Murmurante Teatro Producciones inicia en 2012 un proceso de largo alcance que intenta dibujar la topografía de una ciudad desde las señales de sus ruinas. VESTIGIOS DE UNA SERIE es una investigación que traza relaciones entre los vestigios de catástrofes pasadas políticas, históricas o económicas y sus restos, ruinas y escombros en la actualidad, es decir aquellos vestigios de la modernidad que son la expresión de los procesos de destrucción y cambio en el devenir de la urbe. Esta metrópoli se nombra Mérida y sus ruinas son a la vez documento y actualidad. Murmurante se propone reelaborar estos escombros para desatar procesos de múltiples puntos de fuga estéticos y transdisciplinares cuyo destino eventual será la escena, la comunidad o la galería. Este cuarto proyecto acentúa la línea que define la personalidad del colectivo, sus propósitos sociales, sus intenciones experimentales y su interés por formularse interrogantes sobre la realidad.

Recolección.

La recolección como el acto de reunión de los objetos pertenecientes al universo de producción industrial de la Embotelladora Sidra Pino y Soldado de Chocolate provoca campos de acción que ponen de relieve diversos ámbitos de significación:

* El lugar que estos productos, reducidos a la condición de desecho y de restos, guardan en los circuitos de consumo y de la producción industrial frente a los grandes emporios refresqueros.

* Su cualidad de “nuevos objetos” al ser extraídos del contexto marginal donde se ubica; un valor testimonial como residuos ruinosos del colapso de una empresa y un valor estético que los desplaza de su condición de mercancía hacía otras y nuevas lecturas.

* El “objeto encontrado” no ha sido recolectado del contexto de manera aislada bajo criterios sólo estéticos, sino en un intercambio colaborativo: un trueque o una negociación con la comunidad y con el contexto. Las cajas, las botellas, los distintivos de la empresa, tienen un propietario. Y en el intercambio se sucede una recolección de la memoria y los relatos consecuentes que de varias maneras reconstruyen el itinerario de la ruina. Estos vestigios o remanentes tejerían en la comunidad la historiografía de una ruina industrial que también es parte integral de la identidad de las comunidades. Los objetos acumulados son un intento de reconformación de la ruina pero también lo es la evocación y la puesta en actualidad de los vestigios de la SP y SCH.

* La acumulación y recolección en las comunidades tienen un propósito de acción social inmediata y otro ulterior: la acción de la recolección genera ya relatos, dinámicas de intercambio, experiencias de relación inmediata y evocaciones experienciales pasadas y presentes. Estos materiales se resuelven en la culminación del evento comunitario como una devolución de los relatos recogidos y en comparecencias testimoniales de los informantes en torno a los objetos y, más adelante, en la composición final de una pieza arquitectural formada de la objetualidad acumulada en estas experiencias.

La pieza.

Es resultado de una conversación activada con un grupo de comunidades en torno a su relación con la Sidra Pino y el Soldado de Chocolate, la pieza no es tanto una instalación como un archivo móvil sobre la memoria. Las cajas y botellas, recopiladas mediante distintas estrategias de acuerdo a cada contexto específico, dan cuenta de las connotaciones afectivas y simbólicas que para la sociedad de la Península han tenido ambas bebidas, así como de algunas repercusiones de su desaparición. A través de la puesta de circulación de un archivo documental que, con soportes distintos, expondrá material testimonial de la comunidad, se visibilizarán las relaciones, tensiones, diálogos y desavenencias que la comunidad sostiene con un par de productos que han contribuido a la conformación de su identidad regional.

La puesta en escena comienza con la explicación del Soldado de Chocolate, uno de los productos más famosos que comercializaba la empresa y con la proyección de un anuncio publicitario de la marca en 1952. (Leer más detalles)

La pieza será pues en cierto sentido un contenedor de memoria, pero también una arquitectura móvil y transformacionista.
Móvil en un sentido profundo; a su carácter itinerante hay que agregar que los archivos documentales contenidos en las cajas y botellas de refresco se irán modificando en cada estación y en cada espacio en que se instale, e irán mostrando distintas rutas de relación entre individuos en relación con la memoria que comparten. Transformacionista porque, amén de su ductilidad, que permitirá múltiples posibilidades de despliegue y organización, proyectará una de las ideas que fundamentan el proyecto: la memoria, muchas veces manifestada en el cuerpo de una ruina, es un espacio vivo, generador de relaciones en constante movimiento, un territorio que deroga ciertas categorías temporales y aglutina pasado, presente y futuro en una sola experiencia. La pieza, entonces, no será instalación ni escultura, sino una corporeidad memoriosa y comunitaria insertada en diversos puntos del espacio público y cotidiano.