LE MATIN: asomada de un empujón al espacio exterior a ese tiempo que se abre paso en la conciencia sorprendida con la boca abierta. La mirada perdida entre las líneas de las manos…

LA GRECA: Ahora… estaba caminando de puntillas con los brazos abiertos sosteniendo un duelo de colores en blanco y negro, no hay trucos, escuchaba entre los pasos el murmullo de una marcha, mientras contaba las nubes. Esperando un pellizco que dibuje el corazón con los dedos, un estribillo de campanas, un tobogán amable, … danzar sin más…

PESO GAYO: cerca de la esquina tibia me hace cosquillas el suelo y seguía la pista de los huecos jugando a tres con dos manos. Ahora sí sonaban las yemas de los dedos.

Programa DESVIACIONES 1998