Pregunta.- El grupo Arena ha finalizado su gira mundial. ¿Qué valoración hacéis de la experiencia?

Respuesta.- Ha sido la más importante de la historia de Arena. En primer lugar, por la producción del Mickery de Amsterdam, que se ha implicado en el proyecto artístico y ha mantenido una cooperación muy interesante con nosotros. Por otro lado, ha sido la temporada en que más nos hemos movido, y flemas participado en los festivales más importantes, lo cual suponía un riesgo, pero es un riesgo que todo grupo de las características del nuestro está obligado a asumir.

P. -En Méjico representasteis «Extrarradios», a pesar de que después habéis montado otras obras. ¿Quiere decir que, Arena mantiene vivas todas, sus producciones?.

R.– En los últimos años, el equipo de Arena se ha mantenido sin demasiadas alteraciones, lo cual nos permite recuperar espectáculos anteriores en el caso de que resulte necesario.

P. -¿Qué ha pasado en México, de dónde parece que habéis vuelto muy impresionados, hasta el punto de que pensáis preparar un espectáculo para representar exclusivamente en aquél país?.

R. -El proyecto ha surgido a raíz del trabajo que hemos hecho allí, en concreto en las pirámides de Teotihuacan. La idea es volver sin el aparataje que siempre nos acompaña, sin objetos, trabajando sólo con los elementos del ambiente. El espacio es inmenso, y deduje de la experiencia que; aquél era un sitio adecuado para hacer teatro de hoy, sin los !imites de los escenarios corrientes.

P. -Pero vuestra tarea inmediata es preparar un montaje para la Expo, ¿no?

R. -Trabajamos simultáneamente en varios proyectos. Uno de los es «El soliloquio», en el que sólo intervendrá un actor, Enrique Martínez. Se trata de la idea surgida a raíz de un encargo del Festival de Granada, que precisaba de un espectáculo pequeño, para un espacio muy concreto- Lo estrenaremos en mayo. Por otro lado, está «Expropiados», para la Expo, en el que trabajarán diez actores.

Lenguaje propio

P. -Vuestros trabajos resultan a veces muy herméticos, mientras que en otras ocasiones; y casi alternativamente, os mostráis más explícitos. ¿Os planteáis voluntariamente una u otra cosa?

R. -Las situaciones que planteamos suelen ser muy actuales, y hablamos de cosas con las que la gente conecta enseguida. Lo que ocurre es que hay quienes rechazan la forma en que lo hacemos, y en mucho casos sucede así porque exigen un teatro más convencional, que cuente historias y las desarrolle de la manera más habitual. El nuestro es un teatro que quiere expresarse en el lenguaje de hoy, y allí donde con regularidad se presentan espectáculos de esta tendencia. Arena funciona muy bien.. En España nos hemos perdido gran parte del teatro contemporáneo que se hace en el mundo. Los encuentros anuales que organizamos en Murcia pretenden precisa- mente reparar eso, a pesar del enorme esfuerzo que nos supone.

P.- No sé si el término «vanguardia» es el más adecuado para definir vuestra propuesta teatral. ¿Hay una voluntad explicita de hacer vanguardia. o simplemente no sabríais hacer otra cosa?

R.- Hoy día no se puede hablar de vanguardia. Este concepto pertenece a un periodo histórico que ya pasó. Quienes hacemos este teatro tampoco estamos interesados en buscar otro nombre que pueda sustituir a la vanguardia. La cuestión es más sencilla: hay gente que trabaja utilizando un lenguaje de hoy y otra que lo hace con modos de expresión que pertenecen al ayer. Y dentro de ello hay espectáculos que gustan más o menos, según la intención de cada creador y de los resultados que haya conseguido.

Creando escuela

P.- En el último certamen Ciudad de Murcia se ha podido ver que arena ha creado escuela en la región, pues el primer premio ha sido para un grupo que se reclama de vuestra línea. Y hemos visto otros espectáculos de los que se deducen inspiraciones vuestras…

R.- Hay cosas que son inevitables. Si nosotros llevamos años haciendo un trabajo serio por fuerza tiene que surgir gente que guste de nuestra experiencia. Arena ha roto la monotonía, ha demostrado que en los extrarradios de este país puede haber una compañía que se codee con las europeas sin ser de Barcelona ni de Madrid. Por primera vez en la historia esto sucede en Murcia, lo cual anima mucho a la gente, porque se observa que hay cosas que no son imposibles. A mí, este fenómeno me parece positivo. Que alrededor de un proyecto surjan otros, siempre será bueno.

El método Graset.

P.- El método de trabajo de Esteve Graset llama especialmente la atención. Se parte de la improvisación absoluta para llegar a un resultado final en el que todo parece estar escrupulosamente medido, muy estructurado, sin espacio para la improvisación con que trabajó inicialmente….

R.- Partimos de la idea sobre lo que queremos hacer; lo que mas claro está es justamente lo que no queremos hacer. y empezamos a investigar en lo puramente formal. En el proceso de creación sur- gen muchos materiales, hasta el punto de que en alguna ocasión hemos tenido que prescindir de hallazgos que habrían dado para cinco horas de espectáculo. Cuando nos parece que tenemos lo que queremos después de darle muchas vueltas al asunto, iniciamos la segunda parte del proceso, que para mí es la más importante, ya que hay que tomar las decisiones para ajustar el montaje. Yo trabajo casi como un director de cine: tengo 10.000 metros de película, y he de quedarme con mil. Es un momento delicado. ¿Qué es lo que debe quedar y cómo se debe relacionar entre sí? ¿Cómo vas a conseguir que resulte compacto? Hay que estar muy alerta en esos momentos. Es lo más complicado, pero a la vez -para mí, que no para los actores- es también lo más atractivo.

P. -y una vez cerrado ese proceso ya no cabe la improvisación del actor.

R.– No, por un motivo muy sencillo, hemos observado que las partes que están muy montadas, con el tiempo crecen: se desarrollan, adquieren una mejor expresividad y llegan más; sin embargo, lo que queda a la libertad del actor, al poco tiempo se empieza a degradar, a perder su esencia, y llega un momento en que hay que retomarlo para conseguir una mejor estructuración.

P.- En los montajes de Graset no hay libreto. ¿Todo depende, pues, del actor? ¿Es éste un elemento intercambiable en la obra?

R.- Se puede sustituir al actor; pero resulta muy doloroso. Al actor no le sugiero ningún tipo de movimiento que no haya surgido de él, sino que espero que saque la expresión que yo necesito para el espectáculo. Jamás le digo qué ha de hacer, cómo debe moverse o mirar. En Arena nunca se ha oído la expresión «haz esto así». El rol que hace cada actor es muy suyo, parte de sus propios movimientos, de su muy específica manera de ser. Esto se puede trasladar a otra persona, pero es como querer que alguien repita lo que pertenece a otra de manera muy clara y muy sutil. Se puede trasladar la técnica y la escenografía, pero hasta que el nuevo actor encuentra su propia identidad, se da un proceso muy doloroso.

La experiencia Arena

P.- Arena ha aprendido de Esteve Grasset. ¿Qué ha aprendido Graset de Arena?

R.- Mucho. Por mi propia manera de trabajar, aprendo enormemente de la gente con quien lo hago. Para mi. cada espectáculo es una nueva lección. La puesta en juego del elemento humano permite la constante sorpresa. y un aprendizaje muy intenso.

P.- ¿Tu único material de trabajo son los actores?

R.- Son muy importantes, pero también lo son los elementos escénicos, si bien Arena siempre se ha caracterizado por una gran depuración de estos. Hasta ahora, nunca me he planteado prescindir del elemento actor. He hecho instalaciones sin actores. pero provenían de trabajos realizados previamente con ellos.

P.-¿Es Arena una pieza singular en el panorama teatral? ¿Carece de referencias?

R.- El trabajo de Arena es muy particular. y viene de antes de Arena, de mi trabajo previo al grupo. Mi línea siempre ha sido muy particular y ha continuado y se ha desarrollado en Arena. Nunca nos han dicho que lo que nosotros hacemos se parece a lo que hacen otros.

P.- ¿El lenguaje de Arena sería utilizable en otros soportes no teatrales como el Cine o la televisión?

R.- Si. Cuando hicimos «Callejero» contactamos con un cineasta alemán que se interesó por llevarlo al cine. Vio la obra, y a las dos semanas nos remitió un guión cinematográfico sobre ella. Decidimos hacer la película, pero finalmente no encontramos financiación. Algún día la haremos

P.- Para llegar a vuestro estado actual de reconocimiento, ¿ha sido necesario luchar contra muchas incomprensiones aquí, en Murcia?

R.- Ha costado muchísimo y está costando. Ahora mismo tenemos muchos proyectos en marcha, la voluntad de hacerlos, y la seguridad de que los vamos a hacer, pero ésa es una cara de la moneda. Hay otra cara: Arena tiene casi trece millones de pesetas de déficit que, la verdad, empieza a ser preocupante, ya que lo arrastramos desde hace tiempo. Hemos conseguido una momentánea estabilidad en lo artístico. pero tenemos problemas muy graves.

P.- ¿Cómo valoráis la colaboración de las instituciones?

R.- Por parte del ministerio de Cultura hemos sido muy bien tratados y siempre nos han mostrado una voluntad de colaboración no sólo económica. especialmente este último año. Por parte de las instituciones murcianas, creo que ha existido la voluntad de ayudar a Arena, pero sea por el bajo presupuesto que aquí se dedica al teatro o sea porque en Murcia nunca ha habido una política clara de producción, no hemos tenido el respaldo que hubiéramos querido. Pero insisto que sabemos que existe voluntad de colaborar. Lo cierto es que ahora mismo, Arena está en un momento de impasse, porque sufrimos el déficit y la falta de infraestructura, que ahora es más grave que nunca, porque por primera vez en muchos años no tenemos un local adecuado.