* Experimentar procesos artísticos colaborativos, cruzarlos con conocimientos provenientes de la psicología social y agitar la coctelera para que salga una coreografía, una performance, una instalación sonora… o como en este caso, unas radiografías comportamentales. Saioa Olmo es artista www.ideatomics.com e investigadora de la UPV-EHU sobre “Prácticas artísticas participativas y comportamiento grupal” http://transarte.wordpress.com . Este texto está escrito gracias a una ayuda del programa Ikertu de Fábricas de Creación del Gobierno Vasco 2013. Análisis radiográfico del comportamiento grupal durante el “III Encuentro de Creación Escénica Contemporánea: ¿A qué estamos jugando?”

Valencia – Diciembre 2012

Se han realizado una serie de radiografías puntuales del cuerpo grupal “La Comunidad Imposible” que nos permiten visualizar y analizar una parte de su funcionamiento con el fin de llegar a entender ciertas maneras de actuar de este organismo multicelular. Individuas independientes, distribuidas en el espacio, procedentes de cepas diferentes y con grados diversos de conocimiento mutuo, son invitadas por dos sujetas promotoras a agruparse temporalmente en torno a la idea de juego y comunidad. La peculiaridad de la llamada consiste en que durante la primera horquilla temporal a compartir, no existe un plan que estructure la acción de las personas implicadas y deben ser ellas mismas las que se autoorganicen en relación a sus intereses, que se suponen cercanos. El segundo tramo temporal corresponde a un plan predefinido por las sujetas promotoras en concomitancia con ciertas individuas del grupo en un formato más estándar. Se trata de una agrupación que podría tener similitudes con los sistemas emergentes1 en cuanto al hecho de irrumpir temporalmente para acometer una tarea común y luego dispersarse de nuevo. Sin embargo, al existir una consciencia centralizada, que a modo de marcapasos inicia el proceso de agregación, descartamos tal hipótesis. Algunas de las personas interpeladas aceptan la invitación, otras la declinan. A partir de entonces se establece un intenso intercambio digital. Ciertas personas que rechazan la invitación siguen siendo parte de dicha comunidad virtual. Se trata de un ecosistema virtual que determinadas individuas sienten como más propicio a sus circunstancias que otras. Nos encontraríamos en una primera fase de pretarea grupal2 en la que las ansiedades básicas ante un entorno nuevo (miedo a la pérdida de una situación preexistente segura y miedo a ser atacada en una nueva), brotan de forma proactiva en algunos casos (comunicando y reafirmando el posicionamiento de cada cual) y reactiva en otros (reaccionando a los planteamientos y circunstancias de los demás).

Martes, 11 de diciembre de 2013

Una vez en Valencia, el lugar donde transcurrirá el encuentro es La Calderería, un local industrial cedido por una asociación cultural de nombre homónimo para la ocasión. Durante los estadios iniciales de acercamiento a la tarea explícita y al conocimiento interpersonal, se recurre al diálogo grupal en círculo, como manera normalizada y entendida como democrática de ocupar el espacio (las personas se guardan la espalda y se miran unas a otras de frente dándose la cara), optimizando así también las fuentes de calor en este espacio “desnudo” y no acondicionado climáticamente. Esta disposición se adoptará en numerosas ocasiones a lo largo de todo el encuentro.

Radiografía n.º 1: Sosteniendo el vacío (ref. grupo estufa) El grupo se resiste desde sus sillas ante una supuesta inercia a la acción3. Algunas personas aparecen con la cabeza cortada.

Se establece una dinámica de “sostener el vacío”. Movidas por una fuerza de resistencia a la supuesta inercia propositiva implícita en las expectativas proyectadas hacia el encuentro, todo intento proactivo por parte de personas que intentan asumir el rol temporal de líderes de progreso, es obviado por el grupo. Ninguna propuesta lanzada prospera. La no-acción, o la acción puramente reflexiva, se instaura como el lugar seguro. Proponer algo es exponerse, no al rechazo (se concita el pacto de no agresión) pero sí a la matización o a la indiferencia. Después de varios intentos, fácilmente se percibe que cualquier otra tentativa será igualmente neutralizada por el grupo. Premeditadamente el grupo adopta la actitud diametralmente opuesta a lo que se puede esperar de un grupo de personas que trabajan con la performatividad y el cuerpo, el extremo contrario pero de un mismo marco conceptual, lo que realmente no provoca un cambio de paradigma. Deliberadamente tampoco se realizan presentaciones de la personas (el encaje de cada persona dentro del grupo), por lo que algunas seguirán siendo denominadas por otras a través de sus características físicas (por ej. “el chico calvo de barba”), en vez de hacer uso de su nombre. Estamos frente a un grupo secundario4 en fase de pretarea. El grupo acude a la disociación como mecanismo de defensa: disociar lo malo de lo bueno (lo adecuado e inadecuado para ese momento, la disyuntiva entre la acción y la no-acción en este caso), e intenta disociar el pensamiento, del sentimiento y de la acción. Dentro del propio grupo se plantea la pregunta: “¿somos un grupo?, ¿somos una comunidad?”. Un grupo es un conjunto de personas que en un determinado espacio-tiempo, se disponen a llevar acabo una actividad mediante una compleja adjudicación y asunción de roles. Una comunidad estaría formada por individuas que comparten una identidad común y en ocasiones también un objetivo común explicito, si bien esto último no es estrictamente necesario. El mismo blog del encuentro lleva por título “La comunidad imposible”. Según la teoría del determinismo nominativo, nuestros nombres pueden influir en cómo finalmente acabamos configurando nuestras identidades. Una premonición de imposibilidad de cohesión que pareciera que estuviera cumpliéndose en estos primeros momentos grupales. Miércoles, 12 de diciembre del 2013 El comienzo del día transcurre en un tónica similar a la del día anterior. La influencia de una mayoría silenciosa y la existencia de un liderazgo del tipo laissez-faire5 pareciera que fuera a propiciar que este tipo de comportamiento fuera a continuar a lo largo también de esta jornada, teniendo lugar un desayuno disipado en el tiempo, con personas que llegan intermitentemente y teniendo lugar conversaciones ligeras. En un momento determinado una persona reparte unos folios a modo de input textual y visual para el grupo, premeditadamente sin explicación o encuadre previo. Avanza la mañana y otra de las sujetas propone una dinámica grupal con la intención de que sirva para explicitar los deseos individuales proyectables durante los días del encuentro. Aunque hay buena predisposición inicial por parte del resto de personas, durante el proceso éstas parecen estar más interesadas en cuestionar la propia dinámica planteada que en expresar deseos propios u oír los de las demás. Intentan evitar el proceso primario (sistema inconsciente dominado por el principio de placer) y colocarse en proceso secundario (preconsciente-consciente dominado por la razón y el principio de realidad).

Radiografía n.º 2. Interdependencias (ref. gomas). Las integrantes de un grupo enredadas por los deseos, movimientos y estatismos de los demás integrantes.

Se propone hacer un sharing de la propuesta, ahora sí para analizarla de una manera más racional y aparecen disquisiciones entorno al concepto de “dinámica de código abierto y de código cerrado”6, los modos de conducir las metodologías grupales y la fina línea entre autoridad, responsabilidad y exceso de celo. La dinámica hace de detonante con el que romper el pacto de no agresión7.

Se explicitan dos propuesta más. Una es la de realizar brindis a lo largo de las jornadas, como actos simbólicos, que de la manera habitual o de formas inventadas, pongan de relieve aspectos que se quieran celebrar o enfatizar de las experiencias que se van viviendo. Un acto que de ser secundado podría subliminalmente y a base de repetición ejercer cierta tracción positiva e idea de contrato mutuo entre las personas del grupo. Se solicita la colaboración de la persona encargada del registro audiovisual para la consecución de la propuesta, complicidad que será de ayuda. A continuación surge otra propuesta de dejar mensajes afectivos escritos con tiza por el espacio urbano, pero en este caso se quedará como un tiro lanzado al aire.

 
Radiografía n.º 3: Proposición de Brindis. Una persona en primer término hace una invitación al grupo. En segundo término otra capta con su cámara cómo está siendo esta propuesta recibida por el grupo.

Estamos en fase de tarea, el grupo está intentando elaborar las ansiedades básicas: por un lado la tarea explícita (trabajar entorno a la idea de juego y comunidad desde lo escénico y performativo) y por otro lado la tarea implícita (enfrentarse a los obstáculos que perturban el abordar el objeto de conocimiento). Después del almuerzo, en el espacio de trabajo de La Calderería se plantea la disyuntiva entre ver una película y experimentar con la técnica de las constelaciones grupales. El grupo parece decantarse primero por la película para luego hacerlo por las constelaciones, decisión en la que distintas voces y actitudes tendrán pesos diferentes, aún sin que ninguna quiera erigirse como voz definitoria. Se sigue evitando la posición explícita de líder. Uno de los individuos que tiende a asumir liderazgos temporales a través de la proactividad, aún sin necesariamente haberle sido asignada esta función por el grupo, se siente contrariado al llevar a cabo una acción resolutiva y al volver haberse establecido un cambio de planes. La dirección de la dinámica de la constelación es asumida por uno de los individuos. En esta ocasión no se cuestionará la propia dinámica sino que el grupo entrará en ella sin dudar sobre la metodología, con ganas de experimentarla, dando por hecho que es una metodología legítima y facultando al director a ejercer su autoridad sobre el desarrollo de la técnica. El director solicita a un voluntario que elija: tres ideas (“nosotros”, “desertar” y “rentabilidad”); a tres personas que representen estas ideas; y los lugares que ocuparán en el espacio en función unas de otras. Posteriormente se deja a estas personas que busquen su propia posición relativa, indicándoles que realicen los ajustes necesarios sin llegar a completar su deseo. Las personas que están como público pueden proponer composiciones concretas o narrar lo sucedido.

 
Radiografía n.º 4: Constelaciones “Desertar” intenta bajar de su púlpito para acercarse a su deseo y no bajar para no satisfacerlo del todo. “Rentabilidad” mira a “Nosotros” de manera directa. “Nosotros” se zafa de esa mirada. El astrónomo supervisa el baile armonioso de sus estrellas.

Aprovechando que se va acabando con la reflexión derivada de la constelación, uno de los participantes propone anticipar su propuesta personal programada para el día siguiente, y hacerla ese día. El grupo se deja llevar8 y se realiza esta acción que implica cierta dosis de riesgo ya que requiere el uso de material pirotécnico. Las personas toman parte de manera voluntaria y pareciera que el factor riesgo posibilitara llevar a cabo cierta osadía que éstas aceptan aparentemente gustosas, con cierto grado de excitación. Se trata de una acción en la que las participantes ejecutan un plan previamente prefijado por el artista, en el que las decisiones de los participantes se ciñen a elegir el momento, dirección y tipo de carga que van a lanzar en cada ocasión.

Radiografía n.º 5: Implosión impugnada 15B Coreografía a base de petardos, humo, sonido, participantes y vecindario (registro radiográfico defectuoso a falta del sonido y el vecindario).

La mascletada provoca ruido y humo dentro de la lonja, por lo que algunas vecinas salen a la ventana o a la acera alarmadas por el sonido. Integrantes del grupo no participantes en la acción entablan conversación con ellas. Esta acción estimula la consciencia de un “otros”, fuera a parte del “nosotros” en el que se había centrado el encuentro, y con el que se descubre de manera inesperada una interdependencia. Esta acción grupal será un hecho detonante de tensiones con los responsables del local y desencadenante el resto de los encuentros. Las normas descriptivas de lo que la mayoría de personas hace en un espacio como este (un bajo de un edificio de viviendas en una zona residencial) no se instauran como factores de referencia y las normas impuestas, las que indican lo que es adecuado hacer o no hacer en una situación dada (en este espacio, atenerse a las normas de convivencia), son también pasadas por alto. Pareciera que el estado de excepción del arte posibilitara cierta burbuja de aislamiento frente a juicios morales o cívicos, “la estética en el sentido de aisthesis: un régimen autónomo de la experiencia que no es reducible a la lógica, la razón o la moral”9. Jueves, 13 de diciembre de 2013 La mañana se inicia a distintas velocidades y las personas se van agregando en función también de la vida nocturna del día anterior. El hecho de que esté planeado el visionado de la película “Zabriskie Point” en la librería asociativa Sahiri parece dar cierta sensación de control sobre el transcurrir del encuentro. Aún así, algunas partes de la organización siguen sin tener una asignación de roles y tareas claro, por lo que el transcurrir resulta un tanto torpe.

 
Radiografía n.º 6: Zabriskie Point Artistas espectadores.
La comida se efectúa en el Solar Corona. Esa es una de las tareas claramente asignadas, quedando la comida y la cena a salvaguardia del devenir y la eficacia grupal. De vuelta de la comida, es el momento de socializar con las personas interesadas y que se incorporarán al resto del encuentro, la actividad que ha tenido el grupo de trabajo. Este es el momento de apertura del grupo a nuevas integrantes, un paso delicado dado la tendencia de los grupos a crear un adentro (las personas que ya se conocen entre ellas) y un afuera (las personas nuevas) difícil de desdibujar10. Se hace para estas personas un resumen de lo acontecido durante las jornadas anteriores. Sin embargo, las consecuencias generadas por la acción grupal performativa de la mascletada hacen que este tema pase a tener una atención de primer orden: los responsables de La Calderería piden al grupo que deje de hacer uso de dicho espacio para el resto de las jornadas y se decide recurrir al Centro de Cultura Contemporánea Octubre, que se pone a disposición del evento. El tono que toma este anuncio es serio y la situación se expone al grupo de manera abierta. El grupo asume la responsabilidad, pero claramente quienes ponen sus relaciones y reputación en juego son las personas promotoras.
 
Radiografía n.º 7: Exposición pública Unas personas miran hacia el suelo, otras personas miran al frente, otras a los lados.

El grupo, ahora ampliado, se desplazada al Centro de Cultura Contemporánea Octubre, un espacio acondicionado climáticamente, y con aulas y espacios adecuados para funciones formativas, expositivas, divulgativas y de encuentro, menos crudo y más domesticado que el de La Calderería. Las personas se adaptan rápidamente al nuevo espacio y se realizan presentaciones y coloquios, ya en un formato más habitual. Al final de las sesiones, una de las personas promotoras, la que está asumiendo el rol de coordinadora, portavoz, anfitriona y recopiladora de la información generada (que curiosamente es mujer y que parece estar ejerciendo un rol complementario11 respecto al otro promotor del evento) plantea que se acuerde entre las presentes la hora de inicio de la siguiente reunión.

Viernes, 14 de diciembre del 2013

Pese al compromiso de iniciar la sesión a una hora determinada, son pocas las personas que acuden a la cita de manera puntual, en algunos casos a consecuencia de la prolongación de la convivencia social durante la noche. Generalmente en este tipo de encuentros, la parte relacional de disfrute y de conocimiento mutuo más informal se da a la noche, sobreentendiéndose que debe ser un tiempo robado a las horas de sueño y descanso. En este inicio de la sesión las personas centran su conversación en comparativas entre el comportamiento grupal humano y el comportamiento grupal animal, pero al irse incorporando personas paulatinamente y repentinamente un grupo grande, el tema es redireccionado por parte de las personas recién llegadas hacia el conflicto de días anteriores. Se entabla un debate sobre cuál es el “nosotros” de ese momento, las configuraciones espaciales del “nosotros” y sobre la necesidad o no de traducir los códigos en funcionamiento entre personas de condiciones diferentes cuando hay un cambio de rumbo en la conversación.

Radiografía n.º 8: “Nosotros” en el espacio Personas encontrando su sitio dentro del espacio-tiempo común.

Las personas parecen cambiar de una posición a otra mientras discurre la sesión, cosa poco habitual en encuentros de personas de otros sectores de actividad, pero que pudiera ser un protocolo comportamental consensuado en el ámbito de las artes escénicas y performativas. Al final de la mañana ciertas personas repiten la acción de repartir información textual y gráfica relativa a un evento próximo sin explicación previa. Se trata de una estrategia comunicativa coincidente con la frecuentemente empleada en la publicidad y el marketing de guerrilla que consiste en provocar un input sorpresivo que causa falta de entendimiento y curiosidad en los receptores para luego revelar de qué se trata. La comida tiene lugar en la Asociación Cultural y Gastronómica La Mandrágora. Hay cierto desajuste entre el número de comensales y el espacio para comer, por lo que las últimas personas que entran en el espacio, no tienen sitio en la mesa principal y tienen que improvisar apaños de mesa, asientos y platos, ayudados por alguna persona del espacio, que se encuentran desbordadas. Por la tarde las presentaciones transcurren con normalidad. Después de ellas hay programada de manera opcional otra actividad paralela de corte escénico a la que algunas personas acuden. Como en días anteriores, la cena también está organizada de manera colectiva en el restaurante Los Sabores. Sábado, 15 de diciembre de 2013 Cambio de escenario. Las presentaciones suceden en un auditorio. Las ponentes se separan aún más del público y de manera alternativa diversas personas van ocupando la tribuna. Una de las presentaciones se realiza de un modo más performativo: las ponentes trucan las identidades con las que se presentan ante el público. Al mediodía se vuelve a acudir a La Mandrágora. Esta vez el grupo asiste a un acto performativo de uno de sus miembros en el que éste va contando un relato autobiográfico mientras cocina. Esta persona va ejerciendo el rol de contrapunto de referencia o personalidad disruptiva, a lo largo de las jornadas.

 

 
Radiografía n.º 9: Cocinar con lo que hay en la nevera Autobiografía y arroz.

Por otra parte algunas de las individuas que se quedan sin sitio en la mesa principal, son reincidentes del día anterior y aprovechan que varias personas salen a fumar para usurpar su sitio con cierto aire jocoso respecto al proceder grupal. La acción parece no ser bien recibida por estas últimas, que se ven obligadas a continuar la comida en el sitio de las primeras. El gesto incide en cuestiones relativas a la experiencia grupal tales como: la amargura de la exclusión, el confort de la inclusión, el efecto espectador (cuantas más personas presencian una situación, menos probabilidades hay de que presten su ayuda), la corresponsabilidad con el bienestar de la otra, la trivialización para superar posibles disonancias cognitivas entre actitud y comportamiento, el sentimiento de democracia y justicia… Por la tarde continúan las presentaciones que coinciden en ser más o menos informales, improvisadas en la forma de mostrarse o inacabadas en su preparación. Una de las propuestas es cantar y moverse grupalmente alternando la persona que propone o lidera cada canción y movimiento. Se perciben distintas maneras de jugar o poner a prueba el propio dispositivo: desde el disfrute despreocupado, la participación intensa por la responsabilidad de ser incitadora de la dinámica, experimentos sobre hasta dónde es capaz el grupo de dejarse llevar… Terminan las sesiones en el espacio Octubre y se va a cenar. La cena transcurre de la manera especial dado su carácter de cierre previo a la última mañana colectiva. Se realizan distintos brindis que se suman a algún que otro brindis más hecho durante el resto de jornadas.

 
Radiografía nº 10: Por los encuentros y las personas Acuerdo visual y gestual.

En este ambiente conclusivo uno de los sujetos hace su devolución al grupo de manera performativa, apelando a las relacionales vividas con otras miembros del grupo y de manera provocadora exponiendo su persona a la reacción o inacción del resto del grupo. Otra iniciativa que también sigue desarrollándose durante estos momentos conclusivos es una entrevista colectiva en la que de forma encadenada una persona hace una pregunta a otra persona del grupo sobre aspectos tratados durante el evento, ésta a su vez plantea una pregunta para otra persona y así sucesivamente. Se decide concluir la cadena de preguntas y respuestas cuando una de las personas elije curiosamente dirigir la pregunta “¿A qué estás jugando?” a la primera persona de la cadena. Domingo 16 de diciembre de 2013

Radiografía n.º 11: Mesa Redonda Participantes-artistas como emisores, participantes-espectadores como transmisores, un cámara fuera del Fuera de Campo y el artista-arquitecto en el Fuera de Campo.

En el Solar Corona se realiza una acción interactiva a modo de mesa redonda alternativa, en la que las ponentes son artistas sentadas en el perímetro de un círculo y la audiencia del debate ocupa el interior del círculo. Los artistas inician las conversaciones con otras artistas situadas igualmente en el perímetro circular, pero es el público el que tiene que hacer llegar las comunicaciones entre unas y otras debido a la distancia. Se trata de un dispositivo que plantea un juego de modificación de roles en el intercambio de conocimientos, alternativo a los formatos estándares de ponencias vividas también a lo largo de este encuentro. La audiencia pasa de tener un rol prescindible, a ser cadena de transmisión imprescindible para que la comunicación tenga lugar.

Epílogo

La llamada “comunidad imposible” se disuelve físicamente de manera paulatina, como el moho del fango se desagrega para volver a convertirse en organismos unicelulares. Surgen objetivos que trascienden el aquí y ahora: quedar virtualmente para ver el material audiovisual y compartir la documentación escrita del evento (textos para el blog y para un libro que en algún momento se ha decidido hacer). Se entra en una fase de planificación y es el momento en el que emerge el proyecto en cuanto a grupo operativo se refiere.

Conclusiones sobre las radiografías examinadas

El encuentro surge con la asunción de la hipótesis de que personas agrupadas por una coyuntura concreta, sin la figura explícita de una líder autocrático o democrático, tienen capacidad para autoregularse y autoorganizarse para satisfacer sus deseos y necesidades como grupo y como individuas. Todo grupo necesita de un período de adaptación, aprendizaje y constitución para ser capaz de llegar a acometer una tarea, a no ser que esto esté incorporado de manera instintiva en los individuos. Por el mero hecho de agruparse, un agregado de individuas no se convierten en un grupo operativo. Esto dependerá de una serie de factores: bagaje de los integrantes dentro de otros procesos colaborativos, grado de claridad de la tarea, distribución de los roles dentro del grupo, afinidad y procesos de identificación… Por otra parte, se han dado periodos de actividad virtual intensa previos al encuentro físico. Curiosamente durante el periodo presencial se provoca inhibición de la acción. Esto pudo estar motivado por causas diversas: comodidad y sentimiento de seguridad dentro del ámbito discursivo; que los miedos básicos hubieran inhibido la acción y que este comportamiento hubiera sido justificado racionalmente bajo la coartada de sostener el vacío evitado así la disonancia ente actitud y comportamiento; y falta de claridad sobre la tarea. Posteriormente al encuentro, el intercambio digital también es menos intenso. Finalmente reafirmar la importancia de “hacer haciendo”. Frente a un planteamiento proyectivo sustentado por la razón, incentivado por la sensación de control y ralentizado en los momentos previos a la fase de producción por la sensación de vértigo, el planteamiento procesual “hacer haciendo”, que simultanea el pensar y hacer discursivo y encarnado evidenciando su coalescencia congénita.

Material gráfico: Radiografías sacadas a partir del material audiovisual grabado por Juan Calatayud, Esther Belvis, Saioa Olmo y Andreas Daldakis.  

Notas

  1. Sistemas complejos organizados que se caracterizan por resolver problemas de manera aparentemente espontánea, sin recurrir a una inteligencia centralizada o jerarquizada. JOHNSON, Steven (2001) Sistemas Emergentes. O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software, trad. María Florencia Ferré, Madrid, Turner Publicaciones, 2008.
  2. Según la teoría del grupo operativo de Pichón Riviere, en el acontecer grupal se pueden JOHNSON, Steven (2001) Sistemas Emergentes. O qué tienen en común hormigas, neuro dniascse, rcniuird laadse s y software, trad. María Florencia Ferré, Madrid, Turner Publicaciones, 2008. 2 Según la teoría del grupo operativo de Pichón Riviere, en el acontecer grupal se pueden discernir las fases de: pretarea (momento en el cual emergen las ansiedades y se ponen en juego técnicas defensivas del grupo movilizadas por la resistencia al cambio), tarea (el grupo elabora las ansiedades básicas y trabaja sobre un tema determinado) y proyecto (el que el grupo plantea objetivos más allá del aquí y ahora, lo que implica una planificación).
  3. Al contrario de lo que suele suponer, no sólo las actitudes modifican los comportamientos, también los movimientos musculares condicionan las actitudes. Además tendemos a evitar la disonancia cognitiva entre lo que pensamos y lo que hacemos. Un tipo de movimiento o estatismo muscular puede hacernos tener inconscientemente una actitud concreta ante un determinado input.
  4. Según la clasificación de los grupos humanos de Didier Anzieu, los grupos secundarios estarían formados por un número de integrantes relativamente reducido, que se organizan de acuerdo a metas, normas e intereses compartidos de manera explícita. Dentro del grupo secundario puede haber distintos grupos primarios (caracterizados por que sus integrantes están unidos primordialmente por los afectos y la solidaridad en sus relaciones).
  5. Según la clasificación de líderes de Pichón Riviere, existen cuatro tipos de liderazgo: el Autoritarioautocrático (quien impone sus criterios con extrema presión sobre los demás), el Democrático (quien dirige las actividades consensuadas por el grupo), el Laissez-faire (quien deja todo abierto al interés individual de las integrantes) y el Demagógico (que aparenta ser democrático pero realmente es autocrático). Radiografía n.º 2: Interdependencias (ref. gomas) Las integrantes de un grupo enredadas por los deseos, movimientos y estatismos de los demás integrantes.
  6. En esta situación concreta se asocia el código abierto con permitir que las personas participantes modifiquen el planteamiento de la acción mientras ésta está sucediendo y de código cerrado cuando no se permite intervenir en la estructura planteada.
  7. “Las Teorías del impulso (Berkowitz, 1989; Feshbach, 1984) proponen que las condiciones externas como la frustración (cualquier interferencia en comportamientos dirigidos a la obtención de un fin) suscitan un fuerte motivo para dañar a los demás”. BARON , Robert A. Y BYRNE, Donn (1998), Psicología Social, (8ª ed) trad./ed. Isabel Capella, Madrid, ed. Prentice Hall Iberia.
  8. Existen dos necesidades que llevan al ser humano a seguir a los demás dándose así conductas de conformidad social: el deseo de gustar (influencia social normativa, alterar nuestro comportamiento para adaptarlo a las expectativas de los demás) y el deseo de estar en lo cierto (influencia social basada en la información, tendencia a depender de los demás como referencia de información válida).
  9. BISHOP, Claire. Artificial Hells. Participatory Art and the Politics of Spectatorship. Londres, New York: Verso, 2012, pg. 18.
  10. Se denomina “error de atribución esencial” a la tendencia a hacer atribuciones más favorables al endogrupo (el grupo social al cual un individuo pertenece) que al exogrupo (cualquier otro grupo al que el individuo percibe que pertenecen los demás). Los investigadores sugieren que cuando las individuas se identifican con un grupo social específico que perciben como superior a otros, buscan de alguna manera realzar su autoestima.
  11. Se entiendo por rol «el papel que desempeñan los integrantes de un grupo dentro del mismo, pero que depende del interjuego dinámico del grupo y no de las características de cada individuo.” Pichón Riviere, Enrique. El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social. Buenos Aires: Nueva Visión. 1977. p. 45. Para que un rol exista debe de haber un depositante (quien asigna el rol), un depositario (en quien recae la conducta) y lo depositado (la conducta) . Existen cuatro tipo de roles: el asignado (el rol necesitado por el grupo), el asumido (el que el sujeto acepta), el complementario (el que se da en función de otros roles con la finalidad de guardar una homeostasis) y el suplementario (el que se da en función a la competencia en un grupo)