Un espectáculo en que se anunciaba el camino a seguir por en los años siguientes: la exploración de la interioridad se había situado en un paisaje desértico, trasladado a escena por medio de una instalación de papel continuo y una hilera de piedras volcánicas en primer término y mostrado en un vídeo realizado por la propia coreógrafa con la colaboración de Lluis Escartín-Lara en el desierto de Arizona. Toda la coreografía se desarrollaba en interacción con esa instalación de papel, que la intérprete poco a poco iba desgarrando, arrugando, descomponiendo, enrollando sobre su propio cuerpo… «La bailarina -escribía Roger Salas- anuncia la soledad en su ritual de rabia y despojos» (Roger Salas, 1992)

Texto del programa:

pronto llega el silencio / y con él la noche viene desde lejos / arrastrando un visitante // solo una mujer y media / que continuametne se está acercando / como si sus ojos se abrieran / por primera vez a las cosas cercanas / y mientras mi propia respiración / o es la tuya la otro lado / dibuja una segunda sonrisa / como una raya silenciosa // como paisaje que no existe / me miras / mientras las manos en los bolsillos / nunca dejan de moverse / estás sentado / escuchando el secreto / de un cortauñas silencioso.