Jornadas de discusión sobre prácticas escénicas
Da2 Domus Artium, Salamanca, del 25 al 27 febrero, 2016
“No podíamos sospechar que se aproximaba un tiempo, un tiempo que ya está aquí y que es precisamente el tiempo moderno, en el que quien no jugase perdería todo el tiempo y posiblemente más que quien jugase”.
Con esta cita de Charles Péguy, de principios del siglo XX, abren Boltanski y Chiapello el análisis de las nuevas formas de capitalismo posindustrial. Si los siglos XIX y XX están recorridos por demandas de participación, el siglo XXI se inicia con una buena dosis de desconfianza, cuando no hartazgo, hacia esos mecanismos de participación. Estas demandas de participación se han expresado en las prácticas artísticas a lo largo del siglo XX y de forma especial desde los años sesenta y setenta. Esto ha dado lugar al desarrollo de una dimensión escénica del arte que ha superado las fronteras de los géneros convencionales para confluir en un espacio común desde el que preguntarse por el lugar del público y de la propia condición pública de la actividad artística.
La dimensión afectiva, el cuidado del otro, la producción de lo común, el cuestionamiento de los modos de construir las identidades colectivas, unido a formas elementales de participación como la palabra, la escucha, la conversación, compartir un espacio, la imaginación o el deseo, han pasado a ser formas de resistencia frente a propuestas de participación dirigidas, que se han mostrado fraudulentas y que han llegado a ser un sello de marca en las posdemocracias.
Acción sin título (Paloma Calle)
A través de unos objetos, unos cuadernos llenos de preguntas que van viajando de participante en participante, se tejerá una red de relaciones, se dibujará un mapa del encuentro. Estos cuadernos serán intervenidos por las personas participantes convirtiéndose en un contenedor de ideas, respuestas, reflexiones y expresiones variadas de subjetividad.
– ¿Es importante venir a encuentros como este?
– ¿Vienes a este encuentro para estimularte sensualmente?
– ¿Eres feliz?
– ¿Te sientes cómoda/o con tu manera de participar en encuentros de este tipo?
– ¿Hay algo que esté bien sin cambiar?
– ¿Tienes hijos?
– ¿Crees que la presencia o ausencia de hijos en tu vida determina tu participación social?
– ¿Te sientes parte de una minoría?
– ¿Difiere la gente que va a ver arte de la gente que no va a ver arte?
– Al final, ¿son todas las cosas lo mismo?
– ¿Crees que sacarás provecho de este encuentro?
– ¿Es fácil hacer preguntas?
– ¿Crees que los artistas deberían tratar de personificar a seres excelentes?
– ¿Eres feliz? Te lo pregunto otra vez.
– Cuando vas al teatro, a un museo o a una conferencia, ¿te gusta rozarte con la persona de al lado?
– ¿Crees que la participación sirve para algo?
– ¿Crees que las siguientes características afectan a tu manera de participar en este encuentro y de participar en general? Identidad de género / Identidad sexual / Orientación sexual.
– ¿Importa si participamos?
– ¿Vas a ver arte para ver algo de la vida?
– ¿Vienes a este encuentro con expectación y esperanza?
– ¿Crees que hay que mentir para salir adelante en este mundo?
– ¿Vienes a este encuentro a por respuestas?
– ¿Importa cómo vivimos?
– ¿Te gusta lo que haces?
– ¿Vienes a este encuentro para ejercitarte intelectualmente?
– ¿Duermes bien?
– ¿Utilizas tu perspicacia?
– ¿Estás segura/o de tus respuestas?
– En este encuentro participamos 14 mujeres y 10 hombres. El hecho de que no haya ninguna mujer en la mesa redonda te parece… (completa la frase)
– Añade una pregunta.
Conversaciones tejidas (Isis Saz)
La conversación como dispositivo abre un nuevo espacio que resulta de difícil ejecución. Cuerpos acelerados que no tienen pausa, cuerpos que producen sin reposo, que no tienen tiempo suficiente. Pararse para conversar no está bien visto, como reposar, como dormir en el espacio público. Tener una cuerda para dibujar en el espacio con otra persona, a la vez que conversamos. Una cuerda que conforma dibujos y termina por deshacerse para seguir siendo una cuerda. Un cuerpo que conversa para terminar siendo un cuerpo. Conversamos… sobre la participación. Sobre la participación dirigida. Sobre la falsa participación. Sobre la aceptación de la participación a ciegas. Sobre la manipulación soterrada en la participación con lana. Se deshace la cuerda, volvemos al inicio. ¿Cuánto cuesta media hora de tu vida?
TEJIENDO Y CHARRANDO
Comencé a tejer fuera de casa cuando viajaba. Metía dentro de la mochila un ganchillo, lana y algo para comer y beber por el camino. Cuando el tren se ponía en marcha sacaba la aguja y comenzaba a tejer. Solían ser viajes con transbordo en los que tenía que esperar en la estación una o dos horas. A veces después de comer tejía un poco hasta que llegaba el siguiente enlace.
Todas las veces en las que he tejido alguien ha conversado conmigo o se ha acercado para ver cómo tejía. Siempre son las personas las que preguntan, o simplemente observan, yo no inicio la conversación. Entiendo que hay un intercambio cuando alguien dirige su mirada hacia algún lugar. Quizá no sabré nunca qué piensan aquellos que no llegan a hablar, pero de algún modo, con otro lenguaje se logra la comunicación, el contacto, o la conversación a partir del tejido.
Tejer evoca recuerdos…sobre lo táctil, sobre lo humano.
Las mujeres que hablaban conmigo solían observar el punto, lo reconocían, me contaban que ellas también tejían…o que nunca habían tejido, pero que les gustaba mirar como se teje. Todavía se acordaban de los objetos o la ropa que tenían en su casa que había sido hecha por alguien cercano y que aún guardaban en algún lugar.
Los hombres se solían sorprender, porque asociaban la acción de tejer a la figura de una abuela y no de alguien más joven… o sentían el extrañamiento de ver algo que hacía tiempo que no habían visto , otros decían que les hubiera gustado aprender, pero que no habían tenido nunca la oportunidad. Algunos más jóvenes habían aprendido en el colegio a tejer, cuando tenían 6 o 7 años, pero ya no recordaban nada….
Charrábamos…
sobre el color
sobre la belleza
sobre tejer para un ser querido
sobre quien enseña a tejer con amor
sobre la guerra y la miseria
sobre la supervivencia
sobre cómo se deshace una camisa vieja para obtener el hilo
sobre cómo se hierve la lana de un jersey sintético para que parezca nuevo
sobre cómo se cambian prendas tejidas por comida
sobre los recuerdos que guarda algo hecho por alguien
sobre la desaparición de la miseria que hace tejer a mano
sobre lo barato que es encontrar una chaqueta realizada por una máquina
sobre el desplazamiento de la miseria a otros lugares
sobre la pena de no compartir las tardes con alguien tejiendo
sobre la tristeza de no tener tiempo
sobre el deterioro del cuerpo
sobre el paso de los años
sobre la permanencia de los nudos tejidos
Dispositivos de escucha #1 (Patricia Leguina)
Este dispositivo es un activador de una participación conflictiva que propone establecer una distancia crítica en el espacio público mediante la implementación consciente de una zona de conflicto a través de la activación de una experiencia de la escucha donde, en este caso, el participante toma posición consciente y ocupa una de las dos sillas que componen el kit para ser escuchado. El acto de sentarse en un espacio público no es neutral. En la creciente obsesión con una fluidez continua, la escucha obliga a pararse y permanecer sin que lo visual prevalezca. Se ofrece así una modalidad de resistencia a la uniformidad de la actividad pública, proporcionando un respiro para aquellos que deseen hacerse escuchar. El dispositivo interviene en la lógica urbana del uso del espacio público a través de la ocupación para la generación de un espacio íntimo para la escucha.
El kit se compone de elementos muy básicos necesarios para la escucha: dos sillas, una grabadora que hará las veces de receptor de la escucha, y una maleta donde se advierte dispositivo de escucha y se encuentran las instrucciones para su manejo.
Instrucciones para montaje
“… al interponer un dispositivo técnico entre los dos cuerpos resonantes se puede empezar a escuchar al otro sin escucharse a si mismo.” [1]
Sígase por favor las siguientes instrucciones de montaje:
- Una vez elegido un lugar en el espacio público (calle, plaza, institución publica, etc…) se abrirá la maleta que se dejará abierta como se muestra en la imagen de arriba para que se vea la pizarra donde se explicita “dispositivo de escucha # 1” .
- Se sacarán las dos sillas que se pondrán como se muestra en la siguiente imagen, con la maleta abierta en el lado de la silla del narrador.
- Se colocará la grabadora en la silla del escuchante, junto al cuadernillo, el lápiz y las instrucciones del dispositivo escritas a mano para el narrador.
- La grabadora se podrá poner con pilas o enganchada a una red eléctrica. En la maleta en uno de los laterales están dos cables para conectar la grabadora a la corriente eléctrica.
- Habrá que estar pendiente de darle la vuelta a la cinta de grabación en caso de que se acabe. Hay en la maleta una segunda cinta virgen para poder ser grabada.
- El dispositivo se recogerá según se muestra en la primera imagen.
- La grabadora podrá ser sustituida por cualquier persona que que quiera ocupar su lugar.
- Todo el dispositivo será devuelto con toda la información generada dentro de la maleta.
Muchísimas gracias a quien cuide y active el dispositivo de escucha.
[1] Szendy, Peter (2015). En lo profundo de un oído. Una estética de la escucha. Ed. Ediciones/metales pesados, Santiago de Chile, p. 58 cuando se refiere a Laënnec inventor de la auscultación mediata.
Pasear, hablar, dibujar una trayectoria (Lila Insúa)
Ir y venir, circular, charlar y pensar. Construirnos un cuerpo colectivo, atomizado, ser durante un rato un enjambre, una manada, que transmuta la ciudad y se deja atravesar por ella. Salamanca, 2016. Como Michel de Certeau recurriremos a “la categoría de ‘trayectoria’. Debía evocar esta un movimiento temporal en el espacio, es decir, la unidad de una sucesión diacrónica de puntos recorridos, y no la figura que estos puntos forman en un lugar…”
Otro tiempo y otros espacios para la especulación, para las interrogaciones a este cuerpo amplificado… ¿Cómo trasladar las lógicas y dialécticas del individuo al colectivo?, ¿cómo socializarlas?, ¿qué compartiremos en el tránsito?, ¿qué tiene que decir la ciudad en ese diálogo, qué cruces nos propondrá? Compartir temporalidad, presente, mediante el acto del “yo” que habla y, a la vez, la existencia de un “ahora” que es presencia en el mundo.
La ciudad dispersa. Dispositivos para habitar lo público. Una propuesta de Lila Insúa para Salamanca, 2016. Monografía/Congreso Esta sesión se articula en torno a dos temas principales: por un lado, revisando las prácticas escénicas, arquitectónicas, artísticas que han tomado la ciudad como un elemento más que posibilita la participación. Unos acuden al evento, a otros les coge por sorpresa, de repente son parte de algo que no saben de qué se trata. Interactuar o permanecer pasivos, transmutar la ciudad, el barrio (Marc Caellas: paseando con Walser por Usera o Tetuán). Espacios que son modificados por nosotros, a nuestro paso, convertidos en cuerpos amplificados (Circumstance: Sarah Anderson, Duncan Speakman y Emilie Grenier en Móstoles). La ciudad, el entorno público, como otro agente interlocutor con el que dialogar o que dialoga con nosotros mientras la recorremos (Suggestion for the day: Apolonija Sustersic) analizando el proceso de desarrollo de la ciudad desde el debate sobre el desarrollo urbanístico de las últimas décadas. Pero también nuestra forma de habitar, después del 15M, después de las plazas, ¿cómo podemos habitar juntas?, ¿cómo trasladar las lógicas y dialécticas del individuo al colectivo?, ¿cómo socializarlas? (Dónde está mi tribu: Carolina del Olmo, Depression as a public feeling: Ann Cvetkovich…) Por otra parte los dispositivos de los que se valen los creadores revistas caminadas (Rafael Lamata, La Hostia Fine Arts, etc.) entrevistas que se hacen corriendo cuestionando el cansancio de nuestros cuerpos (Mareatón), la lectura mientras caminamos rumbo Atenas (La Travesía), la ocupación de los espacios públicos (Comiendo Terreno) son capaces de alterar la forma en la que pensamos situándonos frente a la pregunta entre los medios y los fines a alcanzar, qué lógicas se producen en el terreno intermedio y cómo se produce el cruce. ¿Desde el artificio (Clean Room: Juan Domínguez), desde lo real (Spin-off: Playdramaturgia)?
Translación de un cuerpo de cuerpos. Implosión Impugnada 24 (Rafa Tormo)
1. f. Acción y efecto de trasladar de lugar a alguien o algo.
2. f. Traducción a una lengua distinta.
3. f. Gram. Figura de construcción que consiste en usar un tiempo del verbo fuera de su natural significación;
p. ej., amara, por había amado; mañana es, por mañana será, domingo.
4. f. p. us. Traslado de alguien del cargo que tenía a otro de la misma categoría.
5. f. p. us. Traslado de un acto a otra fecha distinta.
Interminable procesión de cuerpos siempre en marcha; ahí dormimos, amamos, matamos, morimos des de un cuerpo “dañado” (en el sentido de que está abierto a su alrededor, no tiene límites fijos ni bordes duros; su piel siempre puede ser atravesada, siempre está ahí la posibilidad de la disolución, de perder una parte…) y ahí en ese ¨cuerpo con otros¨ hay herida, perdida; translación.
Tal vez después esto sea ocupado por intensidades.
Habitar, habitáculo, hábito des de la repetición como otra ilusión sostenida (a pesar). Colocándose ante lo que se escapa, lo que se pierde de la potencia de un cuerpo y del encuentro entre cuerpos y si acaso, quedar afectado (Deleuze hace una distinción importante entre afecto y emoción: mientras que el sentimiento es privado y personal, el afecto es una intensidad impersonal, colectiva).
Un juego es un juego. Participar es asistir (Aris Spentsas)
Cada uno puede empezar o acabar cómo y cuándo piense correcto, pedir ayuda, responder o cambiar. Poner o quitar reglas
Hacer algo con los resultados o/y el problema.
Hacer algo juntos.
Hacer con los demás
Hacer con las definiciones
Hacer con las limitaciones
Hacer con las expectativas
Participar sin limitaciones, sin definiciones, sin expectativas o sin fin, (sin los demás).
*Las reglas, como también la negación o aprobación de estas, se pueden re- negociar continuamente por todas las partes.