Dibuja Madrid organiza eventos semanales en los cuales un centenar de personas dibujan del natural basándose en escenas representadas por modelos según una temática siempre variable. En una de las sesiones el tema fue la performance. Las acciones resultarían registradas no en vídeo o fotografía sino en dibujo. La obra Barricada, realizada dentro de este marco consistió en utilizar las sillas donde se sentaban los dibujantes para construir una barricada. Como consecuencia de la naturaleza de la acción hubo muy pocos registros y los papeles prefijados de artista y modelo acabaron transformados de manera que el modelo se convirtió en artista y los artistas, casi en su totalidad, en público. El vídeo en este caso es simplemente un registro de la acción, incluso diríamos que secundario pues la primera intención era que el registro fuera dibujado.