura que si fuera puta

impurísima Thora

atormentada por pensamientos viscosos

temblando en el sillón del dentista

¿Por qué, madre?

¿Por qué haces esa pregunta?

Eres asquerosa madre

eres verdaderamente asquerosa

Y la enfermera virgen y asquerosa le pregunta al dentista

THORA.- ¿Me hará usted mucho daño?

HIPÓLITO.- Me das asco.

THORA.- ¿Me hará usted mucho daño?

HIPÓLITO.- Sólo sirves para vaciar orinales madre.

THORA.- ¿Me hará usted mucho daño?

SENDEROVICH .- Jamás le he hecho daño a nadie.

HIPÓLITO.- El dentista miente.

SENDEROVICH .- Si me lo propusiera, sin anestesia.

HIPÓLITO.- Con su fuerza espiritual conquista a la enfermera, tú

también eres asqueroso padre, tu fe inventada te da licencia para

ser indigno. Y la enfermera pregunta temblando

THORA.- ¿Me hará usted mucho daño?

HIPÓLITO.- Y aunque nadie lo crea, sin anestesia, el poder de la

mentira, solo con palabras, el dentista no le hace daño ni una sola

vez.

THORA.- ¿Me hará usted mucho daño?

HIPÓLITO.- ¿Cuánto daño te hicieron antes de esa pregunta, madre?

SENDEROVICH.- Jamás he hecho daño a nadie.

HIPÓLITO.- Es el primer ser humano que no le hace daño. ¡Maldita

sea!

THORA.- ¡Se ha caído, qué espanto, se ha caído!

HIPÓLITO.- De la mano del dentista a la mano de la enfermera. La

muela se ha caído al suelo. Thora no soporta mancharse, no soporta

que se caigan las cosas.

THORA.- Ahora sufro menos.

HIPÓLITO.- Pero en el fondo dices otra cosa, madre.

THORA.- Quiero mancharme. Quiero que se caigan las cosas.

HIPÓLITO.- En el fondo cada vez sufres más. Cada vez deseas más

cosas.

THORA.- Quiero sufrir por cosas distintas.

HIPÓLITO.- Tu insatisfacción será más cruel que tu insatisfacción.

THORA.- ¿Voy a ser distinta alguna vez?

HIPÓLITO.- Sí. Vas a ser insaciable.

THORA.- (Suspira.)

SENDEROVICH.- (Gritando.) ¡Jamás le he hecho daño a nadie, jamás

le he hecho daño a nadie, jamás le he hecho daño a nadie, jamás le

he hecho daño a nadie!

2- EL HOSPITAL

HIPÓLITO.- Y dos días más tarde

sólo dos días más tarde

entra el pálido Senderovich

pálido pálido dentista

el que reza todos los días

con los dedos sucios de esperma

aquí entra el dentista religioso

en el hospital donde trabaja la famélica enfermera

entra herido

entra con media cara arrancada

todavía lleva las manos manchadas de tierra

la bragueta manchada de tierra

la bragueta manchada de flores

la bragueta manchada de algo podrido

le vemos los huesos de la mandíbula

comprobamos que es tan pálido como sus huesos

tan macabro como sus huesos

los músculos aún se retuercen alrededor de su grito

parece más real así

lo deforme por fuerza se parece a lo deforme

con media cara arrancada por mordedura de perro

horrendo

así mi padre parece más real

le condeno más fácilmente

a todos nos gusta reconocer a los monstruos

y grita como si ladrara.

SENDEROVICH.- ¡No maten al perro!

HIPÓLITO.- Permite que me ría, padre. Escuchadle bien.

SENDEROVICH.- ¡No maten al perro!

HIPÓLITO.- ¿Quién es el perro? ¡Tú eres el perro! ¿Qué llevas

pegado a los dientes? ¡Pelo negro! Le has arrancado la cara al perro,

¿verdad? ¡Repite!

SENDEROVICH.- ¡No maten al perro!

HIPÓLITO.- Hace rato que lo han matado. Ya han matado al perro sin

cara. Sufría demasiado. ¡Enfermera, famélica enfermera! ¿Lo ves

madre, ves el pelo negro, el pelo negro del perro entre los dientes

del dentista?

THORA.- Pobre, pobre.

HIPÓLITO.- La famélica enfermera reconoce inmediatamente al pálido

dentista. Lo reconoce por la mitad intacta de la cara. Yo lo reconozco

por lo contrario. Pero tú eres tan imbécil, madre, y asquerosa, y dices

pobre hombre.

THORA.- Pobre, pobre.

SENDEROVICH.- ¡No maten al perro!

HIPÓLITO.- La enfermera reconoce a Senderovich por la mitad intacta

de la cara, pero no puede dejar de mirar su parte desgarrada y

espeluznante. Se siente irremediablemente atraída por la parte

sangrienta, por el horror, es una glotona de las heridas, se identifica

con la herida de Senderovich.

SENDEROVICH.- ¡No maten al perro!

THORA.- Pobre, pobre hombre.

HIPÓLITO.- Y diciendo esto acerca una mano a la herida

toca la sangre de Senderovich

se compadece de sí misma

dice pobre hombre

pero se compadece de sí misma

se identifica con la herida de Senderovich

esa es la razón oculta por la que Thora es enfermera

se siente enferma

necesita heridas literales a su alrededor

necesita enfermos

enfermos como ella

sin heridas se sentiría desnuda

y con la mano sucia de sangre mancha su uniforme deliberadamente

deliberadamente arroja un vaso al suelo

corre al báter a masturbarse

estos son los hechos

no piensa en su madre

por primera vez no piensa en su madre

empieza a sufrir por cosas distintas

Mi alma se pudre

las fisuras de mis huesos se abren para tragarme en la siguiente

escena

allí me fecundan

¿qué sentido tiene fornicar en un hospital como peces asmáticos?

me arranco los ojos para describir la odiosa escena

ese momento en que fui fecundado por los desastres del universo

fecundado por todas las muertes que precedieron al dentista y la

enfermera

fecundado por el dentista y la enfermera

fecundado por los enfermos

los enfermos

el dentista casi rezando

como si hiciera un sacrificio

el sacrificio de los perversos

y no pensara en el sexo

en el fondo solo piensa en el sexo

Y la famélica enfermera deja ensangrentado el vientre del pálido

dentista

aprieta la vulva para que no se derrame ni una sola gota de tragedia

humana

es el instinto madre

eres sabia como los recién paridos

me repugna proceder de un holocausto tan humano

Acaban y todo es amargo

huelen a yodo

huelen a herida

son un trozo de carne arrancada de un caballo

intentan ser felices

¡Oh, madre, asquerosa madre mía, preñada mía!

háblame de tu debilidad

quiero oírlo de tus labios

THORA.- Quiero ensuciarme, quiero amar, soy como una niña.

HIPÓLITO.- Y ahora tú, padre. ¿Por qué has accedido a engendrar, tú,

que te enorgulleces de haber triunfado sobre la carne?

SENDEROVICH.- Yo no he engendrado a ese hijo sino la bestia

libidinosa.

HIPÓLITO.- Y tú, madre ¿por qué no me suprimes de la existencia?

THORA.- Porque necesito salir de casa para no matarla, a mi madre,

para no volverme loca. Porque voy a casarme con él.

HIPÓLITO.- ¿Deseas follarte otra vez a ese cerdo, verdad, lo deseas

una y otra vez, sin parar, lo deseas tanto como la muerte de tu

madre?

THORA.- Me hago daño con los dedos, me hago daño con los dedos,

con las cosas. Tengo cirujanos borrachos en la tripa.

HIPÓLITO.- ¿Y yo? Soy el precio, ¿verdad? Soy el precio.

THORA.- ¿Quién eres?

HIPÓLITO.- Salvaje. Absurdo. Una hamburguesa.

SENDEROVICH.- ¿Quién eres?

HIPÓLITO.- Y tú, tú, tú, contesta, ¿por qué accedes a casarte con ella

cuando te pide matrimonio? ¿Por qué aceptas al hijo salvaje absurdo

una hamburguesa?

SENDEROVICH.- De nuevo una familia. La rectitud me sirve, me

ayuda a mejorar. Otro hijo, otra oportunidad para Dios.

HIPÓLITO.- Utilizas a Dios para mentir. Contestes lo que me

contestes no voy a creerte. Los seres como tú jamás contestan. Solo

utilizan frases hechas, para ti el lenguaje es un disfraz.

SENDEROVICH.- Es la lucha entre el bien y el mal. ¿Qué sentido

tendría poseer un cuerpo tan perfecto, una máquina tan potente, si

no se librara dentro de ella la lucha entre el bien y el mal?

HIPÓLITO.- ¡Y por fin la boda!

¡Matrimonio en la deficiencia!

¡La lucha entre el bien y el mal!

¡Cuando el blanco es una mancha!

¡De blanco a blanco! ¡De blanco a blanco! ¡De blanco a blanco!

MATRIMONIO EN LA DEFICIENCIA

HIPÓLITO.- Y por fin la boda

de blanco a blanco

por fin la boda

con flores del jardín de Senderovich

esta información es importante

con flores del jardín de Senderovich

el matrimonio inexplicable

por un dolor de muelas

por una cara mordida

como cualquier otro matrimonio

tan deficiente como cualquier otro

manchado por los pájaros

en la iglesia de la Cruzada

la Cruzada de las almas enfermas

pálido dentista y famélica enfermera

se escupen alegrías como agonizantes de basura

las mejillas negras

pedazos de pulmón ofendido

ofendido a causa de la falsedad

se lanzan para rebozar el juramento

nada de amor

THORA.- Sí, quiero.

SENDEROVICH.- Sí, quiero.

HIPÓLITO.- Nada de amor.

THORA.- Nada

SENDEROVICH.- Nada

HIPÓLITO.- Nada.

SIGUE LA BODA

HIPÓLITO.- Aplausos de sardina tras el juramento baba. Ritual de las

grandes esperanzas, tan grandes que aniquilan una especie entera

sobre la tierra. Con las cuencas de los ojos llenas de arroz .¿Es feliz la

enfermera?

THORA.- He orinado sobre la cama de mi madre y he deseado que no

se muera nunca para que se sufra a sí misma, ahora que se ha

quedado sola, completamente sola .

HIPÓLITO.- La enfermera es feliz. Ya puede llenarse la boca de

bragas nuevas. ¿Pero es feliz el dentista?

SENDEROVICH.- ¿Por qué tenemos que ser felices?

HIPÓLITO.- ¡Inteligente y necio, mezcla perfecta para un jefe de

estado, o para un Papa! Seguimos con el sacramento de las lenguas

podridas, sobre altar cagado, la irreprimible pasión de las moscas por

lo corrompido y por los fluidos dulzones de los idiotas, ¡Ya se les

puede hacer el regalo de bodas! ¡Enfermera, enfermera, háblanos de

tu regalo!

THORA.- El camisón bordado de mi madre. Pero he tenido la

precaución de prenderle fuego. Con él mi madre quería

estrangularme en mi noche de bodas.

HIPÓLITO.- ¡Dentista, dentista! , qué es lo más importante para ti en

estos momentos. No me defraudes y miente ¡Miente!

SENDEROVICH.- La oportunidad de formar de nuevo una familia. La

familia es lo más importante. Lo más importante.

HIPÓLITO.- ¡La familia es lo más importante! ¡Sí, lo más importante!

SIGUE LA BODA

HIPÓLITO.- Aquí sale cogido del brazo el matrimonio repugnante

dispuesto a formar una familia

con el mismo afán que un exterminador

se podría fumigar utilizando el líquido amniótico

allí dónde mutan las células prodigiosas

aquí están

dispuestos a incrementar la odiosa tasa de natalidad

sin escrúpulos

dispuestos a excretar una masa viviente sin futuro

entregados a la crianza de las taras

hasta que el animal alcance las proporciones necesarias para sufrir

quieren formar una familia costra

¡Ay, Thora, Thora y Senderovich!

tenéis entrañas de urinario

los platos vienen aullando

porque no se emplearán para ofrecer comida en el banquete

en los platos de la familia se sirve la mezquindad y el odio

el amor no importa

el amor no existe

en el matrimonio el amor no existe

el amor no es nada comparado con los hijos

los hijos

comparado con los hijos

el amor no es nada

existen los hijos

diosecillos de mierda en nombre de la creación

en nombre del puto milagro de la vida

en nombre de la justificación de la existencia

permitidme que encierre el instinto maternal en la cesta de las

víboras

que reviente de veneno antes de causar más dolor

Si esperáis un poco

si esperáis hasta la Navidad

asistiréis a acontecimientos espeluznantes

THORA.- Se llamará…

SENDEROVICH.- Hipólito.

THORA.- ¿Por qué?

HIPÓLITO.- Hipólito. ¿Qué intenta mi padre al ponerme ese nombre?

¿Qué sentido quiere darle a mi vida con ese nombre?

THORA.- ¿Qué significa?

HIPÓLITO.- ¡Pobre imbécil! Veamos al matrimonio en el lecho de

bodas. Las almohadas son demasiado pequeñas para soportar sus

miserias.

NOCHE DE BODAS CON EXAMEN

THORA.- No quiero a mi madre. No sé si quiero a Senderovich.

SENDEROVICH.- ¡Contesta Thora! ¿Has confesado siempre en público

tu fe en Dios!

THORA.- ¿Qué me pasa? ¿Lo haremos esta noche? Dios mío, Dios

mío, este fuego es peor.

SENDEROVICH.- ¡Contesta Thora! Examina tu conciencia. ¿Has

ofendido a Dios con blasfemias? ¿Has utilizado su nombre en vano?

THORA.- Atrévete. Pregúntaselo.

SENDEROVICH.- Es necesario que contestes. Es necesario si

queremos formar una familia. ¿Has escandalizado gravemente con

palabras y acciones?

THORA.- ¿Habrá notado algo? ¿Cómo, cómo se lo explico?

SENDEROVICH.- El ritual de la Penitencia Thora, he de enseñarte

tantas cosas. Contesta, ¿Obedeces a tu madre, la respetas y la

ayudas? ¿Eres fiel a tu esposo en pensamiento, palabra y obra?

¿Tratas a otras personas como deseas que te traten a ti?

THORA.- ¿Cómo se lo digo? ¿Cómo le indico que quiero hacerlo, que

quiero hacerlo toda la noche? Igual que en el hospital, pero ahora es

distinto. ¿Le toco?

SENDEROVICH.- Contesta Thora.

THORA.- Me da miedo. ¿Por qué me da miedo?

SENDEROVICH.- ¿Ayudas a los pobres, a los débiles, a los ancianos?

¿Has cumplido con tus deberes? ¿Has pagado tus tributos? ¿Has

perjudicado a alguien con palabras falsas, calumnias o mentiras?

THORA.- Si duermo con un hombre puedo tenerlo todo, puedo tenerlo

todo. ¿Qué es este infierno?

SENDEROVICH.- ¿Has inducido al aborto?

THORA.- ¿Qué es este dolor? ¿Por qué me da miedo?

SENDEROVICH.- ¿Has pedido perdón a los que has ofendido?

THORA.- Voy a tocarle, por encima del pantalón, hazlo Thora, es un

hombre.

SENDEROVICH.- ¿Has mantenido tus sentidos y todo tu cuerpo en la

pureza y la castidad?

THORA.- Quítate el camisón Thora, haz algo, vas a morir de angustia,

tócale.

SENDEROVICH.- ¿Has cometido acciones contra la pureza de tu

cuerpo?

THORA.- ¿De qué acciones habla?

SENDEROVICH.- ¿Has cometido acciones contra la pureza de tu

cuerpo? Contra la pureza de tu cuerpo.

THORA.- ¿La pureza?

SENDEROVICH.- ¡Contesta Thora! ¿Has cometido acciones contra la

pureza de tu cuerpo?

THORA.- No puedo contestarle.

SENDEROVICH.- ¡La pureza Thora, tu cuerpo, tu cuerpo, la pureza!

THORA.- ¿Qué es esto?

SENDEROVICH.- ¡Acciones contra la pureza! ¡Contesta!

THORA.- ¿Lo haremos esta noche?

HIPÓLITO.- Thora dice ¿lo haremos está noche?

lo dice en voz alta

se lo pregunta a Senderovich

¿Lo haremos esta noche?

y Senderovich escupe sobre Thora

le golpea la cara con el puño

ahora la enfermera tiembla de frío

como si estuviéramos en invierno

como si fuera Navidad

separa las manos de su vagina de muñeca

ahora conoce los beneficios del matrimonio

ahora su conciencia está limpia

mañana será absuelta

debe conformarse durmiendo lejos de su madre

se levanta al baño para cortarse las venas

pero piensa en su madre

una vez más

no se siente capaz de matarse mientras su madre siga con vida

un extraño sentimiento de culpa

vuelve a la cama

debe conformarse con no ir mañana a trabajar

ya no vaciará más orinales

ya no tendrá heridas con las que identificarse

debe conformarse con una sola herida

la herida de Senderovich

la cara deforme de Senderovich

se siente un poco desnuda sin heridas a su alrededor

se ha olvidado por completo de la célula Hipólito

se duerme sin darse cuenta de su embarazo

duerme Thora

duerme

te espera una vida espantosa

duerme

la compasión que siento por ti me hace vomitar

ELIPSIS ATERIDA CON VALS DESGARRADOR HASTA HIPÓLITO

A LA EDAD DE TRES AÑOS

SEGUNDA PARTE

FRACTURAS INCOMPATIBLES CON LA ALEGRÍA

HIPÓLITO.- Después de esta elipsis aterida

Hasta Hipólito a la edad de tres años

Han pasado tres años

Tengo tres años

Y Thora y Senderovich sin practicar sexo

Durante tres años

Tres años de santos

Excluidos del placer

Excluidos de un lenguaje que les permita acceder al placer

Condenando aquello que más desean

Acostumbrados al odio

El pálido dentista arrancando muelas

Aliviando el dolor humano

La famélica enfermera limpiando su propio retrete

Ya no vacía la mierda del mundo

El mundo está un poco más sucio

Pero las bocas, antes gemebundas, ahora están más calladas

LA EXPLOSIÓN DE THORA

HIPÓLITO.- Thora está a punto

La primera lesión incompatible con la alegría

De mis 32 fracturas

La primera, la primera

Thora está a punto de fracturarme

Las manos de Thora explotan como sapos bajo la bota

Cuánta amargura abre vaginas en las manos de Thora

Thora está a punto

violenta

En presencia de su madre

Todavía su madre

Mi cuerpo de tres años está a punto de recibir la primera fractura

Es un día importante

Para la tierra del jardín

Para el transcurso de esta triste historia

Para las manos vagina bomba de Thora

Para mi cuerpo de tres años

Estoy en la bañera

Con esponja encima

Entre manos resentidas de abuela y manos resentidas de Thora

Thora dice que no estoy sucio

THORA.- No está sucio. No está sucio. ¿Dónde ves la suciedad? El

niño está limpio mamá. Le baño todos los días mamá. Le lavo el pelo

todos los días mamá. No está sucio. El niño no está sucio. ¿Dónde

ves la suciedad? Sé como hacerlo mamá. No soy una inútil mamá. No

me llames inútil mamá. No me insultes. Sé lavar al niño. ¿Quieres

hacerlo tú? ¿Quieres frotarle el cuerpo con alcohol? Así hacías

conmigo, de arriba abajo, de arriba a abajo. Alcohol de arriba abajo.

Aquí tienes al niño. Frótale tú, no me importa las capas de piel que le

arranques, el Señor ama a los niños, el Señor ama a los niños, ellos

son fuertes, y debemos parecernos a los niños si deseamos alcanzar

el reino, ¿me escuchas mamá?, ellos son fuertes, observa, observa lo

que hago con mi hijo, lo aguanta todo, es fuerte, mira, mira como

soporta el dolor, ahora sigue tú mamá, frótale la espalda, déjale sin

carnes, a mí me da igual, para mí es como un perro, por mi puede

llorar el día entero, los niños son fuertes, ¡cállate! haces que me

duelan las muelas como si me crecieran tumbas, no te soporto,

déjame en paz, ¡si supiéramos rezar, si supiéramos rezar!

HIPÓLITO.- Gracias señor

Te doy gracias

Porque estás en mi corazón

Soy muy feliz.

Te doy gracias

Porque mis padres me quieren mucho

Y también mis hermanos y amigos

Desde hoy prometo ser más bueno

Obedecer a mis padres

Ser respetuoso con mis superiores

No decir mentiras

Estudiar mucho más

Renuncio de corazón al demonio

Enemigo de Dios

Renuncio a sus pompas

Que son las ocasiones del pecado

Debo estar dispuesto a luchar

A no ser egoísta

A no tener ira ni venganza

A saber perdonar

THORA.- Si supiéramos rezar…

HIPÓLITO.- La famélica lleva sangre dentro de las uñas, mi pequeño

cuerpo es un tapiz de cruces, pero debo estar dispuesto a perdonar.

THORA.- Si supiéramos rezar…

HIPÓLITO.- Con mi primera fractura, tengo tres años, y he aprendido

a llorar en silencio como un adulto.

THORA .- Si supiéramos rezar…

HIPÓLITO.- He aprendido la oración, tengo buena memoria para las

oraciones, incluso sin saber lo que es un hermano , incluso sin saber

lo que es un amigo. Pero sé lo que es una madre . Pero sé lo que es

un padre . Y he aprendido a perdonarlos. Lo dicen las oraciones.

THORA.- Si supiéramos rezar…

HIPÓLITO.- Sigue arañando, Thora. Perfecciona la ortografía del

fracaso sobre mi cuerpo. Tus dedos como rastrillos monótonos.

Líbrate del trabajo de mi sangre.

THORA.- Si supiéramos rezar…

HIPÓLITO.- Se arruinaron tus esperanzas carnales. Decepcionada.

Tan endurecidos tus músculos que al abrir la boca para hablar, te

duelen.

THORA.- Si supiéramos rezar…

HIPÓLITO.- Mientras escarbas con tus dedos de ciego, al azar,

acércate a venas más profundas, dime, ¿de verdad soy un perro para

ti?

THORA.- Si supiéramos rezar…

HIPÓLITO.- Tu marido perfecto no te ha protegido de tu madre, una

de las dos tiene que morir .

THORA.- Si supiéramos rezar….

HIPÓLITO.- Eres buena y estúpida, querida Thora. Y por tanto eres

absolutamente perjudicial, porque solo retienes sentimientos de

culpa.

THORA.- Si supiéramos rezar…

HIPÓLITO.- Thora estrella los botes de colonia contra el suelo. Quiere

que se caigan las cosas, cada vez más. Thora, Thora, eres tan buena,

tu abnegación es monstruosa.

LA MUERTE DEL JARDÍN DE SENDEROVICH

SENDEROVICH.- Se mueren.

HIPÓLITO.- Mi padre habla de las flores

Sus bonitas flores higiénicas

Se mueren

Parece que las flores ya no sirven para nada

Han empezado a morirse con mi primera fractura

Las flores y mis huesos siguen trayectorias paralelas

Mi madre rompe mis huesos

Mi padre rompe el tallo de las flores

Distribuyen la fuerzas

Mi padre arranca las flores antes

Antes de que se mueran

Se mueren

Pero entre sus manos

Su objetivo es el desierto

Cuando lleguen las campanas lo habrá conseguido.

Senderovich soporta con infinita discreción sus vilezas

casi no me doy cuenta de que existe

tiene una habitación para él solo

donde nadie entra

A veces trae una hoja llena de ángeles

se la da a mi madre para que me enseñe una oración

Nunca me ha tocado

Sólo toca las flores cuando las arranca

Sólo produce desierto

Parece un actor

¿A quién le habla?

Está de pie sobre el baldío

¿A quién le habla?

No lo comprendéis, dice

SENDEROVICH.- No lo comprendéis, ¿verdad? no, no lo

comprendéis. Yo sé que no lo comprendéis. No lo comprendéis. Hay

gente que desea morir. ¿Lo comprendéis ahora? La muerte no es

algo distinto de la vida. Pero no lo comprendéis, no lo comprendéis,

no lo comprendéis. Antes era un jardín. Ahora es casi un jardín. Casi

está muerto. Pero no es distinto. Yo tampoco soy distinto de los

otros. ¿Lo comprendéis ahora?

HIPÓLITO.- ¿Qué hay que comprender?

SENDEROVICH.- Mis padres tenían un jardín.

HIPÓLITO.- Háblame del jardín de tus padres, dame historia, dame

pasado, necesito tu pasado para comprenderte.

SENDEROVICH.- Cuando mis padres murieron el jardín no murió, la

muerte no es algo distinto de la vida.

HIPÓLITO.- Cuéntame algo que justifique tu parte monstruosa,

padre, tal vez te comprenda, tal vez te imite. Sólo hace falta un

recuerdo para que te comprenda, para que comprenda el mundo,

para que me comprenda a mí mismo.

SENDEROVICH.- La mano medio enterrada, mis padres murieron al

poco tiempo, nunca les dije que allí, en el jardín perfecto, bajo el

rosal, la mano enterrada, mis padres murieron y entonces me

acerqué, me acerqué por fin.

HIPÓLITO.- ¿Murieron los dos juntos? ¿Tus padres? ¿Mis abuelos?

Dime qué cosa hay en mi sangre.

SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas.

HIPÓLITO.- En mi sangre. Gas.

SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas.

HIPÓLITO.- Es importante conocer el pasado de los personajes, o no,

o es mejor ignorar las causas, como si nada tuviera un por qué, como

si nada hubiera existido antes, como si hubiéramos nacido

directamente del fango, dime padre, ¿naciste directamente del fango?

SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas.

HIPÓLITO.- Dime padre, ¿Es necesario concederle a los actos el

derecho al misterio? El misterio de los acontecimientos.

SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas.

HIPÓLITO.- La locura también está hecha de palabras, ¿verdad

padre? Lo que piensas, lo piensas en palabras, ¿o piensas mediante

piedras, mediante juguetes, mediante olores? ¿Tu lenguaje está

hecho de olores?

SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas.

HIPÓLITO.- Si le concedemos a los acontecimientos el derecho al

misterio soy capaz de comprenderte, padre, la inteligencia no es

suficiente, la inteligencia no sirve, no quiero ser inteligente, sólo

quiero comprender.

ENTIERRO NAVIDEÑO TOSIENDO HURACANES

HIPÓLITO.- ¡Campanas! ¡Campanas!

¡Campanas, campanas, campanas, campanas!

¡La Navidad!

¡Ahora!

Las campanas

Ya llegaron las campanas

Ya empieza

Todo empieza con las campanas fúnebres

Ya ha empezado a pudrirse la familia

siguiendo las leyes de la naturaleza

cayó una generación

ya está

ya ha dado comienzo la aniquilación de la familia

La madre de Thora ha muerto

y aquí llegan al entierro el pálido dentista y la famélica enfermera

con ropa de fiesta

Thora y Senderovich

en dramático fingimiento

pésimos imitadores de la aflicción

¿Qué sientes Thora, qué sientes al enterrar a tu madre?

THORA.- Me siento culpable.

HIPÓLITO.- ¿Estamos destinados los hijos a sentirnos culpables del

daño que nos causan nuestros padres?

THORA.- Nunca la cuidé lo suficiente. Nunca le di amor.

HIPÓLITO.- Instrúyeme padre, porque yo también soy hijo. ¿Qué

horripilantes obligaciones contrae uno al nacer? ¿Qué es eso de amar

al padre y a la madre?

SENDEROVICH.- Es como un soldado muerto sobre la espalda. Un

soldado muerto sobre la espalda, muerto, incrustado en la vida. Son

los restos de una guerra.

HIPÓLITO.- ¿No sería mejor si los hijos murieran antes que los

padres? No sería beneficioso que los padres asistieran a la cuna y a la

tumba de sus hijos. ¿No sería aleccionador que los padres fueran

testigos de su monstruosa obra?

THORA.- Pero yo sigo viviendo. Y no sé por qué.

HIPÓLITO.- Tal vez para verme a mi muerto. ¿Te importaría verme

muerto, ahora que estamos aquí, en el cementerio, ahora que la

muerte es algo común, te importaría? Madre, ¿Comenzamos a

destruir el mundo?

THORA.- Hijo mío.

HIPÓLITO.- Con esas palabras me conviertes en culpable, Thora. Y

luego diré, nunca la cuidé lo suficiente, nunca le di amor.

THORA.- Nunca la quise.

HIPÓLITO.- ¡Ay, Thora, Thora, qué futuro tan espantoso se extiende

ante mis ojos! Padre, ¿cuál es el mecanismo que impide la

desaparición del hombre, la desaparición del planeta?

SENDEROVICH.- No queremos que nuestros padres nos vean

colgando de una soga.

HIPÓLITO.- ¿Pero los hijos?

SENDEROVICH.- Los hijos sí, los hijos pueden verlo todo.

HIPÓLITO.- ¿Por qué Thora? ¿Por qué los hijos pueden verlo todo?

THORA.- Los padres poseen. Los hijos heredan. Mi muerte será tu

herencia.

HIPÓLITO.- Al pie del zapato de Senderovich hay unas bragas

manchadas de barro. Padre, padre, ¿por qué los amantes fornican

ante los ojos de los muertos, en el cementerio? ¿ Es que no tienen

miedo?

SENDEROVICH.- Los cuerpos son fosas. Los cuerpos son fosas.

HIPÓLITO.- ¿Lo escuchas madre? ¡Senderovich tiene miedo!

THORA.- Los amantes fornican ante los ojos de los muertos porque

tienen miedo.

HIPÓLITO.- Senderovich está empezando a sudar, le sienta mal este

entierro. Padre, explícanos qué te sucede, cuáles son los síntomas.

SENDEROVICH.- Hacia delante con manchas, hacia delante con

manchas.

HIPÓLITO.-¿Qué terrores nos anticipas?

SENDEROVICH.- La tiranía de las cosas. Los acontecimientos están

por encima de la voluntad del hombre.

HIPÓLITO.- Así que ese es el misterio de los acontecimientos

Los acontecimientos superan la voluntad del hombre

Senderovich suda

Hay una explosión en su frente

Es el esfuerzo por dominar la normalidad

Y el pequeño Hipólito

todavía tiene edad para sentirse cobijado

por estos seres infinitamente normales

incluso en un cementerio

Los difuntos me ayudan a preguntar

Madre, me subo a una lápida para preguntarte

¿por qué tengo miedo de hacerme adulto?

THORA.- Porque mientras seas un niño tendrás asegurado el cobijo.

HIPÓLITO.- ¡Un cobijo! ¿Cómo este cementerio?

THORA.- Naces y tienes un cobijo inmediatamente, sólo por ser

pequeño.

HIPÓLITO.- Padre, ¿por qué tengo miedo de hacerme adulto?

SENDEROVICH.- Porque mientras seas un niño tendrás una capacidad

asombrosa para soportar el dolor y todo tipo de sufrimientos.

HIPÓLITO.- Como los muertos cuando salen de sus tumbas y se nos

aparecen, blancos, y sin voz.

THORA.- (Grita.)

EL VIENTO BESANDO CALAVERAS

HIPÓLITO.- De blanco a blanco

de blanco enfermera a blanco dentista a blanco sudario a blanco

fantasma

de blanco a blanco, hasta la blanca Navidad

Pero este año no ha nevado

Ni un solo copo

El viento puede lamer la tierra

Senderovich muestra un miedo repentino por los fantasmas

Será por culpa del viento que se está levantando entre las tumbas

El viento crece

el viento mete tierra en los ojos de los presentes

tal vez con la intención de facilitarles el llanto

Tal vez con la intención de acostumbrarles a la tumba prematura

El viento está arruinando el luto de Thora y Senderovich

Sus vestidos negros se vuelven blancos

el polvo que levanta el viento les hace regresar al blanco

el viento sopla

aúlla entre las piernas del cura

mancha sus capas negras

ya vuelven a estar blancos

como los dientes, como las sábanas, como el silencio

Ese viento tan parecido a un hombre

porque el viento piensa

y levanta la tierra allí donde es necesario

donde fermenta el azufre

tan cerca de Thora y Senderovich

tan cerca de su futuro

gracias al viento

por fin la famélica enfermera y el pálido dentista

van a gozar de su historia de horror

El viento ruge

habla

escarba como un perro hambriento

no cesa

no cesa

Thora y Senderovich abandonan el cementerio

Sin saber qué hacían allí

y cuando llega el matrimonio con niño al jardín

encuentran un esqueleto a medio enterrar

justo donde Senderovich cultiva sus petunias

justo donde las arranca

un esqueleto a medio enterrar

o desenterrado por el viento

el viento ha profundizado más que el hombre

no es uno, sino dos esqueletos

uno de mujer y otro de niña

los esqueletos van vestidos del mismo color

con las mismas mariposas blancas sobre el estampado verde

Senderovich ya no está

Thora sí

Y yo de la mano de Thora

Thora sigue mirando los cuerpos

El viento sigue desenterrando los cuerpos

El viento se hace grandes preguntas

El niño Hipólito se atreve a saludar a la niña muerta

Me atrevo a saludar a la niña muerta

me atrevo a tocarle el pelo

todavía pelirrojo

me atrevo a pedirle consejo al esqueleto

dice que algo muy malo ocurrirá

Thora va muy desnuda hacia dentro de la casa

Ha visto dos cadáveres

En el jardín de Senderovich

Es decir, en su propio jardín

Ha visto dos cadáveres

Y Senderovich lo sabe

Y Thora le dice a Senderovich

THORA.- Ya no me das miedo.

SENDEROVICH.- Me doy miedo.

THORA.- No crees en Dios.

SENDEROVICH.- Me doy miedo a mí mismo.

THORA.- Nunca seremos buenos.

SENDEROVICH.- No me devuelvas al infierno.

THORA.- Quiero sentirme completa.

SENDEROVICH.- Coge al niño y márchate de aquí.

HIPÓLITO.- Algo dulcemente salvaje se despierta en ella al saber que

su pálido dentista es un asesino.

THORA.- No me marcho. Me quedo contigo.

LA CASA DE LAS FIERAS INCENDIADAS

HIPÓLITO.- Y Senderovich

señoras y señores

se abalanza sobre Thora

le rompe las bragas

la pone de rodillas

se orina sobre ella

frota su polla contra la cara en éxtasis de Thora

y la penetra brutalmente hasta hacerle sangre

Thora le pide más

Yo lo veo todo

Estoy allí

mirando

mi madre se acerca

me baja los pantalones

y mete mi pobre sexo en su boca

La lengua de mi madre es más grande que mi cuerpo

Aprieta mi cara contra su barriga

como si quisiera fornicar con mi cabeza

Me coge un brazo y lo chupa con avidez

hasta que chorrea la saliva

y se penetra con la extremidad diminuta

Thora se masturba con mi brazo

le duele

Yo abro y cierro la mano dentro de la vagina de mi madre

Y pienso Thora es hermosa

Mi padre vuelve a correrse y ensucia el televisor

Es la hora de las noticias

Hay guerra en todos los sitios

En todos los sitios bailan

Epilépticos bailan

Preparan las cenas de Navidad

El cordero se retuerce en el horno

Perfumes para follar

¡Juguetes! ¡Juguetes!

¡Guerra, guerra, guerra!

¡Imágenes de una ejecución!

IMÁGENES DE UNA EJECUCIÓN

THORA.- ¿Me vas a matar a mí también?

SENDEROVICH.- No lo sé.

THORA.- No me importa.

SENDEROVICH.- No lo sé.

HIPÓLITO.- No hablan de mí. En ningún momento hablan de mí. Yo lo

veo todo. Yo lo escucho todo.

THORA.- Quiero hacer todo esto. Y no quiero sentirme culpable por

nada.

SENDEROVICH.- ¿Deberíamos sentirnos culpables por la guerra?

HIPÓLITO.- ¡Qué tristes son las preguntas de los hombres! ¡Qué triste

que deban contestarlas ellos mismos!

SENDEROVICH.- Formamos parte del desastre del mundo. Somos el

fin del mundo.

THORA.- Aunque no comprendo la maldad.

SENDEROVICH.- La maldad y la bondad pertenecen a los santos. A

los hombres nos corresponde la guerra. Regresamos de la guerra y

continuamos muriendo.

THORA.- ¿Es esto una guerra?

SENDEROVICH.- Hemos regresado de la guerra. Tenemos que

continuar.

THORA.- Quiero triunfar sobre el asco que siento por mí.

SENDEROVICH.- Solo el deseo triunfa sobre el asco.

HIPÓLITO.- La muerte empieza en sus bocas, en lo que se dicen el

uno al otro.

THORA.- Quiero triunfar sobre el sentimiento de asco y de culpa.

SENDEROVICH.- El deseo nunca se extingue.

HIPÓLITO.- Dónde más se fornica es al pie de las trincheras.

THORA.- Quiero triunfar sobre el miedo a la muerte.

HIPÓLITO.- Te digo que donde más se fornica es al pie de las

trincheras.

SENDEROVICH.- Aquellos no son mejores.

HIPÓLITO.- ¿Quiénes son mejores?

SENDEROVICH.- Somos inocentes.

THORA.- Somos inocentes.

HIPÓLITO.- Todos aquellos donde creció la maldad eran inocentes

SENDEROVICH.- Somos inocentes.

THORA.- Somos inocentes.

HIPÓLITO.- ¿Quién se siente diferente a Thora y Senderovich?

¿Quién se cree mejor?

SENDEROVICH.- Nada puede apartarnos de nuestro propio cuerpo.

Ninguna ley puede apartarnos de nuestro propio cuerpo.

HIPÓLITO.- Thora y Senderovich son inocentes. La maldad crece en

los inocentes.

THORA.- No es culpa nuestra. En el infierno solo hay odio.

HIPÓLITO.- Nos arrancaremos el odio a golpes.

SENDEROVICH.- Somos inocentes.

HIPÓLITO.- Los monstruos siempre son inocentes. Los que calculan la

injusticia son los culpables.

THORA.- ¿Qué me importa quién muere en el mundo?

HIPÓLITO.- ¿Qué les importa quién muere? ¿Qué les importa quién

gobierna? ¿Qué les importa si nada de eso puede apartarles de sus

cuerpos? Ninguna guerra del mundo puede apartarles de sus deseos.

Thora y Senderovich sudan para satisfacer sus deseos.

THORA.- Nada me hace sufrir más que esta angustia, esta angustia,

aquí, en mi cuerpo.

HIPÓLITO.- ¿Qué gobierno, que guerra está por encima de sus

angustias ocultas?

SENDEROVICH.- Aquello que no le cuentas a nadie. Eso es la

angustia.

HIPÓLITO.- ¿Hay algo que te haga sufrir más que eso que no

confiesas a nadie?

SENDEROVICH.- Somos inocentes.

THORA.- Somos inocentes.

NAVIDAD ABSOLUTAMENTE BLANCA: VENGANZA

HIPÓLITO.- Dos monstruos hablando del sentido de la vida

Thora y Senderovich profundizan en la maldad

y profundizando en la maldad se encuentran a sí mismos

Profundizan en la maldad para sentirse completos

Cuanto más profundizan más normales parecen

Es una maldad que no comprenden

pero ¿quién entiende algo?

Concedamos a los acontecimientos el derecho al misterio

Dejemos a Thora y Senderovich junto a sus cuerpos

son un hombre y una mujer

lanzados a la gangrena

Cuando salen a la calle no se nota nada

Nadie percibe sus necrosis

No se nota absolutamente nada

como un escupitajo en un vaso de leche

No se nota nada

Salen a la calle y son normales

y la casa está llena de agujeros para que mi padre pueda mirar

Yo también soy normal

aunque hay dos esqueletos guardados en mi habitación

debajo de mi cama

y la casa está llena de agujeros para que mi padre pueda mirar

yo también soy normal

Me siguen enseñando oraciones

me obligan a aprender la Biblia

quieren que mi mente sea pura

me convierten en un fanático religioso

Así hasta los doce años

He cumplido doce años

Nadie sabe que el niño Hipólito ha preparado su venganza

Nueve años preparando su venganza

El niño Hipólito ha preparado su venganza comiendo lápices y gomas

de borrar

Esperando que llegara otra Navidad

Pero una Navidad blanca

una Navidad con nieve

con mucha nieve

con mucho frío

El niño Hipólito ha esperado a que todo estuviera blanco

De blanco a blanco, de blanco a blanco

Tengo doce años

Silencio

aquí llega Thora a enseñarle historias de Santos a su hijito Hipólito

El niño Hipólito ya ha comido demasiados lápices

demasiadas gomas de borrar

El niño Hipólito a la edad de doce años ya está preparado

Ya es Navidad

Ha caído una gran nevada

Todo está muy blanco

Querida Thora

mamá Thora

respira

hoy va a ser un día terrible para ti

voy a vengarme

THORA.- Comprometerse de verdad

A querer a los demás como hermanos

A trabajar junto con los demás

A dejar tus cosas a los demás

A ayudar a todos

A desterrar la ira y la venganza

A celebrar el día del señor

Creer de verdad

Que Dios es padre de todos

Que todos somos hermanos

En este día me consagro a ti

Ayúdame a ser bueno.

HIPÓLITO.- No soy bueno, madre.

THORA.- Yo te ayudo a ser bueno.

HIPÓLITO.- No soy bueno, No soy bueno.

THORA.- Dios te ayuda a ser bueno. Hay que rezar más.

HIPÓLITO.- He rezado tanto que he aprendido perfectamente el

significado de la ira y la venganza. Y también el significado inexacto

del amor.

THORA.- Dios es amor.

HIPÓLITO.- No te imaginas como aprovecho el tiempo cuando te

corres en mi cara, cuando me atraviesas con palos y botellas. No te

desprecio más que a cualquier otra criatura sobre la tierra. Pero sólo

voy a ser cruel contigo, solo contigo, porque tu eres el origen. Voy a

destruirte madre. Voy a ser malo.

THORA.- Has aprendido a ser bueno.

HIPÓLITO.- Ni te imaginas la fuerza que me dan mis 32 fracturas y

mis doce años, ni te imaginas lo malvado que puedo llegar a ser, y

sabes por qué, porque yo no soy un monstruo como vosotros, a mí

me ha dado tiempo a pensar, mi crueldad es una ecuación perfecta,

en el fondo he abusado de vuestra monstruosidad.

THORA.- No puedes hacerme daño.

HIPÓLITO.- He meditado la manera de hacerte más daño, he

meditado porque no soy un monstruo.

THORA.- Soy tu madre.

HIPÓLITO.- Eres más, eres el origen.

THORA.- No le puedes hacer daño a tu madre.

HIPÓLITO.- Pero le puedo hacer daño a una mujer. Sé por qué

enloquece una mujer. Todos los hierros del infierno no podrían

hacerte más señales. Conozco la mejor manera para destruirte. Mis

palabras serán tóxicas sobre tu oído. El insecto de mi lengua verterá

los huevos que pudrirán tu cerebro. Mi palabra será para ti la tumba

prematura donde sufrirás para siempre. Sé por qué enloquece una

mujer. Al escucharme te volverás tan horrenda como un espectro y

se te quedará prendida al rostro la careta de una vieja apestada y esa

vieja te infectará hasta la muerte. No sabrás cómo deshacerte de

todo el veneno que perforará tus arterias. Sé por qué enloquece una

mujer. Nada le hace más daño. Voy a destruirte con cuatro palabras.

Con cuatro palabras. Con cuatro palabras haré que te crezcan

corazones sangrantes por todo el cuerpo para que no soportes el

dolor. No se han escrito Biblias que causen más daño.

THORA.- Con cuatro palabras.

HIPÓLITO.- Con cuatro palabras, con 32 fracturas, con mis doce

años, voy a destruirte.

THORA.- Eres bueno.

HIPÓLITO.- Todavía no sabes qué es la destrucción.

THORA.- Mi hijo es bueno.

HIPÓLITO.- Ha venido otra mujer.

THORA.- Otra .

HIPÓLITO.- Otra que también ha fornicado conmigo, otra que

también ha metido su lengua en mi boca.

THORA.- ¿Dónde están mis zapatos?

HIPÓLITO.- Otra más joven. Más guapa. Tú eres vieja. Y ya no

puedes hacer nada para impedirlo.

THORA.- ¿Dónde están mis zapatos?

HIPÓLITO.- La trajo a casa Senderovich. Y Senderovich ha mirado.

THORA.- Mis zapatos, mis zapatos, por Dios, mis zapatos.

HIPÓLITO.- Y Senderovich se ha corrido también.

THORA.- ¿Dónde están?

HIPÓLITO.- Y después hemos fornicado los tres juntos.

THORA.- ¿Dónde están mis zapatos?

HIPÓLITO.- Y a Senderovich le ha gustado mucho.

THORA.- ¿Quieres decirme dónde están mis zapatos?

HIPÓLITO.- Y no era la primera vez.

THORA.- ¡Los zapatos, los zapatos, los zapatos!

HIPÓLITO.- Sé por qué enloquece una mujer

Es Navidad

La bestia de los celos cae como la tormenta de nieve

el hielo recorre ahora la sangre de Thora

Thora coge los huesos de debajo de mi cama

y corre a la comisaría

Pobre Thora

creyente en el amor

en la pasión

en la monogamia

se sentía tan especial

única frente a Senderovich

única frente al asesino

Triunfadora al fin

Pero una mentira basta

No sabemos si existe la verdad

Pero siempre existe la mentira

Una mentira.

La primera vez que me dirijo a mi madre es para mentirle

pero la primera vez que me dirijo a mi padre es para decirle la verdad

Los senderos del daño son diversos

A mi padre le digo la verdad

La verdad que existe

Mamá se ha marchado a la policía con los huesos

SENDEROVICH.- Me hubiera gustado morir junto a mis padres. Me

hubiera gustado respirar el mismo gas. Deberían haberse apiadado

de mí, mis padres. No me amaban, estoy seguro, no me amaban. Si

me hubieran amado me hubieran dejado morir con ellos. Muchas

veces he buscado la muerte, pero la muerte ha huido de mí. Muchas

veces he dicho que la muerte no es distinta de la vida. Lo decía

porque necesitaba estar muerto y necesitaba que los muertos

estuvieran vivos. Muchas veces he dicho que la muerte no es distinta

de la vida.

HIPÓLITO.- ¿Has querido alguna vez a alguien? ¿Te han amado

alguna vez?

SENDEROVICH.- Dije que algún día moriría por esa causa.

HIPÓLITO.- ¿A quién se lo decías, padre?

SENDEROVICH.- Ellas eran infelices, te lo aseguro, tampoco querían

vivir. ¿Por qué mis padres me dejaron vivir?

HIPÓLITO.- Las preguntas entre los padres y los hijos son siempre las

mismas. Las preguntas del asesino son también mis preguntas. ¿Por

qué?

SENDEROVICH.- Pero tú eres bueno. Hemos intentado que fueras

bueno.

HIPÓLITO.- Hay personas tan buenas que son inmensamente

dañinas.

SENDEROVICH.- Ya era hora de que los hijos denunciaran a los

padres. Ya era hora de que los hijos dejaran de tener miedo.

HIPÓLITO.- Te equivocas padre. Tengo mucho miedo.

SENDEROVICH.- Lo importante es dormir.

HIPÓLITO.- Hay que tener valor para quedarse dormido entre los

hombres.

SENDEROVICH.- Si eres capaz de quedarte dormido entre los

hombres todavía no eres desgraciado del todo. Duerme, Hipólito,

duerme. Si no duermes no soportarás la fatiga de la existencia. No

podrás realizar ese enorme esfuerzo. Hay que esforzarse tanto para

seguir siendo razonable de la mañana a la noche. Hay que esforzarse

tanto para no ser uno mismo, para no ser atroz, verdaderamente

atroz, porque en el fondo todos somos salvajes, absurdos,

hamburguesas. Pero algunos sueñan más que otros y pueden

esforzarse más que otros. Esa es la diferencia.

HIPÓLITO.- ¿Estás muerto? Dime la verdad, padre. ¿Estás muerto?

Mamá se ha marchado a la policía con los huesos

No me da tiempo a seguir

mi padre se ahorca allí mismo

delante de mí

como si yo no existiera

Se ahorca

no utiliza gas

Se le caen los zapatos

Mi madre buscaba zapatos

Se marchó descalza a la policía

Con los esqueletos en los brazos

Si hubiera esperado un poco

Le hubiera puesto tacones a los zapatos de mi padre

Mi padre cuelga de la corbata

Yo lo miro

Mi herencia

y pienso que se podrían hacer felicitaciones de Navidad

con la foto de mi padre ahorcado

Llega la pobre Thora

celosa

frustrada al comprobar que no puede saborear la venganza

Te he jodido la venganza , madre

Te he jodido la vida

Te he jodido más que a nadie porque tu eres el origen

Los policías comienzan a cavar en el jardín

THORA.- ¿Por qué no me mató a mí?

HIPÓLITO.- Pregunta Thora.

THORA.- ¿Por qué no me mató a mí?

HIPÓLITO.- No pregunta por su hijo. Thora sólo repite esta pregunta.

THORA.- ¿Por qué no me mató a mí?

HIPÓLITO.- Lo repite muchas veces

Han encontrado doce cadáveres más enterrados en el jardín

Sientan el escalofrío

era solo un hombre

un hombre que no podía dormir

Sientan todos ustedes el escalofrío de ser hombres

Doce cadáveres más enterrados en el jardín

Todas mujeres

Estranguladas por Senderovich

Todas anteriores a Thora

THORA.- ¿Por qué no me mató a mí?

HIPÓLITO.- Thora siente celos de todas esas mujeres muertas

¿Por qué no la mato a ella?

¿No fue lo suficientemente hermosa para el asesino?

¿Qué pasó?

Thora se siente vieja y fea

Vuelve a ser virgen

Vuelve a escuchar a su madre diciéndole

THORA.- “Tienes el pelo de rata”. Nadie te querrá nunca.

HIPÓLITO.- Eso le decía su madre. Thora, te sientes bien en la cárcel,

¿verdad?

THORA.- Sí. En la cárcel empiezo a sentirme bien.

HIPÓLITO.- ¿Por qué, Thora, por qué?

THORA.- Porque mi pelo no es bonito. Porque nadie me querrá nunca.

CONCLUSIÓN

HIPÓLITO.- Mi padre ahorcado.

Mi madre entre rejas.

Ya habéis conocido a los monstruos.

A estas alturas del espectáculo no siento rencor.

Tal vez he comprendido algo.

Acercaos, acercaos,

correctísimos de la tierra,

acercaos a tocar a los monstruos.

Los monstruos extienden las manos para que les toquéis,

para que sintáis algo en vuestras pequeñas vidas.

Tocad a los monstruos porque vosotros no lo sois.

Vosotros sois inocentes.

No os preocupéis, tocad, tocad.

Morirá mucha gente en años venideros,

seremos testigos de crímenes atroces,

pero vosotros,

amantes de la ideología y del orden

vosotros

que os creéis tan lejos de Thora y Senderovich

vosotros

tan buenos

tan limpios

tan sanos

tan cuerdos

vosotros decentes míos,

seguiréis siendo inocentes,

seguiréis organizando jodidas cenas de Navidad,

seguiréis comprando casas más y más grandes con el sudor de

vuestros trabajos insulsos,

casas con más habitaciones para seguir engordando a vuestros hijos

calvos y cuellicortos,

esos hijos que son vuestra obesidad mental,

vuestros hijos son tan obesos como vuestras mentes

y vuestras casas perfectamente equipadas

y vuestras putas neveras.

La obesidad,

en vuestros cálidos pisitos exteriores,

rebosa por las ventanas.

¡No os ofendáis, no os ofendáis!

Esto es un circo,

Es todo mentira

Este monólogo es mentira

Los tigres están domesticados

Los payasos están deprimidos

Los domadores son esclavos del empresario.

No os ofendáis.

Esto es un circo.

Mi obligación es que sintáis algo.

Si no sois capaces de sentir miedo con los tigres

Al menos tenéis que sentir miedo de vosotros mismos.

Así es el circo.

Acercaos,

tocad a los monstruos,

ellos han matado sin ideología,

sus crímenes les convierten en algo más cerca de lo humano,

el exceso es humano,

el odio es humano,

el amor es humano,

pero vosotros queridísimos míos,

tan correctos,

tan insertados en la sociedad,

tan tibios,

en nombre de la ideología

quién sabe qué crímenes nauseabundos seriáis capaces de cometer,

eso sí,

conservaríais vuestra inocencia y vuestras cenas por Navidad,

conservaréis vuestro aburrimiento,

vuestro conformismo,

vuestra familia ejemplar,

vuestra decencia,

vuestra cocina,

Siempre seréis buenos

Siempre despreciaréis a los que no son como vosotros

Ahora acercaos,

tocad a los monstruos.

No os asustéis.

Estáis completamente a salvo

La justicia se encargará de juzgarlos despiadadamente,

no os asustéis,

vosotros sois inocentes,

no os asustéis,

tocad a los monstruos,

tocad a los monstruos,

es la vida real.