Noche de insomnio. Leños quemándose en una estufa-hogar. Se escuchan los

crujidos. Penumbras. El tiempo transcurre. Un largo sillón y paredes descascaradas.

Sobre una de las paredes laterales hay 4 cuchetas: Son dos puertas de vitraux,

divididas al medio, como una especie de placard. Al fondo una puerta vaivén.

Tres mujeres, todas con walkman.

Una, Amelia, fuma. Cada tanto, pone leños en la estufa. Por uno de los auriculares

caído se escuchan bajo distintas versiones de la marcha peronista.

Otra mujer, Magdalena, apoyada contra la pared.

Otra, Julia, se mueve, acostada sobre el sillón.

Por la puerta del fondo, a veces se asoma MV.

CAPÍTULO I: NUEVOS PROPÓSITOS

Se escucha bajo del auricular del walkman de Amelia una versión, en ritmo de

folklore litoraleño, de la marcha peronista. Amelia sigue con la vista una cucaracha

y la aplasta y la observa.

Amelia,

Una cucaracha vieja… por lo lenta… por lo cascaruda… vieja.

Magdalena,

Las cucarachas son así. Todas. Viejas, obsoletas.

¿Sabés que no me puedo dormir? Una estructura antigua son.

Julia, (Acostada en el sillón, moviéndose desde hace un tiempo.)

Me muevo. Me estoy moviendo. ¿Se nota?

¿Se nota que me estoy moviendo?

Magdalena la mira. Julia sigue moviéndose. Los movimientos crecen. Empieza a

rebotar acostada sobre el sillón.

Julia,

¿Se nota que me estoy moviendo? (Se eleva sobre el sillón y cae rebotando.)

¿Se nota que me estoy moviendo? (Se eleva sobre el sillón y cae rebotando.)

¿Se nota? (Se eleva sobre el sillón y cae rebotando.)

Magdalena se acerca. La sigue mirando. Julia rebota acostada. Cada vez más y más

violentamente. De repente se detiene y se sienta.

Julia,

¿Y se nota que se acabó la densidad en mi vida?

Se levanta.

Que se acabó la densidad para mí. ¿Se nota?

El cuerpo comienza a temblarle. Magdalena se contagia. Temblores de las dos.

Magdalena,

Gracias. Me ayudas a pensar. Gracias.

Pausa.

¿Se nota que yo soy una persona agradecida? ¿Se nota?

(A Julia.) Gracias. (A Amelia.) ¿Se nota que soy una persona agradecida?

(A Julia.) Gracias. (A Amelia.) ¿Se nota que soy una persona agradecida?

Amelia,

Se nota. Se nota.

¿Y se nota que ahora yo me siento bien?

¿Se nota?

Recién escuchaba esto:

Les acerca los auriculares. Les hace escuchar.

Amelia,

Bueno entonces pensé esta frase:

“Si hasta hoy fui una mutilada. Ya no.”

Así tal cual.

Magdalena y Julia,

“Si hasta hoy fui una mutilada. Ya no.”

Amelia,

Así. Tal cual.

Entonces pensé: Se acabó la disconformidad para mí.

Magdalena y Julia,

“Se acabó la disconformidad para mí.”

Amelia,

Sí. Y me puse contenta. Y así estoy.

¿Se nota?

Magdalena,

Gracias. También me hacés pensar. Gracias.

Me ayudan a pensar en mí, en mi futuro.

Yo quería un futuro para mí…

(Se corrige.) Yo querré un futuro para mí.

Amelia, (Mirando a la cucaracha.)

Uy, mírenla… (Está como descomprimida pero) sigue moviéndose lentamente…

Entra MV por la puerta vaivén del fondo. Interrumpe llorando. Trae varios libros.

MV,

  1. Ay. AY. Se terminó. Ay.

Eco de ayes.

MV,

No hay más. Se terminó. Ay.

Eco de ayes.

MV,

Ay. Desde hoy solamente voy a leer,

(Lee.) “como quien abre y se recuesta en una reposera en una playa con viento”.

Ay.

Me voy a refugiar en la lectura. Ay.

(Se va.)

Magdalena,

Desde hoy mi tiempo será en futuro.

(Las mira explicándose.)

Hablaré en futuro.

Prosperaré, dormiré… Hablaré así. (Lo haré.)

Amelia,

Para mí: la liviandad. El aire, suspiros, soplos, el aliento, las exhalaciones, las

pompas: el azar.

Julia,

Para mí: el movimiento.

Magdalena,

Para mí el futuro: entrenaré, me adiestraré, ejercitaré mi sincronización. Me

perfeccionaré.

Para mí preveo, (Se corrige.) preveré un tiempo ilimitado.

Julia,

Para mí: el movimiento.

(Da un salto.)

Algo vivito y coleante.

Julia sale corriendo. Amelia la sigue. Magdalena se queda parada un rato, piensa y

también la sigue. El espacio queda vacío.

INSOMNIO CAPÍTULO II. LA CONVERSACIÓN DEL GÉNERO

El mismo espacio. MV entra con una pequeña biblioteca con libros en los brazos.

Lee. Llora. Al rato, Magdalena entra con una pelota, tipo fútbol (realiza

entrenamientos). Julia entra de un salto al sillón. Se mueve alrededor del sillón. Por

último entra Amelia. Juega con pompas de jabón, piensa y habla. A veces espía la

cucaracha aplastada. Cada tanto se escuchan desde los auriculares de su walkman

versiones en diversos ritmos folklóricos de la marcha peronista. Ella silba. El

tiempo transcurre.

Amelia,

Miren… Está viva. La cucaracha no se murió. Miren.

Julia,

¿Cómo puede ser?

Van todos. Ronda alrededor de la cucaracha.

Amelia,

Y sí… sigue moviéndose… La cucaracha es el bicho emblema de la resistencia

pasiva. Piensen: estaban en la tierra antes que los dinosaurios, y ya eran iguales a

como son ahora…

Magdalena,

A mí me parecen una miniatura de un animal enorme… antiguo…

Amelia,

Enorme, antiguo, y resistente. Piensen que las cucarachas estuvieron en la época

del avance y retroceso de los hielos. ¿Entienden? Estaban las cucarachas, después

la tierra entera se congeló, después vino el deshielo y se inundo todo…

Magdalena,

No sobrevivió, (Se corrige.) sobrevivirá nadie….

Amelia,

Salvo las cucarachas.

Julia,

Resistentes, sobrevivientes… …¿Entonces si ponés una cucaracha en un cubito y la

descongelás… vive?

Amelia,

Y puede ser… Su único sentimiento es la atención de vivir. La atención puesta

solamente en vivir… ¿Se dan cuenta?

Julia y MV,

¡Qué lindo! (Sobreviviente, resistente.)

Julia,

¿Y yo… podré llegar a ser una cucaracha…?

Amelia,

¿Una cucaracha…?

Magdalena,

Antigua. Yo no.

Y se va.

Amelia,

Iguales en millones y millones de años… Ah no, yo no. No.

Julia se va.

MV sigue apoyado en la pared leyendo.

Amelia se pone los auriculares. Se escucha música.

Se apoya en la estufa. Piensa.

Amelia,

Yo decidí cambiar. Y cambié…

Yo ahora no soy más una mutilada.

“Si hasta hoy fui una mutilada”… ya no.

Yo ahora tengo dos brazos y dos piernas.

Y me siento bien… estoy contenta.

Antes traté de vivir con más, y no fue bueno para mí.

Antes yo era… como un bicho cien pies…

(Tengo que estar atenta, porque enseguida puedo volver a generar extremidades,

me brotan… es un problema de acá.)

Yo ahora me siento como una mujer que antes no fui nunca.

¿Lo entienden?

Es grandioso: Soy lo que antes no fui nunca.

Soy… una pompa… un suspiro… un soplo…

Más aérea soy…

Julia,

¿Y yo? ¿Soy fea?

¿Yo soy fea?

¿Soy fea yo?

Cada vez pregunta de una manera más violenta, saltando sobre el sillón sentada.

Sacude con violencia la cabeza en cada golpe. Todos la miran. Nadie responde.

¿Soy fea? ¿Soy fea? ¿Soy fea? ¿Soy fea? ¿Soy fea?

Interrumpe los movimientos-saltos. Queda sentada.

Julia,

Perdonen. Disculpen, en serio. Qué vergüenza. Lo que pasa es que yo esto siempre

se lo quise preguntar a mi mamá y mi mamá no me decía nada… Mamá hablar

hablaba, hablaba mucho pero a mí no me decía nada.

Julia vuelve a su recorrido y se escucha cada vez más imperceptible: “bla blaba

blaba blaba mucho… pero no…” Magdalena la mira. Tiempo. MV sigue escuchando

música por su walkman y leyendo para sí, intermitentemente. Amelia juega con las

pompas, escucha la marcha por su walkman y mira cada tanto la cucaracha.

Magdalena,

Yo iré al médico. Yo sí. Y seguiré yendo. En esta época y siempre. Es así. Eso es lo

que me importa, lo que voy a seguir haciendo (en adelante, en el futuro…)

Amelia,

A ver… Pensemos eso: “¿Por qué la gente va al médico?”

Magdalena,

Yo iré y seguiré yendo porque a mí me da miedo descontrolarme.

Estudios me voy a seguir haciendo 16 por año.

Pausa.

Ése será un promedio probable para mí en el futuro.

(Es que soy una persona a-sintomática.)

Magdalena se va atrás, rebotando la pelota. Marcha por auricular del walkman.

Magdalena, (Casi inaudible.)

Acné. No tendré.

Alopecia. ¿Tendré?

Anemia. Podré tener.

Anorexia. No tendré.

Apendicitis. ¿Tendré?

Amelia, (Conversando con Julia.)

Pensemos, pensemos… Una persona dice voy al médico y va. Muchas personas

hacen eso. Muchas personas viven así. Ésta es una época de ir mucho al médico.

¿Por qué?

Pausa.

Yo no. Ni en esa época ni en ésta. No. A mí lo que me preocupa son los accidentes,

no descontrolarme, no las enfermedades. Los accidentes son peores. Yo al médico

no…

Magdalena atrás empieza a hacer movimientos de rebote junto con la pelota,

mientras dice su lista. Se la escucha cada vez más nítidamente. MV repite “Yo

también”. Cada vez llora más.

Magdalena,

Apnea. Me dará miedo tener.

Artritis Asma. Astenia. Ateroesclerosis. ¿Tendré?

Autismo Beriberi Botulismo. No tendré.

Brucelosis. Bulimia. Clamidia. Podré tener

Cálculos Chancro Ciática Cistitis. Diabetes Difteria. Enfisema. No tendré.

Envenenamiento Esclerosis Esquizofrenia Estrabismo. ¿Tendré?

Culebrilla. Estreptococo Fiebre Gripe Influenza. Podré tener.

Litiasis. Lupus. Malaria Miastenia Peste bubónica Psitacosis. Parkinson. Peritonitis.

Psoriasis. ¿Podré tener?

Migraña Miopía Obesidad Estreñimiento. Sí tendré.

Paperas. Rubéola. Sarampión. Varicela. No tendré.

Querubinismo. Rabia. Raquitismo. Triquinosis. Tuberculosis. Tampoco tendré.

Reflujo. Urticaria. Shock. Sinusitis. Sí tendré.

Tétanos. Trastorno obsesivo-compulsivo. No sé si tendré… ¿Tendré?

La pelota se le escapa. No la encuentra. Amelia se la muestra abajo del sillón.

Va a buscarla.

Magdalena, (Avergonzada, explicándose.)

Mi catálogo… Faltó insomnio. Eso es lo que tendremos.

Amelia, (Casi superpuesto.)

Tenemos.

Magdalena,

Así estaremos…

Amelia, (Casi superpuesto.)

Estamos.

Julia mira a Magdalena y a Amelia. Tiempo.

Julia,

Mi mamá sí iba al médico.

Se tira sobre el sillón. Vuelve a levantarse y a mirarlas.

Mi mamá sí iba al médico.

Vuelve a tirarse. Lo repite cada vez más alterada. El movimiento se vuelve violento

en exceso.

MV, (Llorando.)

Otra vez no. No…

Amelia,

Pará. Te vas a matar.

Se sigue tirando.

Magdalena,

En serio. ¡Te vas a matar!

Se sigue tirando. MV llora.

Amelia,

¡Pará!

¡Te matás!

Julia,

Se sienta.

¿Qué?

Amelia,

¿Te matás!

Julia, (Se toca. Sonríe.)

¿Qué?… ¿Me morí?…

Balbucea.

¿Estoy viva-estoy muerta? Estoy viva-mucho-poquito-nada-muerta mucho-poquito

nada viva-mucho poquito-muerta…

Julia se va acostando sobre el sillón y empieza a masturbarse. Todas la miran y

empiezan a tocarse levemente y a repetir Mucho-Poquito-Nada.

Amelia,

Ir al médico, mucho poquito-nada… mucho-poquito…

Se saca los auriculares y va al sillón.

Magdalena,

¿Ir al médico sensualizará a las mujeres?

Van hacia el sillón con pulsiones. Masturbación colectiva. MV al lado del sillón, de

pie.

Magdalena, (Sobre Julia.)

¿Sensualizará?

Julia,

Yo conozco una que sí…. De chica el médico le hizo abrir la boca y le raspó la

garganta con un dedo envuelto en gasa. Escupió sangre todo el día… bastante

erótico, ¿no?

Magdalena,

Impresionante.

Julia,

Ahora si un hombre quiere estar con ella le tiene que raspar la garganta. Igual,

igual.

O no lo deja. Bastante erótico, ¿no?

Magdalena,

¿Así? ¿Así les dice?, ¿le dirá?

Julia,

Sí, que duela, y que sangre. Así, le dice. Si no, se lo hace ella sola. Bastante

erótico, ¿no?

MV se tira sobre el sillón. Algunas se caen. Intentan volver al sillón. Suben y

vuelven a caer.

Magdalena, (Desde el piso.)

A mí de los médicos me parece, (Se corrige.) parecerá bastante erótico la espera…

en una silla sola quieta esperando. Bastante erótico, ¡no?

Magdalena vuelve a subir al sillón. Nuevas caídas.

Amelia,

No. Más que nada dejarse hacer… Abrir la boca y dejarse.

Magdalena,

¿Vos te vas a dejar?

MV,

¿Vos te dejás?

Julia,

¿Y morir te dejás?

Siguen subiendo y cayendo del sillón.

MV, (Con el libro en la mano.)

Quietas. Quietas.

Paran. Lo miran.

MV, (Lee.)

Me da placer observar la pasividad del género…

Lo miran.

Acá lo dice. Acá.

Vuelve a leer.

Pasividad del género.

¿Podés fingir ser obediente? Bueno, es eso.

Se miran. Algunas en el sillón, otras por el piso.

Amelia, (Tirando de los breteles del corpiño de Magdalen.)

Pasividad del género.

Se va a la estufa hogar.

Magdalena, Julia y MV lo repiten. Tiran de los elásticos del corpiño o de la

bombacha de las otras y dicen “Pasividad del género”.

INSOMNIO CAPÍTULO III. LOS AHOGOS DE LAS ÉPOCAS

El mismo espacio. Magdalena y Julia siguen tirándose los breteles, en una situación

entre juego tedioso y violento. Amelia con la cucaracha.

Amelia,

La cucaracha seduce. Una pelirroja seductora. Mueve las pestañas, mueve la boca…

Así, así… (Hace movimientos con la boca, como hablando sin voz.)

Amelia tira una madera de la estufa a los pies de Julia y Magdalena. Ellas la miran.

Amelia, (A ellas, sin voz, con movimiento de boca.)

La cucaracha seduce. .. Se Du Ce

Mueve la boca. Así. Así.

Las tres hacen el movimiento de abrir la boca.

Amelia,

Hablemos un rato por hablar. Bla,bla,bla.

Magdalena y Julia,

Y Bla Bla Bla.

Y así siguen un rato y se cuentan chistes y se ríen. MV de atrás mira sin entender.

Se acerca e intenta mover la boca de maneras distintas. Nadie se ríe. Todas con la

boca cerrada. Se va a sentar lejos.

Amelia, Magdalena y Julia se van a ver a la cucaracha.

Amelia, (Sin voz y mirando a MV.)

Es un imberbe.

Julia,

¿Qué?

Magdalena,

Dice IM BER BE

Julia,

IM BER BE ES TU PI DO

Amelia (Sin voz.)

Ve por el cuerpo entero.

Tiene el cuerpo reventado, de caños y cementos como una autopista.

Tiene el cuerpo reventado, de caños y cementos como una autopista.

Tiene el cuerpo reventado, de caños y cementos como una autopista.

Repite dos veces más sin voz.

(Gritando.) Tiene el cuerpo reventado, de caños y cementos.

Las mira, con calma, señala a la cucaracha.

Como una autopista, ¿entienden?

Y se va.

Amelia se sienta en el sillón. Se sienta al lado de M.V. Escucha walkman. Se ahoga.

MV lee para sí y llora. Amelia habla muy bajo. Cada tanto, abre la boca.

Julia y Magdalena se miran. No entienden. Cada una culpa a la otra.

Siguen hablando sin voz.

Magdalena,

Estúpida, imberbe.

Julia,

¿Qué?

Magdalena,

Estúpida, imberbe. IM BER BE

Julia,

IMBER BE ¿YO? No. Estúpida imberbe vos.

Magdalena pisotea a Julia y Julia intenta sacarle la zapatilla a Magdalena.

Pelea. Se van atrás del sillón.

MV, lee y llora.

Amelia sentada piensa. Con los auriculares. Tiempo.

Por atrás del sillón, Julia y Magdalena siguen peleando violentamente, en el piso.

Golpean el respaldo del sillón. A veces asoman sus piernas por detrás del sillón.

Amelia, (Para sí. No se percibe lo que dice. Escucha walkman.)

Autopista, no se puede parar, la vista fija sobre objetos cada vez más borrosos,

como viendo fuera de foco, hasta que parece que los ojos se lastiman, aire, aire a

la cara, un golpe al pecho, dolor, todo oscuro. Ciega.

Dice en voz alta a MV.

Si a mí me gustaba manejar… es raro ¿Qué me pasó?

Para sí. No se percibe lo que dice. Escucha walkman.

Me mareo… ¿qué pasa?… me ahogo, golpe al pecho, como vidrios. El pecho lleno

de vidrios. Calor, aire a la cara, aire, los ojos en un punto, veo fuera de foco, las

rodillas se me aflojan. ¿Veo o no veo? Estoy transpirando. ¿Veo o no veo?

Vuela una de las zapatillas de Magdalena. Amelia la mira caer.

Dice en voz alta a MV.

TENGO QUE IR SÍ O SÍ AL MÉDICO.

Amelia se recompone. Atrás Magdalena y Julia muy agitadas, sin aire, tosen. Casi

ahogadas. Tiempo. Se escuchan versiones de la marcha por los auriculares caídos

de los walkmanes.

Amelia,

Tengo una imagen en mi cabeza. Quisiera decirla con alguna condición buena…

algo más propio de esta nueva etapa. Esta nueva etapa de mi vida. ¿Cómo la digo?

¿La digo cantando? No.

Pausa.

Ya sé: la digo parada. Que es como decir: “Yo estoy de pie ante esto”. Sobre mis

dos pies.

El título de la imagen es: “Producir caídas de la autopista al río”.

Un auto se desplaza. Va por la autopista, sube un puente…

El puente está a medio construir: columnas fuertes, altas, cemento con hierro

retorcido. Se ve el metal. Un cuerpo reventado hecho de caños, hierro y cemento…

como una cucaracha.

El auto va por la autopista. Sube el puente. El pavimento se termina. El auto se cae

al vacío.

De arriba del puente, alguien lo mira caer. (Saluda.)

Y otro auto se desplaza por la autopista. Van silbando. (Silbido de desplazamiento.)

Suben al puente. (Silbido de esfuerzo.) El puente se termina, (Crashsh.) el auto se

engancha. (Crash-crash.) Queda colgando en el vacío. (Respiración suspendida.)

Se cae al riachuelo. (Plaf-plaf.) De arriba del puente alguien saluda. (¿Se despide?)

Y nuevamente, otro auto va por la autopista…

El relato de Amelia deviene en onomatopeyas, respiraciones y sonidos en medio de

unas pocas palabras. Magdalena y Julia se sientan al lado, contagiándose el sonido

de las onomatopeyas. MV llora y hace vibrar sus labios; está de pie atrás del sillón.

Amelia,

Tengo eso en la cabeza… una sensación de choque… clara.

Autos colgados… Y no se puede saber cuándo es la autopista y cuándo el

riachuelo…

Amelia se levanta y va a la estufa. Quedan Magdalena y Julia sentadas en el sillón.

Vestigios de las onomatopeyas. MV sigue llorando atrás del sillón y produciendo un

extraño sonido con la vibración de sus labios.

Se escucha la marcha muy bajo por los auriculares. Tiempo.

Amelia, (Vuelve al sillón. Se sienta.)

¿Por qué cuento esto? Es una vergüenza. Cómo alguien puede tener miedo que en

un puente un auto vuele. Para arriba, para adelante y al riachuelo. Que un auto

vuele.

Para arriba, para adelante y al riachuelo. Les aclaro: fue otra época. Fue otra

época. Ahora, en esa época: ¿Era feliz? ¿Qué es eso?

MV, (Llora produciendo un sonido de vibración con la boca.)

Mis imágenes de autopista.

Amelia,

No, no… Yo dije: “¿Era feliz? ¿Qué es eso?”

Qué es eso de la felicidad, de ser feliz. ¿Qué es eso? ¿Se dan cuenta? ¡Ayúdenme a

pensar!

Magdalena,

No sigas, ¿no ves que el pasado es inmodificable?, no sigas…

Amelia,

Tengo esa imagen en mi cabeza. Yo quiero olvidarme de ese puente reventado, de

un auto volando… Pero tengo esas imágenes… brillantes como escamas de

pescado… Más todavía, como si el sol se reflejara en esas escamas. ¿Entienden?

Hay algo allí. ¿Qué es?… ¿ese brillo, ese encandilamiento?… ¿Qué es? O en todo

caso ¿por qué me enferma? ¿Me enferma eso?

Pausa.

Voy a anotar esa pregunta para hacérsela al médico.

Pausa.

Bueno, sí, voy a ir al médico. Pero para mí: ¡Los accidentes son peores!

Magdalena,

Podría matarme si tuviera esa imagen en mi cabeza.

(Tal vez matarte. En el futuro.)

Amelia,

Y tengo cosas peores.

Julia,

¿En la cabeza?

Amelia,

Sí, frases…

Julia,

Mi mamá decía mucho “Mate y Vuelve”. ¿Frases así?

Amelia,

La frase es “Mate y venga”. Un estudio jurídico. “Mate y venga”. Así.

Pausa.

¿Ves? (A Magdalena.) Hay cosas peores en mi cabeza y en la cabeza de

cualquiera… Hay que saber aceptar. Aceptar lo que uno es. Hay que aceptar que

uno recordó esto por años, aceptarlo. Aceptar también los deseos de matar.

Magdalena,

A mí no me ocuparán ningún lugar en la cabeza. El pasado para mí es y será

silencio.

¿Sabés por qué?

Amelia,

Porque hay épocas en las que nadie habla o porque el pasado no te habla a vos. A

ver. ¿Por qué?

Magdalena,

No… No sé por qué. Igual, lo que a mí me preocupa es el futuro. Lo que a mí me

preocupará es el futuro. Incluso el futuro de mi hijo.

MV,

¿Incluso el futuro de los hijos?

Se apoya en el sillón y lee.

Pág. 703, “Sed bienvenidos, mi respetable soberano. (Dice Tito a Saturnino.) Sed

bienvenida tímida reina (a Tamara). Lucio. Salud belicosos godos. Sed todos

bienvenidos. (Todo lo dice Tito, y sigue.) Aunque el banquete no sea espléndido

bastará para llenar el estómago. Coman. Comamos.

(Saturnino le pregunta.) ¿Por qué estás ataviado así, Andrónico?

Porque quería asegurarme de que todo estuviera en orden para este festejo,

(contesta Tito y Tamara le agradece:) Gracias, buen Andrónico.”

Es Tito Andrónico. La escena final.

Yo la llamo “De La Bienvenida… a la muerte de todos”.

Amelia se levanta y va hacia la estufa.

Sigo: (Va al lado de Magdalena.)

“Desde el fondo de mi corazón. Emperador Saturnino, te pido ayuda para este

problema (lo pregunta Andrónico, Tito): ¿el fogoso Virginio hizo bien en matar a su

hija con su propia mano, porque había sido violada, mancillada y deshonrada?

Hizo bien, Andrónico. (Le dice Saturnino.)

Una razón para ello. (Pregunta de nuevo Tito.)

(Y Saturnino le dice:) Porque su hija no debía sobrevivir a su deshonra y renovar

sin cesar con su presencia, (así le dice) los dolores de su padre”.

¿En qué piensan, en una procesión de hijos insultando a sus padres o una procesión

de padres insultando a sus hijos?

¿Qué piensan? ¿Eh?….

Sigo (Se pone en el medio de Julia y Magdalena.)

“Es una razón alta decisiva y convincente (dice Andrónico, Tito), un ejemplo sin

precedente, un modelo para que yo (Tito, Andrónico, Tito), el más desgraciado de

los padres, lo siga. (Y ahí dice Tito:) ¡Muere, muere Lavinia, y tu vergüenza,

contigo! (Y sigue, Andrónico, Tito.) ¡Y con tu vergüenza, muera también el dolor de

tu padre!

(Y ahí mismo Tito, Andrónico, Tito) Mata a Lavinia”.

¿Qué me dicen?

¡Lavinia es una niña mutilada?, ¿el padre es ciego o quiere serlo?

¿Qué me dicen? ¿Qué es?

Así sigue y se matan todos. Es la Escena Final…

Se matan Tito, Lucio, Saturnino, Tamara, los godos, los príncipes, los hijos…

Todos.

(Lee.)

“Roma misma sea la plaga de Roma.” Dice el Pueblo de Roma afuera. “Sea la plaga

de sí misma.”

¿Qué me dicen?

¿Qué queda después que se matan todos?

¿Gente muerta que no dice nada, gente muerta que no quiere nada?

¿Qué queda? ¿Gente muerta?

¿Qué me dicen?

Intenta volver a leer algo.

Cada vez llora más.

¿Qué me dicen?

MV (Pasa los brazos acercando sus caras y lee.)

Lloremos juntas. Imploro la muerte, dice Lavinia, arrojarme en algún abismo

odioso, donde jamás los ojos de los hombres puedan considerar mi cuerpo. (Lavinia

no tiene brazos, no tiene lengua, esto es algo que piensa.) Lloremos juntas…

(Ni gracia ni piedad de mujer. La vergüenza, la enemiga de todo nuestro sexo.)

Lloremos juntas.

Julia se levanta y corre de una pared a la otra. Magdalena sentada impulsa el sillón

hacia atrás a los saltos, encajonando a MV. MV llora y pide que se queden quietas.

Amelia escucha walkman y hace pompas. Julia sale del espacio hacia el pasillo de

atrás.

MV,

Quietas… Quietas…

Insomnio Capítulo IV. Las gracias, los sacrificios

Magdalena apoyada contra una pared en corpiño. Empieza a tirarse de los elásticos

de los breteles de su corpiño y bombacha. Cada vez con más violencia.

MV en el sillón. Amelia mira la cucaracha.

Magdalena,

Gracias. Gracias.

Vos también me ayudaste a pensar… Gracias.

(Y tira de los elásticos de sus breteles, lastimándose.)

Estoy pensando si no es una idea sólida inmolarse por el mañana.

Gracias.

(Y se sigue tirando.)

Julia entra con un brazo levantado y se tira sobre el sillón.

Después lo corre, todo con el brazo levantado.

MV la mira.

Julia, (Se tira sobre el sillón con una mano y pregunta.)

¿Se nota que estoy tratando de imaginarme sin una mano?… Como Lavinia…

MV también levanta el brazo. Julia se sigue tirando al sillón con una mano

levantada.

Julia,

¿Se nota que estoy tratando de imaginarme sin una mano? Como Lavinia.

Y se sigue tirando.

MV, (Llorando.)

Pero Lavinia es sin lengua también.

Se miran. Julia saca lentamente la lengua hacia fuera. MV la imita.

Magdalena,

Mírenme: ¿Se nota que yo me estoy inmolando?

Gracias.

Mírenme: ¿me inmolo?

¿Se nota que me inmolo?

Gracias.

Mírenme.

Julia va hacia Magdalena y la ayuda a tirarse de los elásticos con una mano.

Amelia mira a veces a la cucaracha y a veces a Magdalena.

Magdalena,

Gracias.

Amelia, (Mira con atención la cucaracha.)

Está vomitando. Algo así como una materia prima horrible… un pedazo de proteína

oscura… una cáscara primaria… algo así, no sé. (A Magdalena y Julia.) Miren, se

van a lastimar, dejen de tirarse… Cómo llamarían ustedes a eso (Vuelve a mirar a

la cucaracha.) espeso y blancuzco, que le sale despacio hacia fuera…

Todos alrededor de la cucaracha.

Amelia,

¿Qué es?… ¿Su materia? …

Julia,

Para mí flemas.

Magdalena,

El Pasado, como yo.

MV,

Es inmundo.

Amelia,

No. Expulsa algo —algo suyo— hacia fuera. ¿Qué es?

(En eso sí, hoy me siento igualita a ella.)

Magdalena,

Es como yo, su pasado.

O el destino…

Julia,

O confesiones…

MV,

Inmundo, Inmundo, Inmundo.

Amelia,

No. Es un vómito. ¿No? Un vómito fofo y blanco.

Julia, (Llevando a MV de la lengua, le explica.)

No es inmundo.

Julia y MV quedan apoyados en la pared opuesta, enfrentados a Amelia y

Magdalena.

MV, (Con lengua afuera.)

Es inmundo. Inmundo. Inmundo.

Julia, (Con lengua afuera.)

No es inmundo. Es flema.

Amelia,

La cucaracha va a morir.

Está vomitando porque se va a morir.

(A Magdalena.) ¿Que harías vos si estuvieras por morir ahora? ¿Qué harías?…

¿Una carta? ¿Hablarías con alguien, con quién?

¿Bailarías?

¿Comerías algo rico, qué?

¿Harías listas de cosas?… a mí me gusta hacer listados…

¿Andarías como una sonámbula?, ¿qué?

Magdalena, (Se adelanta.)

Haría esto. (Se tira de uno de los breteles.)

O esto. (Se tira del otro.)

Lo que nunca haría es sentarme a esperar la muerte.

Pausa.

La espero así.

Tiempo.

MV y Julia siguen apoyados en la pared opuesta, con la lengua afuera. Julia hace

formas con su cuerpo, y canta suavemente una cancioncita. MV la imita.

Se escucha la canción.

Amelia,

Ah no, yo tampoco…

Pausa.

¿Y si hiciéramos una lista imaginando finales amorosos…?

Magdalena,

Un catálogo… (Acepta.)

Se sientan en el sillón. Amelia empieza a definir tipos de finales amorosos y

Magdalena la va siguiendo. Entre las dos.

Final 1. Largo final, del tipo: …y no nos veamos por un mes… Después vemos,

estoy confundida… final culposo….ay

  1. final corto, cita, ir y escuchar: “ya no da”. AYYYYY. Duele. Primer dolor. Salir

corriendo. Ayyyyhhh

  1. final violento. Golpes, ojeras y marcas. Logrado y esperado. ¡Al fin sola!

Ahhhh

  1. final doloroso: “sé mi amigo”. Te quiero mucho pero… Aaaayyyyaya
  2. final heroico. No voy a hablar con vos de nada más. Si fue así, ya está.

ADIOS, (sin ay)

  1. final dulce. Una mañana, una canción y un beso. Irse en punta de pie.

(ayayaylaralayayay)

  1. final con sexo. No poder despegarse. No querer verse nunca más.

(ay.a.a.a.ay)

  1. final sin alternativas. Falsamente menos doloroso. Pero sin que uno se dé

cuenta sigue adentro. No hay que confiarse. (Ay)

  1. final en acecho. Siempre hay un motivo para el final.

(Ay……………….yay……….ay………….ay….y………….a………………..ay…………)

26

Julia hace un rato que apoyada en la pared de enfrente también estira los elásticos

de su corpiño y bombacha, pero de manera graciosa. MV intenta seguir los mismos

movimientos de Julia, primero desde el sillón y después a su lado, apoyada sobre la

pared. Siguen con el brazo levantado y la lengua afuera y así estarán toda la

escena. Amelia y Magdalena empiezan a prestarles atención.

Julia,

¿Se nota que estoy haciendo gracias?…

¿Y que soy graciosa? ¿Se nota?

¿Soy graciosa?

Magdalena y Amelia de a poco intentan también lo mismo.

Julia, (Repite varias veces, cambiando de posiciones.)

¿Se nota que soy graciosa?

Una por vez, las demás repiten varias veces.

¿Y yo?, ¿Y yo?

Todas cada vez más entusiasmadas.

Julia,

Yo hice muchas veces de pececito. El cuerpo me ayuda. No sé si lindo pero es

chico.

Y eso lo hace gracioso. ¿Se ve que soy graciosa? ¿Soy graciosa? ¿Se nota?

Compraron escamas y me recubrieron toda desde la cintura para abajo. Yo juntaba

las piernas en esta posición.

Y cantaba así: (Canta.)

Cantaba mirando las estrellas… en una pileta chiquita (un charquito parecía), y

adentro de la piletita había muchas bombitas eléctricas encendidas, (era como una

luna chiquita).

Y me tocaba, me gustaba tocarme la conchita con escamas.

Es lindo. Qué lindo que es. Qué lindo que es tocarse la conchita con escamas.

Todas, (Tocándose de a poco.)

Qué lindo que es… Qué lindo…

Julia,

Después me las arrancaron. No fui la misma. Se me caían las lágrimas y sentí frío.

Mucho frío. Tanto frío que pensaba que podía estar muerta. ¿Se puede encontrar

una diferencia mayor que la que hay entre una persona viva y una persona muerta?

(¿Hay esa diferencia entre nosotras?)

Pero qué lindo, qué lindo tocarme la conchita con escamas…

Todas,

Qué lindo…

Y vuelve a cantar un poquito sobre el final.

Capítulo V. Las vísperas

Las cuatro en el sillón. Se siguen tocando. Se sacian.

Largo tiempo. Se escucha una música a lo lejos.

Julia,

¿Qué pasa? ¿Alguien sabe qué está pasando?

Tiempo.

Amelia,

Estábamos en la felicidad, ¿no? Yo estaba sentada acá y les pregunté qué era la

felicidad… ¿Y qué es?… (Les cuento,) Un día feriado, un feriado nacional entré a un

baño y lloré un rato y salí bien, y dije: está lejos la felicidad hoy.

Julia,

Qué lejos.

Tiempo.

Magdalena,

No puedo dormir… Pensemos algo todas. Yo no quiero que tener un futuro me

convierta en una persona aislada, solitaria. Pensemos… juntas…

(Yo empiezo:) Un auto. Una mujer maneja. Un hombre al lado. Son una pareja. Ella

le pregunta: “¿A dónde vas, te llevo?”, y él le dice: “A casarme”.

Julia,

¿Qué?

Magdalena,

“A casarme.” Le dice él varias veces. “A casarme.” Inalterable y derecho —cada vez

más derecho— sobre el asiento del auto.

Julia,

¿Cómo? ¿A dónde… va?

Magdalena,

A casarse. “Me caso. Hoy me caso”, le dice.

Amelia,

¿No son una pareja?, ¿con quién se casa?

Magdalena,

“Con una chica joven, muy joven para mí”, le dice él.

Y sí, son una pareja. Desde hace seis años.

Tiempo.

(Molesta.) Bueno… ¡Piensen!

Julia,

¿Cómo puede ser?, cómo puede ser si ellos son una pareja y hace seis años que

están juntos. No puede ser. ¿Ven? Si me pasara a mí, yo me preguntaría eso:

“Hace años, seis años que estamos juntos. ¿Cómo puede ser?”

Todos,

“No puede ser. No puede ser.”

Amelia,

Y sí… “Una chica dulce y obediente”, dice él. No dice nada más.

Magdalena,

Sí, sí. Así le dice. Gracias. (Agradece a Amelia.)

Ella le habla bien. Le pregunta cosas.

El le va explicando algo, muy poco. Casi a los tirones. Con monosílabos. Como si le

molestara dar explicaciones, como si las explicaciones estuvieran de más. Dice él:

“Esto ya es un hecho consumado”.

Ella se sorprende de estar tranquila. Le dice, “Lo estoy tomando bastante bien. Esto

es grave”. Él asiente, “Sí, es grave”.

Julia,

No. Ella se desespera un poco. No lo puede creer.

“¿Cómo puede ser?”, dice “No lo puedo creer”.

“¿Cómo puede ser?”, dice “No lo puedo creer”.

“Ésta es una pregunta reiterada en mi vida”, piensa ella. “¿Cómo puede ser?”

(Y también es reiterado, piensa “No lo puedo creer”.)

Amelia,

Y es. Es. Ésa es la realidad. Ésa es la realidad de ella en ese momento. Es así.

MV,

¿Y ella lo acepta?

Amelia,

Ella lo acepta como realidad.

Magdalena,

Lo acepta. Tiene que aceptar.

Julia,

(Tiene que aceptar que) El hombre con el que están juntos desde hace seis años le

pide que lo lleve a casarse “con una joven obediente y dulce”. Así le dice él, ¿no?

Todas,

“Con una mujer joven, dulce y obediente.”

Amelia,

Y es así. No es juego. No es un sueño. Es la realidad.

Magdalena,

Ella tiene una esperanza todavía: Que en ese momento él no pueda dejarla. Se

arrepienta de ese impulso absurdo y le diga que se queda con ella.

Amelia,

No sucede.

Magdalena,

¿Te parece que no podría suceder? ¿Que no sucederá nunca? (¿En el futuro?)

Amelia,

No sucede.

Julia,

Ella se desespera un poco, presiona por saber algo más. Se va enterando de

algunas cosas… La futura esposa del hombre que ama (y realmente aún ama) es

una chica que él conoció en el Hotel Sheraton.

MV,

“¿Es puta?” pregunta ella, “te vas a casar con una puta, ¿eh, eh?”

Magdalena,

“No es así”, dice él.

“Estaba con problemas familiares… su madre”, dice por lo bajo, como si esa frase

explicara algo. No dice nada más. Como si con esas palabras explicara todo. Con

esas pocas palabras.

Julia,

“Pero vos estás conmigo”, dice ella, “estás conmigo. ¿Cómo podías tener otra

relación si siempre estábamos juntos?”

Magdalena,

Él no da explicaciones. Ella se impacienta y lo zamarrea. Y él se deja.

Se deja zamarrear y vuelve de nuevo a la postura seria y erguida.

A la espera de que todo termine.

MV,

¿A la espera de qué?

Amelia,

A la espera de que todo termine.

Todas,

A la espera de que todo termine.

MV llora más Y de a poco se va, casi imperceptible, del sillón.

Magdalena,

Ella tiene un dolor fuerte en el pecho, en el costado izquierdo.

Piensa que no puede ser un sueño, porque el pecho le duele de verdad.

Por la realidad del dolor. El dolor es una realidad. El dolor es su realidad de ese

momento. Pero empieza a jugar con esa idea, la idea de estar dormida. Y se aleja

de la situación, se aleja de la realidad como uno puede dejar de estar en un sueño.

Igual a como uno puede dejar de estar en un sueño.

Se dice a sí misma, “Bueno, tranquila, esto es un sueño”.

Sigue manejando.

Amelia,

Sigue manejando….

Julia,

Sigue manejando. Se encuentra con la madre en una esquina.

La madre caminando se acerca al auto. Y le muestra por la ventanilla del auto

tarjetas que participan de la boda.

Magdalena,

Ella llora. La hipótesis del sueño se debilita y ella llora.

Julia,

“Mamá, esto es un sueño ¿o no?”

“No. Éstas son las tarjetas”, dice la madre.

“¿Pero vos lo sabías, mamá? ¿Vos lo sabías?”

“Si. Hace muy poco, muy poco”, le contesta.

Pausa.

¿Ahora la realidad de Ella es la madre?

Amelia,

Siguen. Chocan en el auto. Él se muere. No se casa. Nunca llega a casarse.

Se murió en las vísperas.

Morir en las vísperas no es común.

No es para todos.

Pero pasa, pasó mucho.

Si pensamos, vemos que pasa, pasó y pasa.

Pensemos.

Amelia va hacia la cucaracha.

Julia,

¿Morir en las vísperas es o no es una realidad?

Magdalena,

Y sí… Puede ser. La realidad de ese hombre fue morir y no casarse.

Julia,

¿Y la realidad se ve?

¿Ese hombre vio su realidad?

Magdalena,

Pensemos.

Julia,

¿Y a ese hombre le interesaba la realidad, la realidad interesa?

Magdalena,

Pensemos.

Amelia,

Ya está casi muerta. Miren.

Tiene una masa amarilla blanca encima… ¿me pondría en la boca eso?

La lleva a poca distancia de su boca.

Magdalena,

Para mí sería como… besar a un leproso, pienso.

Julia,

¿Y no será que estamos pensando mucho?…

(Y eso nos puede hacer mal.)

Amelia, (Con la cucaracha en la mano.)

Piensen esto. (Vengan.)

Si me la comiera, ¿la cucaracha moriría en las vísperas?

Magdalena y Julia van hacia la cucaracha.

Magdalena,

Mejor esperemos el tiempo de la naturaleza.

Amelia,

¿El accidente sería que yo me la comiera ahora o que la haya aplastado antes?

Julia,

Las dos cosas. Aplastada ya está, comida no.

(Mirando a MV.) ¿Y él se comería una cucaracha en las vísperas?

Amelia, (Lleva la cucaracha sobre la boca de una y otra.)

¿Qué hacemos? ¿Qué decidimos? Me la puedo comer yo o vos, o no comer.

¿Esperamos? Podría morir en las vísperas. Pasa. ¿Ven?

O esperamos el tiempo de la naturaleza.

Magdalena,

Esperamos.

Y se ponen a esperar.

Capítulo VI. La Violetera

MV está hace un rato llorando y produciendo una musiquita española mientras

intenta leer algo de su libro. Sigue poniéndose mal. Julia se acerca y se pone a leer

con él. También llora.

Julia, (A MV.)

¿Y por qué la mamá le hace eso?

Julia, (A todos.)

¿Y por qué la mamá le hace eso?

Amelia no entiende. Julia le pide que lea y le da el libro. Amelia lee en voz alta.

Amelia, (Lee.)

“A los 5 años me visto con enaguas lilas y zapatos altos y me pinto los ojos con

verde y subo a la vitrina de la peluquería de hombres de mi abuelo y canto “La

Violetera” a todos los clientes. Excitada miro a los ojos a cada uno. Abuelo se ríe y

gira a los clientes en el sillón. Más veloces y más veloces y yo canto y excito a

todos los hombres con mis pechos de 5 años y me excito.”

¿Qué es esto? (Mirando a MV.)

MV no dice nada, llora. Todas lo miran. Amelia sigue leyendo.

“Y más veloces y más veloces y ahí en el momento más alto de la representación…

en el momento más excitante y trágico, en toda la dimensión de la capacidad de lo

trágico, abro el ojal de mi camisa y me toco mi pecho de 5 años y saco la violeta

que había guardado y….”

¿Qué es?

Julia, (Siguiendo la lectura muy atenta.)

Seguí, seguí.

Amelia, (Sigue leyendo.)

“Y cuando tengo la violeta en la mano, la mano de mamá me empuja de la vitrina y

caigo.”

Julia,

¿Ves? ¿Por qué le hace eso la madre? ¿Por qué la empuja?

Amelia, (Leyendo.)

“Y YO CAIGO Y ESTORNUDO DE NERVIOS Y ME SALEN MOCOS Y TODOS SE RIEN Y

CAIGO Y ME ARRASTRA Y CAIGO”

Esto está con mayúsculas.

Julia,

Si está con mayúsculas yo lo vi.

Amelia, (Sigue leyendo.)

“POR QUÉ MAMÁ ME ENSEÑASTE A DESAPARECER LO MÁS RÁPIDO POSIBLE. POR

QUÉ ESA VERGUENZA.”

Julia,

Eso también está con mayúsculas. ¿Por qué?… Yo lo vi

Amelia, (Leyendo.)

“Por qué mamá yo quería cantar.”

Julia,

¿Por qué si quería cantar le hace eso la madre? ¿Por qué la saca?

Amelia,

No era propio de una nena de 5 años… era una peluquería de hombres… no es

natural.

NO ES NATURAL.

Julia,

¿Pero por qué le hacía eso?

Amelia,

No era propio de una nena de 5 años… no es natural.

NO ES NATURAL

Julia,

¿Pero por qué? (¿Eso que le hacía era ella?)

Amelia,

No es natural.

NO ES NATURAL.

MV,

¿Y qué es natural?

¿Es natural que si me caigo me golpee?

Y se tira sobre el sillón violentamente.

Y ME GOLPEO.

Y ES NATURAL Y GOLPEO Y ES NATURAL Y GOLPEO….

Cada vez más violento cae sobre el sillón y se levanta. Julia lo mira conmovida.

Julia,

¿Y es natural que la mano de la madre la saque?

¿Y es natural que la mano de la madre la saque?

¿Y es natural que la mano de la madre la saque?

Y también se tira al sillón.

Amelia,

Basta. No es NATURAL:

No piensen más.

Se van a matar.

Se están matando.

Amelia le da el libro a Magdalena.

Amelia se sienta en el sillón y los detiene.

Amelia,

No. No es natural.

Julia se va a llorar atrás. MV avergonzado se sumerge nuevamente en la lectura,

alentado por Magdalena que le pide le lea. De a poco Julia va atrás de MV y lee

sobre su hombro.

MV, (Lee otro relato.)

“Estoy con un hombre. Mediodía de sábado. Me siento feliz. Miramos una película

española con Sarita Montiel. Sarita dice ‘No necesitar deja a un hombre solo muy

solo’.

Yo acurrucada en un sillón, los dos muy juntos. Sobre la mesita vino blanco y

pescado ahumado. Soy feliz. Feliz.

La mano de él, siempre con el control remoto…

Inesperadamente, se incorpora, señala a la protagonista en la pantalla, señala a

Sarita Montiel y me dice:

‘¿Y vos?, ¿vos por qué no sos como ella? ¿Eh?’

Y apaga la video y sigue:

‘¿Por qué no sos como ella? ¿Eh?’

‘Vos sos una desguarnecida, una desprovista. Una carente. Ca-ren-te.Vos.

Vos pedís y pedís y nada más.

¿Te das cuenta? Vos.’ ”

MV,

“Me levanto y me voy despacio, sin molestar. ÉL se queda gritando.”

MV se levanta. Y se va.

“Me voy a la casa de mi madre. Cuando llego está mirando la televisión. La apaga y

me dice: ‘¿A ver, vos qué querés hoy, vos?’ La miro, no le digo nada, pienso: ‘Nada

mamá… Yo quería cantar’.”

Y ahora no pido más. ¿Se nota?

No pido más, en serio.

¿Lo notan?

Se nota que ahora yo ya no pido más. ¿Se nota?

MV se va

Capítulo VII. La Familia

Julia se recuesta en el sillón. Amelia levanta el walkman de MV. Tiempo.

Amelia,

Qué cosa con las madres, ¿no?…

Vuelve al lado de la cucaracha.

¿Esta cucaracha tendrá hijos?

Todas,

Eso seguro.

Entra MV.

MV,

Son las dos últimas páginas de la biografía de Sarita Montiel. ¿La conocen? Es

española… Son dos cartas de fan suyas que Sara incluyó en su libro.

Una fan era argentina.

Y se va.

Amelia, (Sigue con la cucaracha.)

Y si tiene hijos, ¿eso la hará morir más tranquila?

Todas,

Y puede ser.

Amelia,

Viéndola me gustaría tener hijitos… muchos hijitos, como una procesión de hijos.

Una lástima no tener hijitos… son la alegría, ¿no?

Va al sillón. Se sienta.

Una lástima no tener hijitos.

Magdalena,

Tal vez en el futuro necesitemos una madre.

MV, (Entra cantando.)

No, no me voy a refugiar en la lectura. No

No. No. No. No.

En la naturaleza. Na Tu Ra Li Dad.

Me voy a refugiar en la naturaleza.

Como una leñadora (sí-sí-sí)… una leñadora que con el filo de su instrumento, su

hacha, da formas nuevas a un árbol, prepara leños, abre bosques, (sí-sí-sí)…

Y si la fiebre reaparece quiero hachar y hachar hasta el consuelo… una casita

alpina, lectura no, canto y hacha. Sí.

Queda hachando ruidosamente los leños para la estufa.

La miran. Conversación a los gritos en medio de los hachazos.

Magdalena, (Cuando baja el ruido, justificándolo.)

Habla de la forma más romántica.

Romántica.

Amelia,

Y yo la más maternal.

Más fuerte los hachazos.

Magdalena, (Aproximándose.)

Tal vez en el futuro necesitemos una madre.

Amelia,

Aceptemos eso: la necesidad de madre. (Pausa.)

A ver…Vengan acá.

Magdalena y julia van hacia el sillón.

A mí me gustaría ser madre. Yo puedo ser la madre. ¿Si?

La madre tuya, tuya y tuya también. ¿Si? (Las dos aceptan.)

¿Y vos? (A MV, que sigue hachando.) Eh, vos…

MV la mira.

¿Te gustaría que yo sea tu madre?

MV asiente y también va al sillón.

Todos felices en el sillón. Tiempo.

Amelia y Julia,

¿Y qué madre?

Todas,

Sí, ¿qué madre?

Magdalena,

Hay una madre que recorre la ruta buscando a la hija que había salido ese día de

un penal… algo así… (A Julia imperceptible casi.)

A Amelia no le interesa. (La hija en un penal… no.)

También un hijo que lleva a su madre en brazos. La madre está moribunda.

No les interesa.

Julia,

¿Y una madre que está en sillas de ruedas, momificada? (No le gusta a Amelia.)

O una que se le aparece al hijo en el cielo y a vistas de todos lo aconseja…

Amelia,

En el cielo, ¿está muerta? No.

Julia,

No.

Magdalena,

No la entendiste.

Amelia,

No, no… Hay una madre que no quiere que su hija crezca.

La hija tiene 5 años y una mente de 9 meses. Con hormonas y operaciones le

detienen el crecimiento para siempre. Una niña eterna y su madre.

Bueno no, mejor no… ¿Y vos?

MV,

La madre asesina serial de una obra que vi en…

Amelia,

Ya está. Ya sé… la de una película española… A ver si la conocen…

Yo les digo siempre, siempre, que ustedes (mis hijitas) son como los dedos de mi

mano. Iguales. Si se pierde uno, si uno se corta un dedo, duelen lo mismo todos.

No sé si es claro, digo “todas me duelen igual… es lo mismo cualquiera”.

Pausa.

Y ahora digo: Me podría cortar un dedo.

Julia,

¿Y las hijas qué hacemos?

Magdalena,

Me parece que una de nosotras… la más linda, la más valiente…la lleva al hospital…

Quiere creer que la madre no se los corta a propósito.

Julia,

Yo no le creería que se lo vaya a cortar, pero si se lo cortara, pensaría que es el

mío.

MV,

Yo pensaría en un accidente. (Le pediría perdón.)

Amelia,

Piensen que la madre les había dicho por años que sus hijitas eran iguales a sus

deditos…

Todas,

Sí, claro… Eso trae discusiones…

¿Ese dedo que se sacó soy yo o sos vos?

¿Yo qué dedo soy?

Amelia,

Me voy a cortar un dedo.

Toma el hacha de MV y se va.

MV,

Imagínense a mamá sin dedos.

Me voy a proponer imaginarla.

Magdalena,

Y yo. (A Julia.) Vos también.

Todos pensando.

Se escucha un golpe de hacha.

Magdalena y MV,

Ya está. Mamá ahora se cortó un dedo.

Julia,

No, no. ¿Por qué se lo cortó?

Magdalena y MV,

Fue un accidente.

Julia,

¿Por qué se lo cortó?

Magdalena y MV,

Fue un accidente.

Julia,

¿Por qué se lo cortó?

Magdalena y MV,

Fue un accidente.

Julia,

¿Y cuál se cortó? (¿Y cuántos, y cuál?)

Amelia (Madre),

Uno. El índice de la mano derecha.

Julia y Magdalena,

¡Yo! ¡Yo! ¡Yo!

Forcejeos entre hermanos.

Magdalena,

Dejame. Mamá no me señalará más. Se agotó. Pienso “Puedo vivir igual, lo hice, lo

haré”. Hay que dejar de llorar, en los próximos tiempos.

Julia,

Dejame. Lo voy aceptar. Yo puedo aceptarlo. Hay que dejar de llorar por lo menos

por un tiempo.

Magdalena,

En los próximos tiempos.

Julia,

Por lo menos por un tiempo.

Amelia (Madre), (Desde lejos.)

¿AY, QUIÉN ME TRAJO AL HOSPITAL?

Julia,

Yo, mamá, yo. Yo estaba sola con vos, yo te llevé al hospital. Y a vos (A MV.) y a

vos (A Magdalena.), yo las llamé, yo les avisé. Igual papá está molesto conmigo.

Me juzga como una hija ligera, incapaz de ayudar en momentos difíciles de la vida

familiar. Así me dice.

Magdalena,

A mí me dirá. A mí: “INCAPAZ DE AYUDAR EN MOMENTOS DIFÍCILES DE NUESTRA

VIDA FAMILIAR”. Por lo menos en los próximos tiempos me lo dirá: incapaz de

ayudar en momentos difíciles de nuestra vida familiar. Así.

Julia,

A mí. A mí. Y tal vez sea cierto.

Magdalena,

SÍ.

Julia,

Y si no fuera cierto tampoco lo podría probar. NO PODRÍA PROBAR EN NADA QUE

SOY INOCENTE.

Amelia (Madre), (Desde lejos.)

Ay. Ay. Ay. Y así estamos discutiendo y discutiendo en el hospital.

MV,

(A Magdalena y Julia.) Nadie piensa en mamá.

Silencio.

Magdalena,

No colaborás.

Julia,

¿Y vos? Vos no ayudás en nada. Siempre lo mismo, de chica, de grande.

MV,

¡Mamá está en el hospital!

Amelia (Madre), (Desde lejos.)

Y sí… ¿Y quién se queda con mamá en el hospital?

Julia,

Yo…. Yo, yo, mamá. Pero decime ahora que estamos solas en el Hospital, ¿no fue

un accidente?, ¿no? ¿Mamá, por qué lo hiciste? ¿Por qué me hiciste esto?

Magdalena,

Yo te empezaba a creer todos los dedos iguales, todas tus hijitas iguales.

La ventanita se está cerrando. Se detiene. Últimas palabras a la madre.

Magdalena,

TE CORTASTE UNO SOLO Y YO SÉ QUE ES EL MÍO.

Julia,

TE CORTASTE UNO SOLO Y YO SÉ QUE SOY YO.

Se cierra la ventanita.

Julia,

Sacate otro mami, sacate otro mamita… Así no quedan dudas que no te cortaste

solamente el mío. Mi dedo. ¡Ay! ¡Yo!

Magdalena,

Sacate otro.

Julia,

Sacate otro mamita.

Se escuchan ruidos de golpes. Julia se desmaya y Magdalena la levanta de los

pelos.

MV, (Contra la pared.)

Y así es. Mamá las escucha y se sigue sacando. Mamá pobrecita medio anestesiada.

Y se sigue sacando pedazos de dedos. Los últimos con los muñones… y se sigue

sacando…

Se escuchan ruidos de golpes.

MV,

Se sigue sacando.

Final de ruidos.

Magdalena,

Por vos. Por tu culpa. Papá tiene razón, vos le gritás otro. Y ella se sigue sacando

dedos.

¡Toda su vida seguirá sacándose dedos!

Julia entra en una cucheta, empotrada en una de las paredes laterales. Especie de

medio placard, con puerta de vitraux. Produce sonidos con vibraciones.

Amelia vuelve.

Magdalena,

Ya sé qué película es… una española… de una mujer sin dedos… se llamaba….

MV,

La única película española que conozco es La violetera… (Y nadie se corta los

dedos. No sé si es española.)

Amelia abre la puerta. Vuelve.

Magdalena,

¿Llegaremos al punto de tener una familia?

Amelia,

A lo que llegamos es a la muerte de la madre. Yo, por lo menos, de madre dejé.

Y va hacia la cucaracha.

Magdalena,

Yo pensé que en el futuro podríamos llamarnos o “Gente con Insomnio” o “Toda la

Familia”. O “Toda una familia sonámbula”.

Amelia,

Ay, no sé qué es peor, “¿Qué peor?”, “De mal en peor”, “Rumbo a peor”. “De

Guatemala en…” Y hay más… Hay tantas frases en mi cabeza.

Julia, (Asomando de la cucheta, interrumpiendo.)

No se preocupen por mí. Estoy bien. Somos dos personas diferentes… Mamá y yo,

claro. Y ésta es una conclusión importante para mí. Yo ahora acepto la vida.

Una pregunta… ¿Los finales son accidentes o son metas? ¿Uno los busca o no?

Vuelve a encerrarse en la cucheta.

MV se acerca y la escucha. MV le contesta haciéndole la musiquita de cancha.

Capítulo VIII. La Felicidad

MV sigue con la canción con reminiscencias de cancha. Magdalena con la pelota,

Julia sigue en la cucheta, Amelia escucha walkman. Hace pompas. Tiempo.

Magdalena acomoda el sillón y juega con la pelota en los pies, siguiendo un poco el

canto de MV. Julia sale y espera un descuido de Magdalena para robarle la pelota.

Hace pases virtuosos de fútbol. Magdalena se pone a hachar. Julia le devuelve la

pelota de rabona. MV vuelve a hachar.

Amelia, (Con la cucaracha. A MV.)

La cucaracha está viva. Y se va a morir. De hambre, de cansancio, de tedio… de

insomnio… se va a morir.

MV hacha más fuerte.

Eso es casi una certeza hoy. Es algo que va a pasar y es casi una certeza. ¿Las

cosas pasan por encima o por debajo del dolor?

Amelia va hacia el sillón. Se sienta. Apoya la cabeza en el respaldo, mirando hacia

arriba.

¿Las cosas pasan por encima o por debajo del dolor?

¿Las cosas pasan por encima o por debajo del dolor?

MV,

Volvamos a la felicidad.

Vos estabas sentada acá. Y yo acá. Y hablabas de la felicidad. Volvamos.

Amelia,

Sí. Yo apruebo lo que me pasó en el baño. Eso es un buen inicio. Un día de feriado,

un feriado nacional, entré a un baño, lloré un rato con furia… con rabia… intacta.

Sí, intacta… como algo de la vida que vuelve. Y está intacto. Y uno no sabe por qué

está intacto. Pero es así. Y eso que vuelve por un momento es parte de mí. Es mi

materia, como la materia blanca y fofa de la cucaracha. Está en mí.

Julia, (Se sienta y da su conclusión. Imperceptible.)

Por abajo.

Magdalena, (También se sienta y da su conclusión.)

Creo que por encima.

Amelia,

Sí, eso hice… lloré un ratito y después pensé “Está lejos la felicidad hoy qué lejos”.

Y salí del baño bien, renovada. Salí y ya está… Se crece, pienso. Es así.

Ahora, ¿eso pasó por encima o por debajo de mi dolor?

Julia,

“Está lejos la felicidad hoy”. Qué lejos.

(Por abajo.)

MV,

Qué lejos.

Magdalena,

En el futuro sí vamos a ser felices. Seremos felices.

Pausa.

En el futuro.

(Por encima, creo.)

Capítulo IX. Las cosas que no se ven

En esta escena todas hablarán casi en simultáneo. A veces sobre canciones y

comiendo.

MV,

Cuando uno no hace lo que le dice el corazón se siente mal.

Pero a veces uno no sabe lo que le dice el corazón.

Pausa.

A veces uno no sabe lo que le dice el corazón.

Pausa.

No me importa no verme el corazón. ¿O sí?

Amelia,

Temprano fui a sacarme sangre. (Un análisis de rutina.) Una gotita de sangre no

importa. No se ve. La sangre la ves cuando ya son muchas gotas. Son una mancha.

(1 cm. cúbico. Ahí la ves). Hay muchas cosas que cuando poquito no se ven.

Muchas cosas que cuando poquito no se ven. Muchas…

Julia,

Polvo.

Magdalena,

Insomnio.

Julia,

Pelos, canas… (Pulgas.)

Magdalena,

Tedio.

Amelia,

Y cuando la vi. Cuando la pude ver, no me impresionó.

Dije: “Es mi sangre”. Buen aspecto buen color. Primitiva, como la materia de la

cucaracha… La puedo ver pensé… ¿La entiendo?

MV,

No importa que me lo vea. Importa que lo entienda. Que lo escuche.

Tic-Tic-Tic. ¿Ves a tu corazón? ¿Lo entendés?

Amelia,

Un análisis de rutina. Lo entendí. Eso entendí. Y dejé mi sangre a analizar.

“¿El sabor tendrá gusto humano?… ¿Tendrá que ver conmigo?”. Pensé… No la

probé.

¿A la cucaracha me la pondría en la boca? ¿Besaría a un leproso?

Magdalena,

No, no la probaría.

Julia,

Sí, es insulsa… un poquito dulce, primitiva, como leche de madre…

Amelia,

De chica me presentaron a un tuberculoso. Yo entendí leproso. Me dio un beso.

Vomité toda la tarde.

MV,

Dejás la sangre a analizar. Está bien. Está enferma y la analizan. ¿Yo me puedo

dejar a analizar? A mí me dijeron: Severos trastornos glandulares. Sin sangre. Así

Julia,

“Cuando no hay menstruación hay liberación.” Eso dijo una mujer en la calle. Trajo

un banquito y se subió. El marido al lado sonreía. Parecía contento. O tonto. Ella a

los gritos: “Liberación, liberación”.

Magdalena,

Un día me voy a caer en un charquito. Un día sí. Lo haré. Me caeré en un charquito.

Yo quería caerme. No lo hice. Y todavía me acuerdo, acordaré. Y no quiero pensar

en el pasado, y me viene el charquito, y estoy hablando en pasado. Y no me dejen

pensar en el pasado… habrá un charquito y me caeré. Lo haré.

Pausa.

Y seremos felices.

MV,

¿Por qué en todo final aparece un charquito?

Julia,

¿Alguien cree que sin sexo hay dolor y sin dolor hay liberación?

Yo no sé, pero por lo menos me lo pregunto.

(Sexo sin menstruación, menstruación sin calambres o liberación sin sangre…

podrían ser otras preguntas…)

MV,

Es la época del año. La primavera nunca nos hizo bien. “Estación” es raro decir.

“Época” es mejor.

Magdalena,

“Estación” estará bien.

Julia,

“Estación” es muy feo.

Amelia,

Es una decisión tuya. Decilo o no. ¿Qué preferís?

MV,

Yo no sé qué quiero decir, yo no quiero decir nada. Y no sé cómo decirlo… (sin que

las palabras mientan por mí. Sin que mienta con las palabras.)

Amelia,

Si querés aprender a soportar, soporta todo. Ésa es la vida. Así. Si no mentís. Te

mentís a vos, con las palabras.

MV,

Yo voy a decir lo que quiere mi corazón. Estación primavera, no. Estación Plátanos,

sí.

Magdalena,

¿Y final? ¿”Estación final”, sí dirás?

Capítulo X. Las vueltas

Siguen todas en el sillón. Tiempo.

Magdalena, (Se levanta.)

Yo voy a aprender a soportar la vida esta noche. Aprenderé.

(Lo repite.)

Amelia se ríe.

Julia, (Se levanta y la imita, con ironía.)

YO VOY A APRENDER A SOPORTAR LA VIDA ESTA NOCHE.

APRENDERÉ.

Amelia se ríe.

Magdalena se mete en la cucheta. Habla consigo misma y llora.

Tiempo.

Julia, (Empieza a ponerse mal.)

Pobrecita ella. (Por Magdalena.)

Pobrecita de ella. Pobrecita de vos. Pobrecita de mí.

(Repite y combina los pobrecitas.)

Pobrecito el mundo con sus glaciares y sus cucarachitas…

Pobrecitos todos.

MV,

Pobrecito el mundo.

Julia entra llorando a la otra cucheta.

Tiempo.

Amelia, (A MV.)

Si por lo menos pudieran dormir un poco.

Amelia acomoda el sillón en un costado (enfrentado a las cuchetas).

Amelia,

Yo voy a tratar de dormir un rato.

(Se acuesta en el sillón.)

Desde las cuchetas se escucha un sollozo creciente mezclado con frases

indescifrables y música de los auriculares de cada una. Tiempo.

Magdalena y Julia empiezan a golpear para que les abran las puertas. Tiempo.

Finalmente MV les abre.

Julia, (Sale apurada de la cucheta. Se sienta en el sillón.)

Ya está. ¿Soporté?

Magdalena, (Desde la cucheta, llorando y agradeciendo.)

Ya está.

Ya lo dije.

¿Aprendí?

Ya está.

Ya lo dije.

¿Aprendí?

Sí, todo pasado. Todo el pasado sobre mí.

“Yo voy a aprender a soportar la vida esta noche”.

Así tal cual, así me lo dije y me lo dije toda una noche.

Amelia,

Dejá el pasado.

No te hace bien. Se nota.

Magdalena,

Ahora no puedo. Me provocaron hasta acá. El pasado es así, no lo podés nombrar

tanto.

Vuelve.

Estoy fracasando, ¿se nota?… no puedo hablar en futuro, no me sirvió nada, ni

entrenar, ni perfeccionarme, nada.

Estoy fracasando… ¿me ven en este momento y ante ustedes?… ¿me sienten

fracasando? ¿Se nota que estoy fracasando?

Buscaban mi materia como la de la cucaracha.

¿Es para comérsela? Acá la tienen:

Sale de la cucheta. Se para delante de todas

Amelia, (La aplaude.)

A vos lo que te hace mal es tomarte las cosas así.

Las cosas son muy delicadas para tanto peso. Sentate… Demasiados sentimientos.

MV y Julia,

Sí, descansa un poco.

Sentate.

Se sienta.

Magdalena,

Está bien. No hablemos de mí. Pero así es el pasado. El pasado es siempre eso. EL

PASADO ES ASÍ. Historias, historias… materia que se expulsa para afuera.

MV,

Inmundo, inmundo.

Julia,

No, no digas inmundo.

Magui,

Sí es inmundo. Así te esfuerces por pensar una historia linda, simple, una historia

sencilla…

Amelia,

Demasiados sentimientos. Descansemos un poco.

Amelia, MV y Julia descansan intentando dormir.

Magdalena,

No, yo no me puedo dormir… Puede ser que haya una historia linda. Pensemos…

Imagínense una noche de lluvias, una historia común… alguien, una

mujer camina por una calle llena de charquitos…

Julia,

Me encantan los charquitos…

Magdalena,

Son charcos chiquitos… lindos…

MV,

¿Por qué en todos los finales aparecen charquitos?

Magdalena,

No sé… Son lindos… Esa mujer va por la calle, mira los charquitos, los salta.

Julia se levanta y empieza a caminar, saltando charquitos.

Camina, salta sin parar. MV enumera los saltos.

Amelia,

Está bien de charcos ya. Basta. Llega a la casa.

Magdalena,

Sí. La mujer llega a la casa y no duerme en toda la noche.

Escucha música, fuma, llora y se habla, se habla mucho.

Julia, (Camina, llora, al rato empieza a hablarse.)

Bueno, tranquila, vas a poder… ¿qué tenés que hacer?: soportar, soportar esta

noche, se va a pasar, se va a pasar, vas a aprender, sí, voy a aprender a soportar

la vida, sí, esta noche, sí, voy a aprender a soportar la vida, sí.

Magdalena,

Así, así toda la noche.

¿Pueden ver cómo le sale un poquito de su materia como hace un rato a la

cucaracha?… ¿Lo notan?

Julia, (Se detiene.)

¿Y por qué le pasa esto a esta mujer que soy?

Magdalena,

ES EL PASADO. Ése es el problema: su pasado. ¿De dónde venía?, ¿cuál es su

historia…? Esta mujer llegó a estar así a la noche por lo que le pasó ese día, y por

todo su pasado. ¿A ver, cuál es su historia?

Julia,

Esta mujer está muy enamorada.

Magdalena,

Sí. Y se separó hace poco.

Amelia,

Hay demasiados sentimientos.

Julia,

Sí, y sigue enamorada. Tal vez se separaron porque discutían mucho. Mucha

necesidad…

MV,

Mucha necesidad.

Amelia,

Demasiados sentimientos.

MV,

Puede que sea algo pasajero.

¿Por qué sufre tanto si puede ser pasajero?

Julia,

Y porque ella no cree eso.

Magdalena,

No. Porque su problema es: ¿Qué decide con su pasado?…

¿Cómo está esta mujer a la noche?

MV y Julia,

Mal. Muy mal.

Magdalena,

¿Y por qué llegó tan mal a la noche?

Repasemos cómo fue el día de esa mujer, su pasado reciente…

A la mañana se levanta y lee en el diario que su ex inaugura una… colchonería.

Julia,

El proyecto de ellos de años… Y ahora están separados.

Magdalena,

Sí, y esa noche es la fiesta de inauguración…

Julia,

Y ella no sabe qué hacer.

Magdalena,

Tal cual. Desde la mañana se lo pregunta.

Julia,

“¿Pero qué querés, qué querés?”

Magdalena,

Así todo el día.

MV,

Al mediodía llama el ex por teléfono. Y le recuerda la inauguración. “Te espero”, le

dice… Te espero.

Magdalena y Julia,

(Ella) Peor.

Magdalena y Julia, (Caminando.)

“Son muchos años juntos”, “Vas y lo saludás”, “Y después, si querés, vas y cenás

y si no, no”. (Si sí, sí, y si no, no.)

MV,

“Tenés que hacer lo que quiera tu corazón”.

Julia,

Pero ella no sabe qué quiere su corazón.

Magdalena, (Se detiene.)

Fue. Lo saludó y volvió sola a su casa. No se quedó a cenar.

Amelia,

Y está bien. Es una decisión.

Magdalena,

Y cuando estaba volviendo, en los charquitos, se dio cuenta que se equivocó:

Julia,

Y que quería ir a cenar.

Magdalena,

Sí, y no fue.

Y ahí, en los charquitos, se dio cuenta de lo que tendría que haber decidido.

Y no decidió… ahí…

Amelia,

Cuando no había remedio.

MV,

¿Cuándo?

Amelia,

Cuando no había remedio.

Julia,

Cuando no había remedio para mí. (Se sienta.)

Todas,

Cuando no había remedio.

Todas descansan.

Julia,

Un rato machucada o machuconeada… así decía mi mamá… como las vacas, decía

mamá. Hablar-hablaba, hablaba mucho… cuando era chica nos hablaba de un

camión con acoplado repleto de novillos de vacas apretadas machacadas,

machuconeadas decía, machuconeaditas, (carne contra carne, decía), y decía que

el camión iba por un camino, un día de sol, el camionero contento, silbando… Y en

un momento piensa en parar un rato, una siestita decía, entonces el peso del

camión se desestabiliza, se levanta una polvareda de tierra, las vacas se ladean y

se hace un silencio…

Ese Instante sin aviso, decía, ese segundo previo.

Y me miraba y me preguntaba: ¿Cuánto dura ese segundo?

(Las mira.) ¿Cuánto dura, eh?

Amelia,

¿Un segundo? Y exactamente eso. Un segundo.

Magdalena y MV,

Sí, Juli, un segundo. Sí.

Julia,

Un instante, un segundo, decía… y el estrépito, decía: Las vacas se desparraman, la

carne se abre, el camionero se mata.

Amelia,

Las vacas se desparraman, la carne se abre, el camionero se mata. Es así. Los

accidentes son peores. Sin remedio.

Tiempo.

Amelia,

Los accidentes son peores.

Tiempo.

Amelia,

Los accidentes son peores, yo lo digo siempre que puedo.

Tiempo.

Amelia,

Y sí, son así: Los accidentes son peores. Sin remedio.

Magdalena,

Por lo memos es un fin. El pasado, no. Vuelve y vuelve.

¿Ustedes piensan que la historia de esa mujer terminó esa noche que no pudo

dormir?

No.

A la mañana. Suena el teléfono… Y la mujer, sin dormir nada todavía, piensa: “Es

él”.

Julia,

“Es él.”

Y se levanta.

Magdalena,

Duda un segundo y el teléfono se corta antes de que atienda.

Julia y Magdalena,

¿Qué hago?

Amelia,

Esta vez decide rápido.

Julia y Magdalena,

Lo llamo. Lo llamo. Esto tiene remedio.

Le explico todo, me va a aliviar.

ESTO TIENE REMEDIO.

Julia y Magdalena, (Hablando por teléfono con él.)

Claro que quería ir, me confundí, no dormí, nada, ya sé lo que dice mi corazón…

Abrazame.

Amelia,

Y él le cuelga.

Magdalena,

¿Así?

¿No le dice nada?

Todas,

No. Así.

Amelia,

¿Ven? No había remedio.

Mucho peso para las cosas.

Todas se sientan.

Magdalena,

¿Hablamos mucho? ¿Muchas palabras? ¿Dijimos algo?

Bueno, creo que como la cucaracha estoy llegando a un final. Y en los finales es así,

un rato contenta un rato no… ¿No?

Amelia,

Los finales son así. Sin aviso.

Julia,

Machuconeaditas, como las vacas…

Amelia,

No piensen más. Yo no pienso más.

¿No ven que no pienso más?

Amelia va hacia la estufa a leños, sobre la que está la cucaracha.

Tira la cucaracha al piso.

¿Saben qué pasó?

Sí, la cucaracha se iba a morir y se murió. Sí, sí. Ahora recién, se murió.

Van todas a mirarla. Ronda sobre cucaracha muerta en el piso.

La miran un rato.

Se empieza a escuchar la marcha ritmo soul.

Movimientos de cadera.

Se van a bailar. Amelia deja los auriculares para bailar más cómoda.

Bailan frenéticamente y se desnudan y descalzan.

MV hacha y las mira.

Después de un rato, excitadas y agotadas, caen al sillón.

Se tapan con los saquitos.

MV se pone los auriculares y empieza a pasear con ritmo.

Ellas en el sillón llorando. Lo miran.

Magdalena,

La única vez que me sentí peor fue por unos caballos muertos en una inundación y

el dueño que se ata al cuello el cuerpo de su caballo muerto y se tira a un

estanque. Se arroja.

Julia,

Yo peor por una orca hembra embarazada que le abrían la panza con un cuchillo y

le saltaba su cría… el macho orca miraba todo y rugía.

Y lo señala a MV.

Amelia,

Yo también peor por un gorrión que aparecía ahorcado en el campo.

Tiempo. Lloran. Miran a MV. Lo señalan.

Julia,

¿Cómo puede ser que él esté tan bien?… Y nosotras así… ¿cómo puede ser?

Magdalena,

Yo también peor por la cabeza de un caballo cortada y sangrando adentro de una

cama de sábanas de seda.

Amelia,

Yo también peor por una gallina que le cortaban la cabeza, y cinco hermanos

idiotas la miraban.

MV va bailando hacia las mujeres e intenta contagiarlas.

Amelia,

¿Lo estaremos tomando así porque somos mujeres?

Julia,

Y sí. Porque somos mujeres.

Amelia y Magdalena,

Sí porque somos mujeres.

Entre todas,

¿Por qué somos así, llorosas, afligidas, espesas, tupidas?

MV les cuenta chistes y se ríe él solo y baila.

Ellas lo miran desoladas.

Tiempo.

MV repite algo de este discurso femenino pero más excedido.

MV

Sí, por qué somos tan afligidas enlutadas, abatidas,

desalentadas, descorazonadas, decaídas,

lánguidas, desparramadas, desmayadas, las mujeres…

Las mira.

¿Por qué seremos tan influenciables, desmejorables, transportables,

movedizas, apoyadas, tan mutiladas, tan ciempiés?

Tan débiles, tan bébiles, tan viles las mujeres…

Siguen llorando. MV se sienta. Le devuelve avergonzado los auriculares a Amelia.

Amelia no los acepta, se levanta y vuelve a mirar a la cucaracha.

Amelia, (Mirando con atención a la cucaracha.)

La cucaracha perdió las patas, la cáscara, la piel. No parece una cucaracha. Perdió

todas sus características, casi no es reconocible… le quedó toda la materia

disminuida sobre su lomo pardo. ¿Y nosotras?

Capítulo Final

MV corre el sillón, que queda al fondo frente al público, y se sienta en el

apoyabrazos con walkman y cantando bajo. Magdalena se va a sentar en un

escaloncito debajo de la cucheta. Amelia se acuesta en el sillón.

Julia, (Girando.)

¿Y yo?

¿Y yo?

¿Y yo?

Hace un repaso de varias de sus escenas en la obra hasta ese momento,

preguntándose por qué perdió, y si es reconocible así… si está viva o no.

¿Estoy muerta? La cucaracha se murió. ¿Y yo?

Julia después de sus giros se ubica en el piso en paralelo al sillón. Julia y Amelia

conversan. Magdalena desde el escaloncito trata de participar también, repitiendo

algunas frases.

Julia,

¿Y Yo? ¿Estoy muerta?

Amelia,

No pensés… Estar muerto, estar vivo… es casi lo mismo. Estamos en camino. No se

puede parar. Llega un momento que el cuerpo empieza a querer morirse y sigue

queriéndose morir. Es un proceso irrefrenable que empieza temprano. Un día la

cara está más pálida, la mano tiembla, se siente un primer mareo.

Magdalena, (Se acerca.)

Sí, un mareo…

Amelia,

…Y ya el cuerpo empieza y no para. Se está muriendo. Se va muriendo. Lo único

que se puede hacer es no pensar, no pensar en el cuerpo muriéndose. Pero se está

muriendo igual. Se piense lo que se piense. Se vaya o no al médico.

Magdalena,

Se vaya o no…

Amelia,

La carne se va. La carne es lo único que realmente se pierde. Se muere.

Se escucha a MV cantar un tiempo.

Amelia,

¿Y ahora por qué cantás?

MV,

Es mi realidad, lo dije, la lectura o el canto. Leer me hace mal, cantar es dulce,

como estar soñando. Tampoco digo “quiero vivir en las nubes” o “aspiro a vivir

mejor”. No. Digo “hoy canto”, “mi realidad de hoy es cantar”. Eso decidí. Aunque no

es muy claro si lo decidí primero o lo hice primero y después lo decidí. ¿Alguien lo

sabe?

Magdalena,

Yo pregunto, ¿se puede actuar antes de decidir, se puede no actuar antes de

decidir?… Si se puede… Esa madre no decidía sacarse los dedos, se los sacaba…

¿Nuestra mujer decidió realmente no ir a cenar?… Mucha gente hace eso… No

decidir, nada más hacer… Bueno, es así… hay vivos… hay muertos… ¿o no?…

Muchos mueren… La cucaracha se murió. Se nos murió acá… Es triste, digo…. Digo

es triste… No me miren más a mí…

Amelia,

Es increíble, seguimos y seguimos. No pueden descansar un poco. Yo pensé que ya

estaba y no. Aplasté la cucaracha, sí. La cucaracha se murió, sí. Siempre pensé que

si una acción se realiza, se completa, se llega a un fin. Pero no, seguimos y

seguimos, siempre aparece una nueva necesidad. No sé.

¿Qué es entonces para ustedes un final? Yo me voy.

Amelia se levanta. Vuelve a hacer pompas y escucha walkman. Magdalena vuelve a

sentarse en el escaloncito con la pelota. Julia se sienta en el sillón.

Julia,

Mi idea más precisa de final es una mañana… 21 de julio podría ser… una mañana.

Una mujer caminaba al sol con frío, embarazada. Parece una cosa simbólica, pero

es una coincidencia: Esa mujer estaba embarazada.

Estaba embarazada y pensaba que todo terminaba ahí. Y terminó.

¿Se puede pensar así y estar embarazada? No le hizo bien. Pienso que se tuvo que

dedicar a otras cosas. Dejar que las cosas pasen. Entretenerse, bah. Con la

aceptación de no poder otra cosa. Una suspensión de la realidad, no enfrentarla,

apenas una mínima resistencia para estar parada, para sostenerse, y seguir….

Como la cucaracha. Un estado de mínima vitalidad, lo mínimo para moverse… y

está la esperanza…

Ése es un final… Un día que alguien sabe que la van a matar. A ella y a muchos… Y

los matan…

Aunque un final para mí sería decir: “Yo no voy a moverme más” o “Yo no voy a

tocarme más”. ¿Eso es una promesa?, ¿Una promesa es un final?… Igual lo que

no prometo es dejar de hacerme preguntas… Eso no…

Por ejemplo, quién de todos los que estamos acá morirá antes…

O quién tendrá sexo antes, o se cortará el pelo…

MV,

Volvamos a la felicidad.

Amelia,

Volvamos. Estábamos acá.

Llevan el sillón adelante, enfrente del cuerpo muerto de la cucaracha.

Amelia,

Estábamos en eso. Cómo es la felicidad.

(Cómo es la alegría, es un apresuramiento o un retardo de las sensaciones, del

cuerpo. ¿Qué es, cómo es una velocidad en suspensión?)

Ésa es la pregunta dónde estábamos. A ver…

Algo sencillo como tener la idea de una alegría, la idea de una gran alegría, una

alegría con otros, con uno y para otros. Y eso se perdió.

Una alegría real, una alegría sin esperanza.

MV,

Una cosa sencilla… cantar… algo que interrumpa la suspensión… Nada más…

Amelia,

Sí, y cuando se vive esa alegría, la despreciábamos. No la notábamos. Y ahí, en ese

momento la alegría era más exacta. Perdimos o eso se perdió. No sé. No hay más.

Bueno, sí, hay frases. Será una tontería pero enferma.

Otra cosa que tengo que anotar para el médico.

MV,

Para mí también. Era feliz. Y no sé cómo era. No sé. Es cierto… no se notaba. Pero

era.

Amelia,

¿Ven?, ¿ven que no puedo? Yo digo no voy a pensar más así, y sigo pensando. Yo

digo, voy a aceptar lo que no es. Y sigo soñando. Yo digo “se acabó la

disconformidad para mí”. Y sueño. Y si hoy la felicidad única para mí es aceptar,

¿por qué no acepto que sueño?

Magdalena,

En eso sí voy a pensar. Lo anoto: LO PENSARÉ.

Pausa.

Y seremos felices. Lo anoto también.

MV canta.

Todas lo siguen hasta el final de la canción.