Cuatro ideas de partida para un proyecto.

“Que me abreve de besos tu boca” es un proyecto a medio plazo que ira creciendo en
cada entrega, no se trata de un trabajo en proceso, más bien es un músculo que deberá
generar diferentes propuestas variando el soporte en función de necesidades artísticas y
espacios. Tiene un comienzo con esta 1ª entrega en Montemor-o-Velho, una continuidad
en las dos siguientes a realizar en la Sala Nasa de Santiago y en el Canto de la Cabra de
Madrid

“Que me abreve de besos tu boca” es un nuevo encuentro con la muerte. Si “120
pensamientos por minuto” era una reflexión sobre la muerte violenta y “2004 (tres paisajes, tres retratos y una naturaleza muerta)” sobre la memoria que genera o traiciona la muerte, ahora, en este nuevo proyecto, es un enfrentamiento cara a cara entre el amor y la muerte, la descomposición y la sexualidad. “Que me abreve de besos tu boca” es una reflexión sobre el amor y la muerte, sobre aquello que de este binomio resta en manos de la poesía como la única posibilidad de dar explicaciones.

Amor espiritual, sin que desfallezca en ningún momento (al igual que en “El cantar de los
cantares) en sus palabras e imágenes la carnalidad del cuerpo; el dolor de su
imposibilidad, o el de su imperfección; y la defensa de su pureza (pureza también carnal y
física) ante la mercantilización de las relaciones y el pragmatismo de la sociedad.
“Que me abreve de besos tu boca” también es una meditación sobre el cuerpo, sin apelar
al aspecto exterior de la persona, si no como un todo, lo externo y lo interno, la piel y la
víscera, lo bello y su horror, su materia y su espiritualidad, lo aceptado y lo prohibido.
Relacionar las descripciones del cuerpo del amado de el Cantar con “la lección de
anatomía del doctor Joan Deyman” de Rembrandt, con el ”San Juan Bautista” de
Caravaggio en la galería Nacional de Arte antiguo de Roma, con las piezas en cera de
anatomía de Gaetano Giulio Zumbo en La Specola de Florencia y con el principio de “Le
mépris” (El desprecio) de Jean-Luc Godard, donde Camille (Brigitte Bardot) pregunta a
Paul (Michel Piccoli) su parecer sobre cada parte de su cuerpo